El mundo del arte ha dado con la fórmula para preservar la esencia de exclusividad que da valor a tantas obras únicas e irrepetibles en la difícil era de las copias digitales. ¿Sabéis qué son los NFT? Os lo contamos.
Videos, música, cromos, fotografías, … salvo las esculturas una gran parte del mundo del arte se ha visto sacudida por la irrupción del mundo digital. La facilidad con la que podemos copiar, descargar y compartir contenido en la web dificulta la venta y autoría de las obras. Los NFTs parecen haber llegado para reestablecer el mercado artístico, pero quizás su futuro sea aún más amplio.
Comenzó como una moda con la que coleccionar pequeñas imágenes de solo 8 bits y ha explotado en el último año hasta estar casi todos los días en los medios de comunicación. En su última «broma» por Twitter, Elon Musk amenazaba con vender una canción sobre los NFTs que, al parecer, había creado él.
Al margen de las excentricidades del magnate de SpaceX a las que nos tiene acostumbrados, un video del artista Beeple se ha vendido por 6.600 millones de dólares. El DJ 3LAU ha vendido 33 ‘tokens’ de sus discos digitales por más de 11 millones de dólares. Hasta una de las obras de Banksy se ha visto expuesta a la última fiebre de internet, los NFTs.
Casi todo lo que se ofrece son obras que fácilmente podemos replicar y compartir con amigos en redes sociales, pero que gracias a los NFTs conservan su valor de autenticidad y propiedad intactos. Esta es la parte práctica, luego está la moda y el espectáculo que acompaña a todo boom.
Carlos Alcocer de AMGaleria, la primera galería enteramente digital de Latino América, asegura que hay mucho de moda pasajera, pero también un prometedor futuro en esta tecnología: «lo que estamos viendo ahora es la punta del iceberg, yo creo que en cuanto la gente empiece a agregarle un valor utilitario al NFT, va a ser parte del día a día de la sociedad y va a explotar totalmente».
Blockchain, la raíz de los NFTs
Los NFT surgen hace varios años en Ethereum, una red de bloques o blockchain que produce criptomonedas. Su origen se debe a la pasión por el coleccionismo, los CryptoPunks y CryptoKitties fueron los primeros proyectos que alcanzaron una relevancia significativa y despertaron el interés por esta tecnología.
El truco de los NFTs se esconde tras la tecnología Blockchain o cadena de bloques, cuya estructura es muy difícil de hackear o manipular. Cada bloque de la cadena contiene una información determinada, como los datos de una obra de arte o los de una transacción de criptomonedas. A raíz de esa información se crea el hash, un código único que conecta un bloque con el siguiente haciendo crecer la cadena.
Todos los usuarios del blockchain cuentan con una copia de esa cadena, por lo que si otra persona intenta manipularla, es fácil de descubrir al no coincidir con las otras copias. Esto es lo que se conoce como bases de datos distribuidas (DLT) y su esencia democrática se ha convertido en el terreno perfecto para la floración de criptomonedas al margen de las divisas oficiales y sistemas de intercambio como los NFTs.
Ethereum es la cadena de bloques donde nacieron los NFTs y donde se encuentra el mercado más grande, pero tras su popularización han surgido otras plataformas (Binance Smart Chain, TRON, Cardano, Avalanche) y mercados dedicados a la venta de NFT como OpenSea y Nifty Gateway. «El problema que tiene Ethereum es que los costos de transacción son muy altos, entonces otros artistas que no tiene los recursos para acuñar una pieza, buscan estas alternativas» explica Alcocer, «puede pasar que esa blockchain que les ofrece transacciones gratuitas en algún momento desaparezca, se le deje de dar mantenimiento y entonces los compradores y artistas perderán sus NFT«.
Carlos Alcocer nos recomienda probar con Cardano, otra blockchain que cuenta, al igual de Ethereum, con contratos inteligentes. Los smart contracts son acuerdos, compras o contratos digitales en los que, por la propia esencia del blockchain, no necesitan la supervisión de terceras personas, ni realizar costosos trámites legales.
De esta forma no se requiere la firma de un notario, por ejemplo, para validar el acuerdo, aquí son los ordenadores y la cadena de bloques los que almacenan la documentación y firmas electrónicas y certifican que no se ha alterado por ninguna de las dos partes lo acordado. Los bancos y grandes empresas están empezando a interesarse por los contratos inteligentes como método de transacción para el futuro, y no solo como un mecanismo para invertir en piezas de arte.
«Toda la gente que quiera entrar a esto, definitivamente los dos lugares en los que debería estar es Twitter y Discord, olvídense de Facebook, no pinta para nada en NFT» nos explica Alcocer, que también recalca el poder de promoción que tiene para los artistas este nuevo mercado y la relación que puede crear entre creadores y compradores.
Actualmente AMGaleria trabaja para dar visibilidad a los artistas latinoamericanos en el mercado de los NFT. «Es un poco complicado, justamente porque a los artistas les cuesta mucho trabajo entender esto«, también han encontrado menos mercado de compradores en Latino América, frente a Estados Unidos y Europa «definitivamente América latina está muy en pañales, hay gente comprando, pero la mayoría de la comunicación llega de Norteamérica y Europa«.
Los primeros NFTs robados
La precaución y medidas de seguridad siguen siendo necesarios en el mercado de los NFT. Aunque el blockchain tenga fama de impenetrable no debemos bajar la guardia. En AMGaleria recomiendan no compartir la clave de las billeteras donde se guardan las criptomonedas y NFTs. Ya se han reportado casos de NFTs robados en la Nifty Gateway.
La compañía achaca el robo a que los usuarios afectados no tenían activada la verificación en dos pasos que refuerza la seguridad de las cuentas y esto ha facilitado a los hackers el acceso al correo de los usuarios y de ahí a la cuenta de Nifty Gateway. Un proceso similar al robo de cuentas bancarias por phishing o SIM Swapping.
También se debe extremar la precaución a la hora de comprar o invertir en NFTs más dinero del que realmente podemos permitirnos perder. Este mercado, además de impulsar la creación y venta de arte, se está usando como sistema especulativo y es un juego muy peligroso con el que se puede ganar mucho dinero, pero también perderlo.