Al menos 17 combatientes proiraníes murieron el jueves por la noche en ataques estadounidenses en Siria, en la frontera con Irak, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
«Los ataques destruyeron tres camiones de municiones. Hay muchos muertos. Al menos 17 combatientes murieron según un balance preliminar, todos miembros de Hashd al Shaabi», dijo a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, refiriéndose a la poderosa coalición de paramilitares iraquíes pro-Irán.
Estados Unidos bombardeó supuestas posiciones de milicias proiraníes en Siria, el primer ataque ordenado por el presidente, Joe Biden, desde su llegada al poder, según el Pentágono.
«Bajo instrucciones del presidente Biden, las fuerzas militares de Estados Unidos realizaron esta noche ataques aéreos contra la infraestructura utilizada por grupos militantes respaldados por Irán en el este de Siria», indicó Washington en un comunicado.
Estados Unidos aseguró que los ataques aéreos destruyeron «varias instalaciones» ubicadas en un punto de control fronterizo cercano a Irak y utilizadas por Kataib Hizbulá y otra milicia proiraní.
El Pentágono explicó que el bombardeo es la respuesta a recientes ataques contra tropas estadounidenses y de la coalición internacional en Irak, así como de «continuas amenazas» contra este personal.
«Esta operación lanza un mensaje inequívoco: el presidente Biden actuará para proteger al personal estadounidense y de la coalición», afirmó el Pentágono en su comunicado.
La embajada de Estados Unidos en Bagdad fue objeto este lunes de un ataque cuando impactaron en el exterior de sus instalaciones en plena Zona Verde dos cohetes tipo Katiusha.
Una semana antes, el pasado día 15, un soldado estadounidense resultó herido y un contratista murió en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, tras el impacto de varios «katiushas», tres de ellos en el aeropuerto de la capital.
Los ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak han aumentado desde que Estados Unidos matara en enero de 2020 al poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní mediante un bombardeo selectivo en Bagdad, una acción que fue muy criticada por las fuerzas políticas iraquíes y por las milicias proiraníes del país.
De los ataques contra la Zona Verde se suelen hacer responsables grupos armados poco conocidos, pero Washington acusa directamente a Kataib Hizbulá, una milicia iraquí financiada directamente por Irán que EE,UU. ha clasificado como organización terrorista.
(Con información de AFP/EFE)
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