Durante años los diseñadores, fotógrafos o creadores de contenido en vídeo se han visto obligados a utilizar portátiles gaming para acceder a un hardware potente con el que poder desarrollar su trabajo.
El LG Ultra ha llegado para dar respuesta a todas las necesidades en movilidad para creadores de contenido y familias, con un portátil que ofrece un buen equipamiento de hardware, una pantalla espectacular por su tamaño y un diseño muy liviano por debajo de los 2 kg.
Este portátil también se plantea como un sustituto mucho más versátil que los ordenadores de sobremesa para teletrabajar o estudiar como ordenador familiar multipropósito por un precio de 1.599 euros. Analizamos el LG Ultra con todo detalle y te damos nuestra opinión.
LG Ultra | |
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Dimensiones y peso | 38.1 x 27.4 x 1.99 cm | 1,95 kg |
Sistema operativo | Windows 10 |
Procesador | Intel Core i7-10510U |
GPU | Nvidia GeForce GTX 1650 con 4 GB de VRAM |
Memoria RAM | 16 GB DDR4 | 2666 Mhz (en doble canal 2 x 8 GB) |
Almacenamiento | SSD M.2 Samsung 512 GB NMVe |
Tipo de pantalla | Panel IPS LCD | 17 pulgadas con formato 16:10 | WQXGA 2560 x 1600 píxeles | Brillo de 500 nits | 96% sRGB | 178 ppp. |
Conectividad inalámbrica | WiFi 6 | Bluetooth 5.0 |
Conectores | 2 x USB 3.1 (Tipo-A) | USB Tipo C Thunderbolt | USB 2.0 (Tipo-A) | HDMI | RJ45 (Gigabit) | Toma auriculares 3.5mm | ranura microSD |
Audio | 2 altavoces estéreo 1,5 W |
Batería | Cuatro celdas y 72 Wh (9.360 mAh) |
Precio | 1.599 euros |
Análisis del LG Ultra por apartados:
Como un LG Gram vitaminado con “casi” todos los puertos que necesitas
LG Gram es el ultrabook estrella de la firma surcoreana por ofrecer un diseño extremadamente sobrio y liviano. El LG Ultra sigue esa misma senda y, de hecho, puestos e uno al lado del otro costaría diferenciar el uno del otro por sus grandes similitudes, al menos en lo que a estética se refiere.
Lo primero que llama la atención al sacarlo de su caja es, con diferencia, su enorme tamaño. Ya no se acostumbran a ver portátiles con unas diagonales de 17 pulgadas en la pantalla, a pesar de contar con unas dimensiones bastante compactas – teniendo en cuenta su pantalla— de 38,1 x 27,4 cm y 1,99 cm de grosor.
Lo segundo que llama la atención es al cogerlo para sacarlo y descubrir que pesa bastante menos de lo esperado con unos contenidos 1,95 kg. Es posible que muchos penséis que este peso se acerque más al de un portátil gaming que a un ultrabook, pero siempre hay que ponerlo en el contexto de un portátil de 17”.
La sobriedad es una de las señas de identidad de los ultrabooks LG Gram, y el LG Ultra que estamos analizando bebe de las mismas fuentes con un diseño siendo el aluminio el principal ingrediente en la fabricación del chasis.
Esto le proporciona robustez y ligereza a partes iguales y prueba de ello es que, a pesar de su aspecto sofisticado, el LG Ultra ha superado las pruebas de resistencia para obtener el certificado STD-MIL 810G.
LG no ha arriesgado demasiado con los acabados de su nuevo portátil y ha optado por el mismo gris mate que encontramos en los Gram. El único detalle llamativo es el logotipo de la marca en la esquina superior de la tapa.
No es algo que nos disguste. Es un acabado discreto que encaja perfectamente tanto para un profesional como para un estudiante. Además, es una superficie muy agradable al tacto y no atrapa las huellas con facilidad, por lo que nos parece una solución muy inteligente. Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?
Si giramos el portátil, en la parte inferior nos encontramos una generosa rejilla de refrigeración de la que toman aire fresco y expulsan el aire caliente los dos ventiladores que integran el sistema de refrigeración del LG Ultra.
A ambos lados y de forma simétrica se encuentran las perforaciones en el chasis que indican la posición de los altavoces estéreo que apuntan hacia abajo utilizando la superficie de la mesa para distribuir el audio.
Aquí también encontramos tres patas de goma, dos en la parte delantera y una alargada en la parte trasera que ofrecen un excelente agarre evitando que el portátil pueda deslizarse.
Nos ha sorprendido encontrar un chasis muy uniforme que no cuenta con ninguna tapa de acceso al hardware interior, más cuando LG indica que cuenta con dos ranuras de almacenamiento PCIe M.2 que el usuario puede usar para ampliar la capacidad del LG, dificultando bastante estas opciones de ampliación o actualización del hardware.
La tapa puede levantarse con una sola mano y descubre una espectacular pantalla por su tamaño. La rodea un estrecho marco negro de unos 7 mm en sus laterales, de poco más de 10 mm en la parte superior, dejando espacio para la webcam, el LED de funcionamiento y los dos micrófonos.
La webcam tiene una resolución de 720p, calidad que resulta insuficiente siendo un portátil lanzado en un tiempo en el que el teletrabajo y estudio en remoto se ha convertido en una necesidad.
En nuestras pruebas, nuestros interlocutores no han apreciado problemas para escucharnos correctamente utilizando únicamente los micrófonos integrados, ni tampoco en vernos correctamente con la webcam, aunque la calidad de imagen no es la más deseable en pleno 2021.
El marco inferior es algo más pronunciado y alcanza los 20 mm para dar cabida al soporte de la una bisagra que consigue mantener la estabilidad de una pantalla de este tamaño y permite ajustarla en un ángulo de hasta 130°.
En la zona del teclado continua el mismo estilo que encontrábamos en el exterior, con un acabado sencillo pero eficiente que consigue mantener la superficie limpia de huellas dejando espacio – incluso demasiado—para las muñecas.
Si nos vamos hacia los laterales descubrimos una de las grandes fortalezas de este equipo que es su conectividad. Este es un punto en el que, en general, y salvo algún pequeño detalle de concepto, nos hemos encontrado muy a gusto usando el LG Ultra.
Si LG ha orientado este portátil a un uso de creación de contenidos o como equipo portátil que podría sustituir sin demasiados compromisos a un equipo de sobremesa para toda la familia por su versatilidad, lo más lógico es pensar que vas a necesitar un extenso surtido de conexiones para cubrir las necesidades de profesionales y estudiantes en tiempos de trabajo y estudio en remoto.
A pesar de ser un portátil bastante delgado, para sus dimensiones, en sus laterales encontramos un buen surtido de conectores. En el lado derecho se ubica un puerto USB de tipo C con Thunderbolt 3 que permite transmitir datos, imagen y cargar otro dispositivos, pero no nos ha permitido cargar el portátil desde el USB-C.
Junto a él se encuentran dos USB 3.1 y una conexión Ethernet con velocidad Gigabit. El anclaje para un candado de seguridad Kensington cierra el inventario de puertos de este lateral, pero continua en el opuesto.
En el lateral izquierdo se localiza el puerto de carga del portátil, un puerto HDMI, un USB 2.0, el conector de audio jack de 3,5 mm para auriculares y un lector para tarjetas microSD situado junto a los LEDs blancos de estado de carga y uso del almacenamiento.
En lo que a conectividad inalámbrica se refiere, el LG Ultra también viene equipado a la última con soporte para redes WiFi 6 de doble banda (2,4 y 5 GHz) y Bluetooth 5.0.
En nuestra opinión, hay dos errores principales en un apartado de conectividad, que salvo estos pequeños detalles de concepto, LG ha resuelto bastante bien.
El primero hace referencia a la incorporación de un USB de tipo C desde el que no hemos podido cargar el portátil. Esto limita las opciones de carga y obliga a usar sí o sí el cargador oficial de LG en unos días en los que todos los portátiles admiten la carga mediante USB C.
Por otro lado, si LG pretendía que este sea un portátil para fotógrafos y creadores de contenido, lo correcto habría sido integrar un lector para tarjetas SD, que es el tipo de tarjetas que utilizan el 99% de las cámaras de fotos y vídeo, y ahorrarse la ranura microSD que apenas usan los profesionales salvo contadas excepciones.
El LG Ultra es en portátil imponente por su tamaño, pero al mismo tiempo sorprendente por utilizar conceptos y diseños que habitualmente encontramos en ultrabook. Esta mezcla proporciona una experiencia un tanto extraña, ofreciendo todas la bondades de un equipo con una pantalla de gran formato, en un chasis ligero que no cuesta llevar encima a pesar de su tamaño.
Un panel IPS que da muchas alegrías y reflejos, junto a un sonido más que correcto
La pantalla del LG Ultra es uno de los componentes que más llama la atención por su tamaño, pero basta con pulsar el botón de encendido para comprobar que sus prestaciones van más allá de su aspecto.
Se trata de un panel IPS con el inusual tamaño de 17 pulgadas con una resolución de que proporciona una relación de aspecto de 16:10 y una resolución de 2.560 x 1.600 píxeles, dejando una densidad de píxeles 178 ppp. Esta densidad puede parecer algo escasa sobre el papel, pero lo cierto es que se nota que LG es un peso pesado en la fabricación de pantallas.
Para este modelo ha elegido un panel que ofrece una nitidez estupenda con textos bien definidos y una buena calibración de color que ha logrado balancear unos negros intensos con un brillo excelente que va desde poco menos de los 250 luxes en su valor mínimo, hasta unos importantes 550 luxes con el brillo de la pantalla ajustado al máximo.
Este brillo permite que la pantalla ofrezca una excelente visualización al trabajar en entornos muy luminosos e incluso a pleno sol.
Lo que no nos ha gustado tanto ha sido el acabado brillante que luce la pantalla del LG Ultra. Es cierto que este tipo de acabados brillantes contribuyen a mejorar la viveza de los colores, pero al contar con una superficie de pantalla tan grande, también se aumentan los reflejos de las luces del techo o de las ventanas que tengamos a nuestras espaldas y pueden llegar a ser muy molestos.
En este sentido, LG debería haber apostado por un acabado menos brillante o, al menos, incorporar una capa superior con mayor capacidad de dispersión, tal y como sucede en las pantallas de sus televisores.
Al ser una pantalla algo más alta, gana más espacio útil y permite trabajar cómodamente con varias ventanas o documentos abiertos simultáneamente.
Los creadores de contenido también se encontrarán cómodos con este formato. En nuestro caso, hemos utilizado el portátil para editar videos, revelar y editar imágenes con herramientas como Lightroom, Photoshop o DaVinci Resolve en los que hemos agradecido mucho contar con este formato de pantalla y la cobertura del 96% del espacio de color sRGB.
Aun así, la experiencia de pantalla es muy buena y se complementa con un sonido no menos destacable. Parece ser que contar con un mayor tamaño deja algo más de espacio para crear un mejor sonido.
El LG Ultra monta una pareja de altavoces estéreo de 1,5 W que ofrece una buena calidad de audio en todo su rango de volumen sin que se aprecien distorsiones llamativas.
Como es lógico, estamos hablando de un sistema de sonido portátil, por lo que las exigencias en cuanto a profundidad de bajos son limitadas, pero consigue alcanzar unos buenos niveles.
Al encontrarse en la parte inferior, los mejores resultados se obtienen escuchando el audio sobre una mesa o superficie plana, creando una atmosfera de sonido entre la zona de la pantalla y el teclado. Además, es compatible con DTS:X, por lo que puedes conseguir una mejor experiencia de audio al conectarle unos auriculares de calidad.
En términos generales, la experiencia que ofrece la pantalla del LG Ultra que estamos analizando es muy buena. Probablemente algo más de resolución para una pantalla tan grande la hubiera mejorado, pero no podemos decir que los hayamos echado de menos durante el tiempo que hemos utilizado este portátil como ordenador principal.
Intel i7 de 10ª generación y una gráfica que permite trabajar y jugar
Si quitásemos el procesador y la tarjeta gráfica al LG Ultra nos quedaría un LG Gram. Con esto ya nos queda una imagen clara del enfoque que LG ha querido dar a este portátil.
LG ha elegido un procesador Intel Core i7-10510U de 10ª generación fabricado en una litografía de 14 nm, con 4 núcleos y 8 hilos de ejecución. LG ha subido ligeramente la frecuencia de trabajo en este procesador para fijarla entre los 2,31 GHz de base y los 4,9 GHz cuando se le exige al máximo. Acompañando a este procesador encontramos 16 GB de memoria RAM DDR4 a 2.666 MHz
Este no deja de ser un procesador de bajo consumo, con un TDP que LG ha personalizado para que consuma unos 10 W, aunque puede llegar hasta los 25 W, por lo que sorprende encontrarlo en una configuración que se completa con una tarjeta gráfica dedicada Nvidia GeForce GTX 1650 con 4 GB de memoria de vídeo que no se caracteriza precisamente por su economía de recursos.
Es una combinación de hardware curiosa. Creemos que con ella LG esté buscando unos consumos mínimos cuando el equipo lleve a cabo tareas con poca exigencia gráfica utilizando la GPU integrada, y utilizar la tecnología Optimus de Nvidia para conmutar a la GTX 1650 dedicada para un mejor desempeño en aplicaciones gráficas y juegos, donde la autonomía se resiente en pos de la potencia.
Los test sintéticos desvelan que el recorte en el consumo energético que le ha aplicado LG tiene una incidencia directa en la potencia del procesador, ofreciendo un rendimiento inferior al que encontrábamos en los LG Gram que montaban un Core i7-8565U o el que encontramos en la 11ª generación de procesadores Intel Core i7-115G7.
LG Ultra | LG Gram (2019) | Asus ZenBook Flip S | Huawei MateBook 14 (2020) AMD | |
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Procesador | RAM | Core i7-10510U | 16 GB | Intel Core i7-8565U | 8 GB | Intel Core i7-115G7 | 16 GB | AMD Ryzen 5 4600H | 16 GB |
Geekbench 4 Single | 3.361 puntos | 4.843 puntos | 5.765 puntos | 5.244 puntos |
Geekbench 4 Multi | 8.658 puntos | 12.304 puntos | 13.710 puntos | 17.553 puntos |
Geekbench 5 Single | 622 puntos | – | 1.230 puntos | 678 puntos |
Geekbench 5 Multi | 2.217 puntos | – | 4.189 puntos | 4.230 puntos |
PC Mark10 | 2.637 puntos | 3.591 puntos | 3.070 puntos | 3.480 puntos |
Cinebench R15 CPU | OpenGL | 387 cb | 74,36 fps | 544 cb | 43,85 fps | 763 cb | 80,81 fps | 1.123 puntos | 58,44 fps |
Cinebench R20 CPU | 821 pts | – | – | – |
Lo cierto es que en el día a día no hemos notado esa diferencia en el rendimiento siendo un equipo que reacciona de forma inmediata a la ejecución de aplicaciones y juegos.
En el terreno gráfico donde sí hemos encontrado alguna limitación es en el apartado de la edición de vídeo, donde lo hemos notado algo más perezoso. Gestionar contenidos en 4K se ha hecho más farragoso con DaVinci Resolve, mucho más dependiente de la CPU que Premiere, pero moviéndose en unas resoluciones de 1080p se ha comportado de una forma mucho más fluida.
En cualquier caso, la elección de este procesador se nos antoja algo escasa como para poder considerar al LG Ultra como una herramienta profesional para la creación de contenidos, aunque sea cierto que puede usarse sin mayores problemas de forma puntual.
La GPU GeForce GTX 1650 se ha comportado correctamente en juegos de esports como Counter-Strike: Global Offensive o algunos que requieren algo más de músculo como Assassin´s Creed entregando 40 y 30 fps de media respectivamente.
Claramente no es un portátil que ofrezca la mejor de las experiencias en gaming, pero sí sirve para pasar el rato echando una partida de forma esporádica y con un mínimo de calidad gráfica que no alcanzaría con la GPU integrada.
Cabe destacar el buen comportamiento del sistema de refrigeración dual del LG Ultra que estamos analizando y del buen equilibrio que logra entre temperatura y sonoridad.
En los momentos de más intensidad gráfica los ventiladores se han dejado notar apretando el paso, pero siempre con un nivel de ruido que podría considerarse silencioso incluso en una biblioteca.
La temperatura se ha mantenido constantemente por debajo de los 70°C incluso mientras ejecutábamos benchmarks y juegos, manteniéndose en unos tranquilos 50 o 55°C la mayor parte del tiempo y con un nivel sonoro casi imperceptible.
Lo bueno es que en ningún momento hemos notado ese aumento de temperatura notable en la zona del teclado o del reposamuñecas, aumentando así el confort de uso.
LG Ultra | LG Gram (2019) | Asus ZenBook Flip S | Huawei MateBook 14 (2020) AMD | |
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Lectura secuencial | 2.617,07 MB/s | 511 MB/s | 3.340,4 MB/s | 3.411,86 MB/s |
Escritura secuencial | 2.410,27 MB/s | 543,3 MB/s | 2.147,76 MB/s | 2.706,23 MB/s |
La unidad que nos ha enviado LG viene equipada con un SSD M.2 de 512 GB con interfaz NMVe firmado por Samsung. En este caso se aprecia un notable incremento en la velocidad del almacenamiento con respecto al LG Gram de 2019 por el cambio de interfaz de transferencia SATA 3 a PCIe, pero tampoco es el almacenamiento más rápido del mercado con una tasa de lectura de 2.617,07 MB/s y de 2.410,27 MB/s de escritura.
El espacio de almacenamiento viene sin ningún tipo de partición, algo que no nos termina de convencer. Preferimos aquellas configuraciones con una partición para el sistema y otra para los datos del usuario por la protección que esa distribución ofrece frente a la pérdida de datos.
En lo que se refiere al software, el LG Ultra viene con Windows 10 Home instalado de serie e incluye los programas habituales junto al sistema. Además, LG ha añadido algunos programas de prueba de Ciberlink como PhotoDirector, PowerDirector o PowerDVD 14.
También encontramos algunos programas de la marca surcoreana como LG Control Panel que, como su propio nombre indica, ofrece un panel de control de las configuraciones de pantalla, batería, refrigeración o seguridad con un solo clic y que LG ha integrado como acceso directo en el teclado pulsando las teclas Fn + F1.
En nuestra prueba del LG Ultra no hemos tenido ningún problema en la ejecución del sistema operativo que se mueve con absoluta soltura sobre este hardware.
Nos habría gustado que LG no se quede a medio camino en la instalación de aplicaciones de terceros y, o bien instale versiones completas del bloatware que instala o que, en caso contrario, directamente no instale ninguna de ellas.
Por otro lado, encontramos una ausencia total de seguridad biométrica para facilitar el acceso del usuario al no contar ni con un sensor de huella dactilar, que bien podría haberse habilitado en el botón de encendido, ni compatibilidad de la cámara con Windows Hello. Por lo que deja toda la seguridad en manos de la fortaleza (o no) de una contraseña de acceso tradicional.
Una distribución extraña y un touchpad que se queda pequeño
El teclado es uno de los elementos clave en la elección de un portátil ya que, quieras o no, estas condenado a usarlo cada vez que te pongas delante del portátil.
Es por ello que el teclado debe resultar cómodo y ser productivo incentivando la mejora en la velocidad y eficiencia de la escritura. En este caso, podemos decir simple y llanamente que el teclado del LG Ultra no cumple con ninguno de estos preceptos.
Se trata de un teclado completo de tipo chiclet con un pad numérico situado inmediatamente a su derecha. Resulta curioso cómo, a pesar de contar con espacio de sobra en un cuerpo de estas dimensiones, las teclas se quedan absurdamente pequeñas y con excesiva separación entre ellas.
Esto tiene dos consecuencias: la necesidad de marcar más los movimientos de los dedos al desplazarse por el teclado y la necesidad de “apuntar” bien la pulsación para no quedarse a medio camino. A esto se le une una resistencia a la pulsación un tanto dura que, tras algunas horas de trabajo frente al portátil se deja notar en las manos.
Además de los problemas ergonómicos que deberían tenerse en cuenta a la hora de diseñar un teclado para un portátil orientado a la productividad y la creación de contenidos, LG ha optado por una distribución de teclado que no se corresponde con la habitual ISO de los teclados españoles, sino más bien a una adaptación de una estructura ANSI.
En este teclado nos hemos encontrado con la necesidad de detener nuestra escritura en más de una ocasión para buscar la tecla Suprimir y no pulsar la tecla que activa el teclado numérico.
Por otro lado, la tecla Intro la encontramos en forma de una sola tecla alargada y no en L invertida como viene siendo habitual en los teclados españoles con distribución ISO, lo cual provoca constantes confusiones al pulsar las teclas cedilla (ç) o Mayúsculas situadas justo encima y debajo de la tecla Intro.
La ubicación de las flechas del cursor tampoco han estado faltas de polémica. He perdido la cuenta de cuantas veces he pulsado el 0 en el teclado numérico en lugar de la tecla Flecha derecha ya que es imposible diferenciarlas sin mirar el teclado para no errar la pulsación, algo que rompe constantemente el ritmo de escritura.
El punto positivo es que el teclado cuenta con tres niveles de intensidad para una retroiluminación de las teclas en blanco que permite ver el teclado en entornos con poca luz.
El panel táctil o touchpad queda perfectamente integrado en la zona del reposamuñecas, pero tal vez podría ser algo más grande aprovechando mejor el espacio disponible.
Si eres un maniático de la simetría te incomodará encontrar que se encuentra centrado con respecto al portátil, pero desplazado a la derecha con respecto a la barra espaciadora.
En fin, manías aparte, el tacto del touchpad es bueno y responde a la perfección a los gestos multitouch de Windows 10. Permite la pulsación para el botón principal y secundario en el 70% de su superficie, y no solo en la parte inferior, aunque esta pulsación es algo dura.
Autonomía para una jornada de trabajo pero con opciones de carga limitadas
A estas alturas todos sabemos que el tiempo de uso de la batería que prometen los fabricantes son bastante optimistas y se basan en mediciones realizadas en unos escenarios muy específicos que difícilmente coincidirán con el uso que le vayas a hacer en tu día a día.
Es por eso que, de las 16 horas de batería que promete LG, el LG Ultra entrega entre 7 y 8 horas de uso en el mundo real, gracias a los 72 Wh (9.360 mAh) de capacidad de las cuatro celdas de batería que integra.
Haciendo un uso mixto de ofimática editando textos como este que lees, trabajando en hojas de cálculo, navegando por la web, viendo vídeos en YouTube, haciendo videollamadas o editando algunas fotos en lote como las que ilustran este análisis.
Si bien es cierto que existen portátiles con mayor duración de batería, estas cifras son realmente buenas teniendo en cuenta la diagonal y el excelente brillo que ofrece la pantalla de este portátil.
Haciendo este tipo de uso, no tendrás mayores problemas para trabajar durante toda la jornada sin tener que usar el cargador. Eso sí, cuando el rendimiento gráfico se hace más intensivo, la duración de la batería se resiente bastante llegando a reducirse el tiempo de uso hasta a la mitad.
Para recuperar su energía el LG Ultra incluye un cargador igual de voluminoso que el portátil, que entrega una potencia de 120 W a través de un conector propietario y necesitará unos 140 minutos para completar el 100% de su carga, aunque en unos 52 minutos dispondrá del 50% de su capacidad.
Nos hubiera gustado que el LG Ultra contara con la opción de cargarse a través de su único puerto USB-C, pero en nuestras prueba solo hemos conseguido cargar otros dispositivos a través de este puerto, pero no cargar el portátil. Todo ello conectando el equipo a cargadores de 65 W.
La opción de carga por USB-C no solo es interesante por el hecho de equipararse a sus rivales que sí permiten esta función, sino por evitar tener que llevar encima el cargador original de este LG Ultra. Se trata de un “ladrillo” de 158 x 73 x 28 mm y casi medio kilo de peso que no invita precisamente a la movilidad.
El portátil de gran formato que podría sustituir a tu PC de sobremesa
Llegamos al punto final de nuestro análisis del LG Ultra con algunas conclusiones inesperadas ante un portátil lleno de contradicciones, aunque no todas ellas son negativas. La primera de las contradicciones es en el sentido más positivo, ya que sorprende encontrar un portátil con una diagonal de 17” y un peso sorprendentemente ligero para su volumen.
En este sentido, el LG Ultra no resulta un portátil fácil de llevar en movilidad precisamente por su tamaño, pero lo compensa con un peso muy contenido.
Por otro lado, nos encontramos con un hardware algo desigual que deja al LG Ultra como una versión vitaminada del LG Gram, pero sin resultar una solución lo suficientemente potente como para poder considerarse como un portátil para fotógrafos o profesionales en diseño o creación de contenidos.
Integrar una tarjeta gráfica dedicada en el concepto de un “ultrabook” ya maduro como es el LG Gram pinta bien sobre el papel. El LG Ultra ofrece una experiencia de uso que se ve lastrada por un procesador muy recortado para contener el consumo, pero que se queda corto a la hora de ofrecer la potencia que requieren las herramientas utilizada en diseño, fotografía o creación de vídeo.
Aun así, el LG Ultra continua siendo un portátil muy versátil por el amplio espacio de trabajo y la calidad que proporciona su pantalla, la buena gestión de la batería y por contar con un catálogo de puertos físicos y conectividad inalámbrica muy completo.
Por lo tanto, creemos que el LG Ultra no es tan adecuado para los creadores de contenido como sí lo es como sustituto para un equipo de sobremesa para toda la familia, que puede cubrir a la perfección las necesidades de teletrabajo y estudio tan habituales estos días.
Es un portátil que permite usarse para trabajar o estudiar sin las estrecheces de una pantalla de 13” o 15”, pero que no ocupa toda la mesa cuando no lo estás usando. Un portátil versátil que te permite usarlo sin compromisos para ver películas y series en una generosa pantalla con muy buena calidad de imagen y sonido, así como matar el rato con alguna partida ocasional a juegos con un importante nivel de exigencia gráfica.
El LG Ultra está disponible por unos 1.599 euros, mientras que los últimos LG Gram de 17” con procesadores de 11ª generación y un rendimiento gráfico similar cuestan 1.667 euros. La experiencia de uso no es tan distinta y con el LG Ultra puedes ahorrarte algo de dinero.