Las situaciones complicadas y las emociones que derivan de estas son parte de la vida, hacer cómo que no existen o no te afectan no va a ayudarte a que sus consecuencias emocionales desaparezcan.
El optimismo tóxico no tiene porqué ir ligado exclusivamente a las consecuencias psicológicas que está dejando el coronavirus a su paso, pero sí puede agravarse con esta situación. Este tiene que ver con la necesidad de ocultar sentimientos de frustración, tristeza o apatía, es decir los que se consideran de manera cotidiana como «malos».
En Women’s Health,han hablado con la psiquiatra Gayani DeSilva para conocer en mayor profundidad qué efectos negativos puede generar este optimismo tóxico. Para la experta, «es una emoción deshonesta que puede dar lugar a un sufrimiento innecesario derivado, no sólo de ocultar nuestro verdadero estado de ánimo, sino también de reprimirlo«.
La experta en salud mental pone el foco en las redes sociales y esa constante necesidad de mostrar que todo está bien en ellas. Es una realidad paralela que se aleja de lo cotidiano y aún más en una situación tan complicada como puede ser un confinamiento.
El psicólogo Luis Miguel Real explica en un post para el blog Psicología y mente que hay que tener cuidado con esas doctrinas que se autoimpone uno mismo, tipo: «Tu felicidad depende de ti», «El sufrimiento es opcional». Tal y como recalca el experto, no todo lo que ocurre en la vida de una persona depende directamente de ella o él mismo y, por supuesto, nadie trata las emociones de la misma forma.
Sufrir por la pérdida de un familiar, porque el teletrabajo se hace duro o incluso porque te han echado, es normal, son situaciones difíciles y quitarles peso no va a hacer que las superes antes, es más podría ser al revés.
Asumir que la cuarentena es óptima para poder conectar contigo mismo no puede ser un dogma, porque no es una realidad para todo el mundo, a mucha gente le habrá venido bien, en cambio a otros muchos les habrá supuesto lidiar con una situación muy difícil.
Por ello, la psiquiatra Gayani DeSilva explica que la clave reside en ser sincero respecto a la emociones, transmitirlas y permitirse a uno mismo tener un mal día o una mala semana, lo que necesite. Además exteriorizarlo te acercará a las personas de tu alrededor.
En numerosas ocasiones estar de bajón hace que necesites afecto, un abrazo, una persona que te escuche, pero si no lo exteriorizas es imposible que te brinde su ayuda.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Irina Pérez.