No deberías tomar el café al poco de despertar, aunque te hayas acostumbrado a hacerlo, hay otra hora más adecuada.
Se asocia el café con el desayuno y el beberlo nada más despertar. La cafeína de primera hora es la que más apetece y algunas personas no se encuentran del todo bien hasta que empieza a hacer efecto. Sin embargo, si existe un momento en el que no se debería tomar café, es ese. Tendrías que dejarlo para más tarde.
El problema con el café de primera hora es que sus efectos afectan a la misma programación que tiene el cuerpo. El primer momento del día es cuando el cuerpo genera la hormona del estrés, conocida como cortisol, y el efecto de la cafeína provoca una alteración en ella: la estimula más de lo que debería.
En unas condiciones normales, la misma hormona del estrés debería ser suficiente para empezar la mañana con energía, aunque llegado el momento deja de hacer efecto y puede ser el momento de tomar esa taza de café que tan bien puede sentarte.
Según informan en Glamour, el cuerpo reduce la producción de cortisol unas tres horas después de levantarse. De media, el mejor momento del día para tomar café y que sus efectos sean los deseados es entre las 11 y las 12 de la mañana.
En caso de que tengas problemas de sueño, lo recomendable es no tomar café a partir de las 14:00 horas porque en algunos casos los efectos pueden durar hasta seis horas y empeorar aún más la situación. Evidentemente, este cambio en la rutina supone un gran reto para muchas personas, pero todo sea por mejorar su salud.
Cambiar los hábitos es complicado, aunque no se debe olvidar que el reloj que integra el cuerpo humano es sabio y sabe cuándo se necesita más energía. El café siempre es de gran ayuda, pero lo mejor es beberlo cuando realmente hará el efecto deseado.