Como ya ocurre en otros países europeos como Francia, en España también se van a usar las etiquetas de reparabilidad. Hoy han sido aprobadas por el gobierno.
Hoy es el Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras, y el gobierno español ha querido aprovechar para anunciar que los productos eléctricos y electrónicos van a llevar una Etiqueta de Reparabilidad.
Este Sello de Reparabilidad va a indicar lo fácil o difícil que es reparar un producto, con un valor de 1 a 10. Una buena puntuación significa que se puede reparar con facilidad. Si suspende, es que la reparación es costosa a nivel técnico, o directamente no se puede llevar a cabo. El objetivo es luchar contra la obsolescencia programada.
Estas medidas están acompañadas de modificaciones en las leyes sobre el derecho a reparar, de manera que los consumidores tienen derecho a que les reparen sus productos eléctrónicos y eléctricos, si es posible. La excusa «es que nosotros no reparamos, compre uno nuevo«, ya no sirve.
El objetivo del gobierno con esta medida, que ya funciona desde el año pasado en Francia, es que los consumidores sepan antes de comprar un artículo, si se podrá reparar cuando se estropee. Se intenta así alargar la vida de los productos y con ello reducir la contaminación y el consumo de recursos naturales.
Estas Etiquetas de Reparabilidad vendrán en la parte exterior de todas las cajas de productos electrónicos, desde móviles a televisores, lavadoras, altavoces, etc.
También será obligatorio que se muestren en las fichas de las tiendas online. Como hemos dicho, en Francia ya están vigentes:
Es muy probable que aquí sean las mismas, para mantener la uniformidad en toda la Unión Europea. Además de la puntuación del 1 a 10, los colores ayudan a identificar fácilmente cuándo un producto costará o no repararlo.
Este Índice de Reparabilidad se otorga en base a cinco criterios objetivos, según explica la nota de prensa del Ministerio de Consumo. Para calcular el índice, se tendrá en cuenta la documentación proporcionada por el fabricante para la reparación y la facilidad para desmontar el producto. También sumará en el cálculo la disponibilidad de piezas de repuesto, la relación entre el precio de las piezas de repuesto y del producto original, así como otros criterios específicos en función de la categoría AEE (asistencia y facilidad en el reinicio de software).
Cada baremo tendrá un máximo de veinte puntos. El Índice de Reparabilidad se calcula sumando todos los puntos y dividiendo el resultado entre diez. Serán los propios fabricantes o importadores quienes calculen el índice de los aparatos eléctricos o electrónicos que comercialicen. Las autoridades de Consumo y de Vigilancia de Mercado serán quienes supervisen que el etiquetado es correcto.
Francia implantó este sistema en 2020, siguiendo las recomendaciones del Parlamento europeo. España será el segundo país en implantar la medida.