China acusa a Tesla de espionaje y limita el uso de sus vehículos: militares, funcionarios y algunos empresarios no podrán utilizarlos.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China está lejos de acabar y parece que poco ha cambiado por el momento a pesar de la salida de la presidencia de Donald Trump. Como ejemplo, Huawei sigue sufriendo problemas en Estados Unidos, pero las acusaciones de espionaje ocurren en ambas direcciones y Tesla acaba de coger importancia en el conflicto.
La noticia ha saltado a través de The Wall Street Journal. Según lo publicado, China desconfía de Tesla y las tecnologías que implementa, en especial la gran cantidad de cámaras y sensores que sirven para la conocida conducción autónoma de los vehículos, pero que recogen más información.
Estas tecnologías pueden servir para acaparar información sobre los desplazamientos de los conductores y lugares a los que nadie tiene acceso además del mismo Gobierno. No es posible limitar los datos que recogen, por eso han prohibido que algunas personas utilicen vehículos Tesla.
Entre los que no podrán desplazarse en un Tesla se encuentran funcionarios, militares, empresarios y directivos de empresas que trabajen con el Estado. Pero se debe entender que la limitación también es un duro golpe de cara a la venta para el resto de ciudadanos por el daño que puede hacer a la reputación y publicidad de la empresa.
Elon Musk ha respondido con cierta moderación para lo que es su tono habitual. Según sus palabras, si Tesla espiase a los conductores, les habrían cerrado la empresa hace tiempo. Además, no ha dudado en presumir de la confidencialidad con la que afirman trabajar.
El problema puede ser muy importante. China es un mercado inmenso que sigue creciendo y donde Tesla vende casi un tercio de sus vehículos, pero también un lugar con gran competencia en el que empresas nacionales trabajan en vehículos eléctricos. Además, frenar las ventas puede tener consecuencias en las ganancias directas y en el fluctuante valor en bolsa que acompaña a Tesla.
Veremos cómo avanza la relación entre Tesla y China y si es similar a la que están sufriendo algunas empresas asiáticas en Estados Unidos. Queda claro que la guerra comercial continúa y este caso tal vez aumente aún más la tención.