Acabamos de asistir a la presentación del realme 8 Pro, un móvil que llega acompañado de wearables tan interesantes como los auriculares true wireless Buds Air 2 y el Watch S Pro, pero que por sus características, es el que va a reclamar toda la atención en el día de hoy.
Y es que, estamos ante un nuevo terminal que quiere ser de esos que recomendemos sí o sí cuando nos pregunten por móviles buenos, bonitos y baratos en la gama media y, aunque la competencia con el Redmi Note 10 Pro y los nuevos Poco va a ser feroz, realme ha hecho una cosa muy, muy bien: crear un móvil muy equilibrado.
A continuación, os contamos nuestra experiencia con el realme 8 Pro en esta toma de contacto en la que vemos las principales características, lo que nos ha gustado más, lo que menos y en la que os dejamos un montón de fotografías hechas con el terminal, ya que la cámara es uno de los puntos fuertes.
realme 8 Pro | |
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Pantalla | Panel SuperAMOLED de 6,4″ | El 90,8% del frontal es pantalla | Resolución de 2.400 x 1.080 píxeles | Brillo máximo de 1.000 nits | Muestreo de 180 Hz | Refresco de 60 Hz |
Procesador | Snapdragon 720G |
Memoria RAM | 6 / 8 GB LPDDR4X |
Almacenamiento | 128 GB UFS 2.1 |
Cámaras principales | Principal de 108 Mpx f/1.9 | Gran angular de 8 Mpx f/2.2 | Macro de 2 Mpx f/2.4 | Profundidad de 2 Mpx f/2.4 |
Cámara frontal | 16 Mpx f/2.45 |
Batería | 4.500 mAh | Carga de 50 W | Cargador incluido de 65 W |
Sistema operativo | Android 11 + realme UI 2.0 |
Dimensiones y peso | 160,6 x 73,9 x 8,1 mm | 176 gramos |
Precio | Desde 259 euros |
Primeras impresiones del realme 8 Pro por apartados:
Personalidad y un panel SuperAMOLED que brilla con luz propia
Vamos a empezar hablando del diseño. Y es que, realme ha apostado por un diseño que llama la atención y por un tamaño y peso relativamente contenidos si tenemos en cuenta el resto del mercado y la tendencia de pantallas cada vez más grandes en todas las gamas.
El móvil tiene unos 16 centímetros de altura y sí, no es un compacto, pero es más cómodo que los que se van a los 164 mm en adelante. El grosor es de 8,1 milímetros y el peso es de solo 176 gramos. El motivo es que realme no ha utilizado cristal, sino un policarbonato que se siente de calidad y que, además, tiene un acabado rugoso que mejora el agarre.
Es un móvil realmente cómodo en las manos tanto por las dimensiones y peso como por el tacto de la trasera, que se ‘rompe’ con el eslogan de realme y en el que no se quedan las huellas marcadas. Buen punto para el terminal.
En esa parte trasera destaca un módulo de cámara que no pasa precisamente desapercibido y sobre el que ya hay algunas bromas comparándolo con una vitrocerámica. No es el más bonito que hemos visto en los últimos meses, la verdad, pero lo cierto es que la trasera tiene personalidad.
Los laterales también son de plástico con un color ligeramente diferente y un acabado plano. En el derecho tenemos toda la botonera, que cambia respecto a la generación anterior.
Y es que, el realme 7 Pro contaba con el botón de bloqueo en el lateral derecho mientras en el izquierdo tenía el control de volumen.
En el lateral izquierdo, ahora, solo tenemos el módulo DualSIM más una microSD y en la parte superior solo encontramos un micrófono. En la parte inferior tenemos otro micrófono, el único altavoz, el USB-C y un jack de 3,5 mm para auriculares.
Y si pasamos al frontal, vemos que tenemos el auricular de llamadas junto a un generoso sensor de luz para regular el brillo automático en el marco superior y la cámara frontal en un orificio en pantalla en la esquina izquierda. No es el orificio en pantalla más pequeño del mercado, pero no molesta al ver contenido y notificaciones.
Si vemos características de pantalla, contamos con un panel de 6,4″ SuperAMOLED que se ve realmente bien. Me gusta el trato de color que tiene este panel, el brillo me parece más que bueno para exteriores, el sensor de brillo automático es rápido y preciso y los colores son una maravilla.
realme nos permite, mediante diferentes opciones de software, perfilar el color para dejarlo a nuestro gusto, y esto es algo siempre interesante en móviles con paneles OLED/AMOLED. La resolución es de 2.400 x 1.080 píxeles y el punto «negativo» es que solo tiene 60 Hz de refresco.
Es cierto que realmeUI 2.0 está muy optimizado y las transiciones son muy suaves, pero nos habría gustado encontrar 90 Hz, al menos, tanto por las sensaciones a la hora de navegar por sistema y aplicaciones como para estar más a la par con la competencia.
El muestreo sí es de alto refresco, 180 Hz que permiten que la respuesta de la pantalla sea prácticamente inmediata y no puedo decir, ni mucho menos, que el móvil se sienta ‘lento’, pero esos 90 Hz le habrían venido genial a una capa como la de realme.
Es un buen móvil para consumir multimedia y el sonido, aunque no es estéreo, cumple con un rango bien dimensionado. Ya entraremos en detalle en el análisis, pero de momento os dejamos un ejemplo de cómo suena este móvil:
Es, en definitiva, un diseño muy cómodo entre manos con una buena pantalla para consumir contenido que no falla en algo fundamental como es el nivel de brillo máximo.
Un viejo conocido se alía con Android 11 y el nuevo realmeUI 2.0
Si nos vamos al interior, tenemos el Snapdragon 720G. Se trata de un procesador que no es, ni mucho menos, nuevo y que, de hecho, queda algo por detrás del SoC utilizado en la competencia directa, un Redmi Note 10 Pro que es su principal competidor.
Estamos hablando de un SoC que es el mismo que llevaba la generación anterior, el realme 7 Pro, y que sigue rindiendo muy bien sin estar a la vanguardia tecnológica en la gama media. Tiene la Adreno 618 como GPU y el procesador es un ocho núcleos en el que dos van a 2,3 GHz y los otros seis a 1,8 GHz.
En principio, solo iba a llegar a nuestro territorio la versión con 8 GB de memoria RAM y 128 GB de almacenamiento, pero para poder ofrecer una opción aún más económica, realme lanzará la versión de 6 GB como exclusiva de Amazon.
El que tenemos nosotros es el modelo de 8 GB y a continuación os dejamos los test sintéticos:
realme 8 Pro | Redmi Note 10 Pro | POCO X3 NFC | Realme 7 Pro | Oppo Reno 2 | Motorola Moto G 5G Plus | |
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Procesador | SD 720G | SD 732G | SD 732G | SD 720G | SD 730G | SD 765 |
AnTuTu | 287.264 | 290.775 | 284.403 | 287.836 | 264.032 | 303.413 |
PC Mark | 8.999 | 8.186 | 8.225 | 7.883 | 7.351 | 8.269 |
El sistema se mueve realmente bien puede con todo tipo de tareas. En juegos más pesados como Genshin Impact o Fortnite notamos que no podemos ponerlos al máximo, pero no he tenido un calentamiento excesivo.
Tener un chip como el 720G no es, lo que se dice, excitante, pero lo cierto es que prefiero un chip más viejo y menos potente con un sistema optimizado… que más potencia y un sistema que vaya no tan bien como debería.
La optimización juega un papel fundamental en cualquier móvil y pese a los 60 Hz de la pantalla y el Snapdragon 720G, he notado un rendimiento muy fluido y estable en todo momento a nivel de sistema.
El móvil llega actualizado a Android 11 junto a la capa de personalización realmeUI 2.0. La compañía ha prometido que es una capa más rápida, estable y segura que la anterior y lo cierto es que en velocidad y estabilidad sí notamos un paso adelante.
Se lleva bien con la multitarea, la memoria no es UFS 3, pero lo cierto es que la velocidad del sistema es notable y ya os contaremos más en el análisis del realme 8 Pro de dentro de unos días, pero me gusta esta capa. Me parece que tiene opciones de personalización suficientes, es atractiva y no un cimple clon de ColorOS.
Hablando de la velocidad, así rinden las memorias del realme 8 Pro:
Rendimiento de memoria | realme 8 Pro | Redmi Note 10 Pro | Redmi Note 9 Pro | Poco X3 | Oppo Reno 4Z | Realme 7 |
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Escritura secuencial | 167,72 MB/s | 209,29 MB/s | 102,88 MB/s | 200,24 MB/s | 157,41 MB/s | 145,95 MB/s |
Lectura secuencial | 239,25 MB/s | 415,19 MB/s | 420,32 MB/s | 495,76 MB/s | 488,54 MB/s | 233,69 MB/s |
Escritura aleatoria | 14,78 MB/s | 19,38 MB/s | 19,29 MB/s | 14,73 MB/s | 23,50 MB/s | 17,19 MB/s |
Lectura aleatoria | 11,84 MB/s | 17,25 MB/s | 14,06 MB/s | 19,03 MB/s | 15,51 MB/s | 14,89 MB/s |
Velocidad de copia en memoriia | 4,89 GB/s | 4,83 GB/s | 4,75 GB/s | 4,76 GB/s | 6,10 GB/s | 4,9 GB/s |
No es el mejor hardware actualmente, pero el software está muy bien optimizado. Y eso se nota.
Sobre los métodos de desbloqueo, tenemos huella en pantalla y un sistema de reconocimiento facial mediante la foto típica de Android. Es un sistema preciso y que, sin ser el más rápido que hemos visto recientemente, funciona de manera estable.
4.500 mAh y carga rápida de 50 W, pero con cargador de 65 W en la caja
Cuando tuve el móvil entre manos por primera vez, sin conocer aún las características, pensé «qué delgadito es, veremos la batería». Y, efectivamente, el grosor y el tamaño de un móvil afecta directamente a las baterías tal y como están compuestas actualmente.
Tenemos una batería de 4.500 mAh que no es demasiado teniendo en cuenta lo que vemos en otras compañías y que, con mi uso, me ha dado para un día intensivo sin problemas. Pensaba que iba a ser menos debido al alto brillo del panel y mi uso, pero el Snapdragon 720G está muy optimizado, así como el sistema, y lo cierto es que el terminal aguanta bien.
Hay que esperar al análisis, pero he tenido entre seis horas y media y siete horas y media de pantalla al día, lo que no está mal teniendo en cuenta esos 4.500 mAh. En los test sintéticos he registrado 8 horas 50 minutos con el brillo al 100%. No es demasiado, no, pero os recuerdo que el brillo es bastante alto.
Lo que me ha gustado mucho es la carga rápida. No tenemos carga inalámbrica, solo por cable, y lo máximo que aguanta son 50 W que permiten cargar el 50% en 15 minutos y el 100% en 45 minutos.
Es una carga rápida más que suficiente y que es muy rápida tanto por la potencia como porque solo tiene que llenar 4.500 mAh. Y sí, me sigue pareciendo de locos tener el 100% de la carga en tres cuartos de hora.
Algo curioso es que el cargador SuperDart que incluye realme no es de 50 W, sino de 65 W. Y es curioso porque hay otras compañías con móviles que soportan cargas de 30 W que te meten el cargador de 33 W, pero aquí tenemos una diferencia de 15 W de potencia.
Y sí, con este cargador puedes cargar otros dispositivos rápidamente y, además, he estado cargando mi MacBook Air M1 esta semana, y es más rápido que el cargador que incluye el portátil de Apple.
108 megapíxeles que permiten un nuevo zoom digital que da el pego
Pero pasemos a las cámaras, ya que la competencia también se está poniendo dura en este segmento de precio a nivel fotográfico. La cámara principal cuenta con 108 megapíxeles y una apertura f/1.9. No está estabilizado, pero lo cierto es que no he tenido problemas de trepidación en ninguna situación.
Podemos hacer fotografías a tamaño completo, pero también a 12 megapíxeles gracias a una técnica de pixel binning que une nueve píxeles para formar uno de mayor tamaño. Si tiramos a resolución completa, podemos hacer un recorte interesante, pero lo cierto es que si hacemos un recorte del 100% empezamos a ver un efecto acuarela que, sinceramente, no me gusta demasiado.
También hay una diferencia en el trato de color entre el modo de resolución completa y el modo automático. Esto es algo que podéis ver claramente en este ejemplo:
En el modo automático, el móvil realiza un procesado de color que me ha gustado y, además, es muy versátil, consiguiendo fotos bonitas sin tener que retocar contraste o saturación a posteriori. No son las fotos más «planas» para editar después, ya que están muy procesadas, pero si os gustan los colores vibrantes, os gustará este procesado.
Además, se porta bien tanto en interiores como de noche. Es verdad que en estas situaciones el ruido es más abundante, pero son fotos perfectamente usables.
Ahora bien, algo que me ha gustado es que el sensor de 108 megapíxeles, junto a algunas técnicas de procesado extra, permiten hacer un zoom digital 3x que se porta muy, muy bien (realme dice que a la altura de un telefoto) y un 5x al que se le notan las costuras, pero que también es bastante interesante.
Son fotos nítidas y con esos buenos colores del sensor principal, pero aunque es verdad que nos permiten acercarnos al objetivo a fotografiar, lo cierto es que no se puede comparar con un telefoto óptico no por la calidad de imagen, sino por otras cualidades (perspectiva, profundidad de campo…) que dan los telefoto. Esto no deja de ser un zoom digital, pero me ha gustado.
Este sensor principal está acompañado por un gran angular de 8 megapíxeles que se porta bien y que hemos visto en varios terminales estas últimas semanas. Tiene una apertura f/2.2 y, aunque hay algo de aberración cromática en algunas situaciones y los 8 Mpx no dan para hacer un recorte, es ‘usable’ en algunas situaciones.
El tercer sensor es un macro de 2 megapíxeles que es para situaciones contadas y que, sinceramente, sustituiría por una foto a 108 Mpx con recorte:
Y el cuarto sensor es un sensor monocromo que está «escondido» en las opciones de software de la app de cámara. Hay muchísimos modos de captura que veremos en el análisis, pero ya os adelantamos que nos han gustado a nivel general.
Sobre el vídeo, tenemos 4K30 como máximo y os dejamos unos ejemplos a continuación:
Ya veremos el apartado de la cámara en profundidad cuando publiquemos el análisis, pero lo cierto es que nos ha convencido en esta primera semana de uso.
Apretando más la gama media
Nos hemos dejado cosas en el tintero, como notas más concretas y detalladas del software (que es una gran sorpresa) y más fotografías, pero esto no deja de ser un artículo de primeras impresiones del realme 8 Pro y trataremos todos los temas en profundidad en el análisis de dentro de unos días.
Lo importante es que, en esta primera semana de uso, el terminal nos está convenciendo. Es cierto que choca, al principio, tener un panel a 60 Hz, pero también es verdad que el sistema Android 11 + realmeUI 2.0 está tan optimizado que es rápido, estable y con unas animaciones muy suaves. Me ha recordado, salvando las distancias, a iOS en este sentido, que va realmente bien en móviles a 60 Hz.
El Snapdragon 720G tiene un tiempo a sus espaldas, pero sigue rindiendo bien en todas las tareas y el diseño me ha convencido. No es el más premium (tampoco se siente como tal), pero es un móvil muy cómodo en la mano y ciertamente ligero para lo que estamos acostumbrados.
La pantalla es muy interesante para consumir multimedia y la cámara principal nos ha convencido totalmente. Eso sí, seguimos lamentando que los fabricantes sigan metiendo sensores ‘de adorno’ como ese monocromo o el blanco y negro, ya que si no estuvieran, ese coste de desarrollo se podría emplear en mejorar un gran angular que suele pasar desapercibido.
Como decimos, os contaremos nuestra opinión completa en el análisis, pero este primer acercamiento al móvil tras varios días de uso nos demuestra que realme tiene las cosas muy claras. Y, al final, eso es importantísimo en una compañía que quiere plantar cara en un segmento tan complicado como el de la gama media.