Fugaku, el superordenador más rápido del mundo ya trabaja a pleno rendimiento. Además de centrar sus esfuerzos en la búsqueda de tratamientos contra el coronavirus, esta máquina trabajará para combatir el cambio climático y otros proyectos.
Se hizo con el puesto número uno del ranking mundial de superordenadores en el verano de 2020, pero hasta ahora no podía demostrar toda su capacidad de cómputo. Fugaku, el ordenador más rápido, ya trabaja a pleno rendimiento.
Esta megamaquina es obra de la empresa Fujitsu y el instituto científico de Japón, Riken. En abril del año pasado se puso en marcha por primera vez dejando atrás a su predecesor, el superordenador K, que ya forma parte de la historia de la tecnología.
Estados Unidos y China llevaban años disputándose los primeros puestos de la lista TOP 500 de los superordenadores más rápidos del mundo. Con Fugaku, Japón ha conseguido desbancar a los dos favoritos y le ha arrebatado el primer puesto a Summit, el superordenador de IBM en Tennessee.
Los 415,5 petaflops de Fugaku suponen una potencia 2,8 veces superior a la que consigue actualmente Summit con 148 petaflops. Un petaflop equivale a 1.000 billones de operaciones por segundo, que Fugaku consigue gracias a sus más de 150.000 CPUs A64FX.
Este ordenador se basa en un diseño específico realizado por Fujitsu y basado en la arquitectura ARM. Cada uno de los procesadores tiene 48 núcleos a 2,2 GHz, lo que supone un total de 7,3 millones de núcleos. Es la primera vez que una máquina con arquitectura ARM consigue llegar al puesto número uno del ranking, otro golpe de efecto de Japón.
Hasta ahora Fugaku se ha centrado en la lucha contra el coronavirus, su capacidad de computación ha servido para analizar la eficacia de medicamentos y nuevos tratamientos para las personas contagiadas con el virus. También nos ha arrojado algo de luz en el correcto uso de las mascarillas.
Con todas sus CPUs en funcionamiento, este superordenador podrá dedicarse a más proyectos, como el estudio del cambio climático. «Espero que Fugaku sea capaz de llegar adonde su predecesor K no pudo, incluyendo aplicaciones de inteligencia artificial y análisis de datos«, ha indicado el responsable del proyecto, Hiroshi Matsumoto.
El equipo de Matsumoto ha bautizado así a Fugaku, en honor al monte Fuji, el más alto de todo Japón. Un buen nombre para una máquina que también ha conseguido los primeros puestos en categorías como el rendimiento en métodos computacionales para uso industrial, aplicaciones de inteligencia artificial y big data.