Existen varias razones por las que tu gato, incluso aunque sea miedoso o huidizo de los mimos, suele dormir en tus pies todas las noches. Desde supervivencia a protección, territorialidad, rutina o amor por su cuidador.
¿Nunca puedes estirar bien tus piernas a la hora de dormir porque una pequeña bolita peluda se acurruca cerca de tus pies? Cualquiera que viva con un gato sabe que dormir entre tus piernas en la cama es costumbre rutinaria, así como frotarse contra tus piernas mientras caminas o utilizar el lavabo de tu baño a modo de spa. Pero, ¿por que a los mininos les gusta tanto ocupar este espacio disponible a los pies de la cama? Existen varios motivos que los veterinarios explican.
En primer lugar, los gatos tienden a permanecer en estrecha proximidad física con su principal cuidador, la persona que los alimenta, atiende, les cambia la arena, les proporciona mimos y juega con ellos.
Otra interesante cuestión que detallan desde Experto Animal es que duermen en los pies por puro instinto de supervivencia, ya que como mínimo, sueles pesar entre 10 y 13 veces más que ellos. La costumbre de desplazarse a los extremos como la cabeza -la almohada- o los pies de la cama se apuntala de adultos, ya que cuando son cachorros es común que se recuesten en tu pecho, ya que los latidos del corazón les recuerda su etapa de lactante con su madre gatuna.
Bien, entonces quedamos en que estar a los pies de la cama les permite libertad de movimiento. Pero además, ese lugar les facilita ver quien entra y sale de cada habitación, un mecanismo natural de protección. También adoran tener el lomo recostado contra algo para sentir su espalda bien protegida. Y si detectan algún sonido extraño o presencia, la protección es mutua, por lo que suelen alertar a su cuidador.
Los gatos también son ordenados: les encanta la rutina y odian los cambios bruscos y las sorpresas, como las mudanzas, los ruidos o incluso las visitas de personas ajenas a su grupo de convivencia habitual. Por ello es normal que el fin de semana te despierten a la hora habitual y que si detectan que estás enfermo, se queden en cama contigo para hacerte compañía. Como también son territoriales y el hogar es suyo, patrullan y exploran todos sus rincones: la cama es una de sus guaridas.
Para finalizar, el calor corporal que también desprendes les genera comodidad y por ello, te permiten -no al revés-, compartir cama con ellos. Cabe recordar que los gatos duermen entre 12 y 20 horas al día -de cachorros es cuando más lo hacen-. Descansan tanto para reservar su calor corporal y energía para los momentos comprometidos. Tu presencia les genera tranquilidad y desconexión, por eso tienen un sueño profundo en lugar del habitual sueño ligero.
Además, los gatos adoran el calor, por eso se suelen poner bajo los rayos del sol y buscan los lugares más cálidos del hogar, así como el sofá caliente o estar cerca del radiador. Su compañero humano también sirve de estufa. Es todo un piropo que te permita dormir con él: recuerda que considera que la cama es suya, pero deposita en ti la suficiente confianza como para compartirla.
Somos varios en casa pero mi gato solo duerme conmigo, ¿por qué?
Cuando en la misma casa convivís varios miembros, es normal que el gato sienta apego e interactúe con todas las personas. Sin embargo, únicamente duerme en los pies de una persona de forma exclusiva: esta es su elegida, su persona favorita. Aunque durante el día pueda recostarse con cualquiera, jugar o dormitar al lado de alguien en el sofá, solamente dormirá en los pies de su humano preferido.
Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.