Han tardado, pero por fin estamos viendo más miembros de la familia Mi 11 en el mercado. Hace unas semanas, Xiaomi presentó el Mi 11, un terminal que nos gustó bastante en nuestro análisis, pero que llegaba solo, sin versiones Pro, Ultra, Max, Lite ni con cualquier otro apellido.
¿Cuánta parte es estrategia y cuánta es falta de componentes debido a la crisis de los microprocesadores? No lo sabemos, pero la espera ha terminado y tenemos muchos, muchísimos más miembros de esta generación que están a punto de salir a la venta.
El primero que nos ha llegado es el hermano pequeño, un Xiaomi Mi 11 Lite que analizamos a continuación en su versión 4G, la que lleva el Snapdragon 732G. Sin embargo, lo importante en esta ocasión no está tanto en el interior… como en el exterior.
Xiaomi Mi 11 Lite | |
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Pantalla | Panel de 6,55″ AMOLED | 2.400 x 1.080 píxeles | Compatibilidad HDR10+ | Panel plano | Refresco de 90 Hz y muestreo de 240 Hz |
Procesador | Snapdragon 732G en versión 4G |
Memoria RAM | 8 GB LPDDR4X |
Almacenamiento | 128 GB |
Cámaras principales | Principal de 64 Mpx f/1.8 | Gran angular de 8 Mpx f/2.2 | Telemacro de 5 Mpx f/2.4 |
Cámara frontal | 20 Mpx |
Batería | 4.250 mAh | Carga de 33 W | Cargador en la caja |
Sistema operativo | Android 11 + MIUI 12 |
Dimensiones y peso | 160,53 x 75,73 x 6,81 mm | 156 gramos |
Precio | Desde 299 euros |
Análisis del Xiaomi Mi 11 Lite por apartados:
Menos de 7 milímetros y acabado de cristal brillante que merece un hueco en la gama premium
Como es habitual en nuestros análisis, vamos a empezar hablando del diseño y este es, precisamente, uno de los puntos fuertes del Mi 11 Lite.
Desde que lo sacamos de la caja, sabemos que tenemos algo especial entre manos porque cogemos un móvil de 160,5 mm de alto por 75,7 de ancho, unas medidas normales para un móvil con esta diagonal de pantalla, pero nos extraña tanto el grosor como, sobre todo, el peso.
El diseño de un móvil es algo que condiciona, mucho, algunas decisiones y componentes. Por ejemplo, no hay espacio para un jack de 3,5 mm que, estoy convencido, tendría si fuera algo más ancho. Xiaomi, sin embargo, incluye un adaptador de USB-C a jack de 3,5 mm en la caja, y esto es algo que solo podemos aplaudir.
Por otro lado, la batería también se ve condicionada por el reducido grosor del terminal. Tenemos solo 4.250 mAh debido a un grosor de 6,8 milímetros. Es el móvil más delgadito que hemos probado en años, y eso hace que el peso también sea muy reducido, solo 157 gramos que, con una pantalla de 6,55″, sorprenden en la mano.
Ahora bien, vayamos a lo estético porque aquí hay luces y sombras. Por un lado, tenemos una trasera de cristal brillante que sí, es espectacular porque refleja a la perfección absolutamente todo. Es un acabado prácticamente espejo, al menos en el color negro que estamos analizando y tiene un efecto ‘wow’ importante cuando vas por la calle.
Sin embargo, es muy bonito en fotos y vídeos que hagas justo tras limpiar la trasera, ya que en cuanto lo tocas… se quedan todos los dedazos marcados.
En el vídeo que tenéis sobre estas líneas podéis ver que es un móvil muy, muy bonito cuando está limpio en los primeros segundos, pero que tras dar un par de vueltas para que veáis el resto de ángulos y volver a la trasera, tenemos todo el cristal marcado.
Me gusta el módulo de cámara, sin embargo, ya que Xiaomi ha mantenido esa identidad del módulo del Mi 11 que comparte el modelo Pro (que no se venderá en nuestro territorio) y el Mi 11i, aunque en esa ocasión un poco más estirado en el eje vertical, pero con unas líneas reconocibles.
Es crear identidad de marca y hacer que la generación Mi 11 sea reconocible, y al final son detallitos que demuestran que, por fin, se están tomando en serio ese apartado.
Si nos vamos a los laterales, tenemos un lateral derecho con los botones de volumen y el de bloqueo, donde está el sensor de huellas. En el lateral izquierdo no tenemos absolutamente nada, en el superior está un micrófono y el clásico emisor IR de Xiaomi y en la parte inferior tenemos otro micrófono, el módulo de DualSIM o SIM más nanoSD, uno de los altavoces y el SUB-C.
El otro altavoz está en la parte frontal, en una minúscula ranura, que es la del auricular de llamadas, sobre un muy delgado marco superior. Este marco, así como los laterales, miden 1,88 milímetros y el inferior, la barbilla, se va a los 2,75 milímetros.
Xiaomi ha disminuido en gran medida el tamaño del marco inferior logrando prácticamente la simetría y dando un aspecto muy interesante a este frontal en el que tenemos la cámara frontal ubicada en uno de los laterales.
Este orificio tiene unas dimensiones de algo más de 4 milímetros y si hubiera sido algo más pequeño, como otros que hemos visto en móviles Redmi recientemente –el Redmi Note 10 Pro, sin ir más lejos-, sería la cuadratura del círculo.
Es un móvil, como digo, vistoso y muy cómodo entre las manos con una ligerísima curvatura tanto en el cristal delantero como en el trasero y… sí, os recomiendo poner la funda incluida si queréis que el móvil se mantenga limpio.
Pantalla AMOLED a 90 Hz y sonido estéreo para devorar contenido
Pasemos a la pantalla, ya que es otro de los puntos fuertes del terminal. Se trata de una pantalla plana cuyos laterales y parte inferior tienen un cristal ligeramente curvado para mejorar la navegación por gestos, algo que se agradece en el día a día, pero como digo, es una pantalla plana.
El panel es AMOLED y, como estamos viendo en los últimos móviles de gama media de la compañía china con este tipo de panel, se trata de una pantalla que ofrece las tres ‘b’: buen contraste, buen brillo y buenos ángulos de color. Además, hay un claro factor de inmersión gracias a una proporción pantalla-cuerpo del 85,3%.
Para ver contenidos, es un panel muy recomendable que ofrece unos colores vibrantes de serie, pero que como estamos acostumbrados en MIUI 12, podemos personalizar para dejarlos como más nos gusten y conseguir una experiencia de visionado de contenido más personalizada. Hay diferentes perfiles de imagen y, además, una barra que nos permite cambiar la tonalidad del panel.
La resolución es FullHD+, lo que se traduce en 2.400 x 1.080 píxeles, arrojando una densidad de 402 píxeles por pulgada en su panel de 6,55″. Como es habitual con esta resolución y densidad, es un panel en el que no vais a poder distinguir los píxeles a simple vista y que, gracias al diseño de los iconos y un ligero sombreado, hace que todo luzca de maravilla.
Es compatible con HDR10 y como estáis viendo en el vídeo y en las fotos, los colores se ‘salen’ de la pantalla gracias a un muy buen contraste y ese puntito de saturación que comento y que hace que todo parezca más espectacular.
Además de para consumir contenido en vídeo, es un muy buen panel para jugar tanto por ese formato plano como por el refresco de 90 Hz. Sí, no llega tan lejos como el Mi 11 o el Redmi Note 10 Pro, pero esos 90 Hz son, definitivamente, un salto si los comparamos con los 60 Hz de móviles de la competencia.
La experiencia es muy buena, pero hay que activarlos porque, al menos en mi unidad, llegan desactivados de fábrica, teniendo el refresco a 60 Hz. Para jugar a juegos compatibles es un gustazo, pero ojo porque el Snapdragon 732G no va a poder ofrecer esa experiencia en juegos muy exigentes gráficamente debido a las limitaciones del propio procesador.
Eso sí, esos 90 Hz también se agradecen a la hora de hacer scroll en apps como Instagram o Twitter, a la hora de navegar por el sistema y, en definitiva, a la hora de realizar cualquier toque en la pantalla, ya que el muestreo es de 240 Hz, lo que significa que la respuesta de la pantalla ante una pulsación es prácticamente instantánea.
¿Y qué pasa con el brillo? Xiaomi ha montado pantallas brillantes, literalmente, en sus últimos dispositivos y en este prometen, oficialmente, un brillo típico de 500 nits y un pico de 800 nits. Nosotros hemos sacado la herramienta de medir y hemos registrado una media de 1.381 Lux en el modo de altas luces, el modo que se activa cuando estamos al aire libre para ver mejor la pantalla.
Es un brillo muy alto y, de nuevo, vemos que Xiaomi está montando pantallas, literalmente, brillantes en sus dispositivos tanto en la gama alta como en la media, algo que nos gusta porque, al final, lo que significa es que se ven bien a plena luz del Sol cuando vamos por la calle.
En esta ocasión, la consistencia del brillo no es tan notable como en otros paneles y vemos que el brillo máximo de la zona inferior es mayor al de la superior, obteniendo una desviación media de 41,04 Lux. No es el más consistente que hemos probado últimamente, pero no deja de ser un brillo altísimo.
Además, el sensor de brillo automático es rápido y preciso, teniendo muy en cuenta la luz ambiental para ofrecer una buena experiencia.
Como siempre, Xiaomi nos da una gran libertad para personalizar tanto el sistema como lo que muestra la pantalla y tenemos varios modos de imagen, como comentaba, podemos ocultar el orificio en pantalla y tenemos modo Always-on Display.
Eso sí, no están los superwallpapers que sí teníamos en el Mi 11 estándar y tampoco los modos de mejora de imagen e interpolación de imágenes mediante IA que también vemos en su hermano mayor, pero por lo demás… está todo.
Es, en definitiva, un muy buen móvil para ver contenido y el sonido acompaña en esta experiencia. Tenemos un sistema estéreo que se vale del altavoz inferior y del auricular de llamadas. El inferior es algo más potente, pero en general tenemos un buen sonido estéreo que cuenta con unos graves contundentes y unos agudos que no chirrían demasiado si subimos la barra del volumen.
Os dejamos un ejemplo a continuación:
Por software tenemos la opción de configurar un potenciador de sonido dependiendo de si estamos reproduciendo música, vídeo o voz, aunque también podemos dejarlo en ‘auto’ para que cambie solo dependiendo del contenido. También podemos activar una opción que nos permite cambiar el volumen de varias aplicaciones de manera independiente.
Y ya hemos contado que no tiene jack de auriculares, pero si conectamos auriculares Bluetooth o mediante el adaptador incluido por cable, tenemos diferentes modos y un ecualizador manual, todo un acierto.
Otro móvil con SD 732G y con un MIUI que, por fin, parece optimizado
Ya he dejado claro que, aunque el interior no está nada mal, en este móvil lo que importa es el exterior, la sensación del terminal en el bolsillo, entre las manos, el tener un móvil que, tras dos semanas usándolo, me sigue sorprendiendo porque no pesa nada.
Sin embargo, evidentemente, en un móvil de 300 euros el interior debe acompañar y, en esta ocasión, tenemos el mismo chip que en el Redmi Note 10 Pro o en el Poco X3 NFC.
Es decir, Xiaomi no ha dado un saltito en su ‘gama alta dentro de la gama media’, algo que sí han hecho desde Poco con sus X3 Pro y F3, ‘remozando’ los Snapdragon tope de gama de anterior generación. Pero bueno, el rendimiento me ha sorprendido por la optimización del sistema, algo que no deja de ser importantísimo.
Antes de pasar a eso, volvamos a ‘conocer’ el SD 732G. Es un procesador de ocho núcleos en el que dos de ellos van a 2,3 GHz y otros seis a 1,8 GHz. La GPU es la Adreno 618 y mi versión es la de 8 GB de memoria RAM.
Os dejamos los resultados de los test sintéticos pasados tras la última actualización del sistema:
Xiaomi Mi 11 Lite | realme 8 Pro | Redmi Note 10 Pro | Oppo Reno 4 | Oppo Reno 4Z | Oppo reno 4 Pro | Redmi Note 9T | Redmi Note 9 Pro | Redmi Note 9S | |
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Procesador | SD 732G | SD 720G | SD 732G | SD 765 | Dimensity 800 | SD 765 | Dimensity 800U | SD 720G | SD 720G |
Geekbench 4 Single | 2.232 | 2.647 | – | 2.887 | 2.525 | 2.844 | – | 2.639 | 2.638 |
Geekbench 4 Multi | 7.092 | 6.902 | – | 7.375 | 8.696 | 7.237 | – | 6.997 | 6.978 |
Geekbench 5 Single | 492 | 568 | – | 616 | 518 | 598 | 601 | 567 | 564 |
Geekbench 5 Multi | 1.699 | 1.707 | – | 1.803 | 2.161 | 1.765 | 1.794 | 1.768 | 1.709 |
3D Mark | 2.717 | 2.596 | – | 3.278 | 3.284 | – | – | 2.499 | 2.466 |
AnTuTu | 289.214 | 287.264 | 290.775 | 325.121 | 309.446 | 323.134 | 294.894 | 262.461 | 249.809 |
PC Mark | 8.052 | 8.999 | 8.186 | 7.998 | 7.720 | 7.803 | 8.780 | 7.772 | 7.473 |
Son buenos números, pero seguramente estarán lejos de lo que consiga el nuevo SD 780G que es, precisamente, el SoC que monta el Mi 11 Lite 5G. Tenemos ganas, de hecho, por ver cómo rinde ese procesador, pero volviendo al Mi 11 Lite 4G, no podemos decir que tengamos unas malas tripas.
La memoria, por su parte, es UFS 2.2 y está a la altura de la que vimos en el Redmi Note 10 Pro:
Rendimiento de memoria | Xiaomi Mi 11 Lite | Redmi Note 10 Pro | Redmi Note 9 Pro | Poco X3 | Oppo Reno 4Z | Realme 7 |
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Escritura secuencial | 211,26 MB/s | 209,29 MB/s | 102,88 MB/s | 200,24 MB/s | 157,41 MB/s | 145,95 MB/s |
Lectura secuencial | 416,95 MB/s | 415,19 MB/s | 420,32 MB/s | 495,76 MB/s | 488,54 MB/s | 233,69 MB/s |
Escritura aleatoria | 16,79 MB/s | 19,38 MB/s | 19,29 MB/s | 14,73 MB/s | 23,50 MB/s | 17, 19 MB/s |
Lectura aleatoria | 16,66 MB/s | 17,25 MB/s | 14,06 MB/s | 19,03 MB/s | 15,51 MB/s | 14,89 MB/s |
Velocidad de copia en memoriia | 4,93 GB/s | 4,83 GB/s | 4,75 GB/s | 4,76 GB/s | 6,10 GB/s | 4,9 GB/s |
En apps del día a día como redes sociales, gestión de correo, Google Discover y navegación web, el móvil se porta perfectamente y he notado una mejora evidente en esta versión de MIUI. Se trata de MIUI 12.0.3 y ese ‘lag’ o tirones en el sistema que notaba en el Redmi y en el Mi 11 con Snapdragon 888 han desaparecido, casi en su totalidad, en este Lite.
Como podéis ver en el vídeo, el sistema se mueve sin problemas, va muy bien en el panel a 90 Hz y, de hecho, cuando bajo a 60 Hz creo que esos tirones vuelven. Puede que lo que haya hecho Xiaomi, por fin, es optimizar MIUI para pantallas con alta tasa de refresco, aunque ahora va algo peor a 60 Hz. Al menos esa es mi experiencia.
Sobre el sistema, ya os hemos contado que MIUI 12 es altamente personalizable y podemos afinar prácticamente al milímetro los parámetros que queremos en pantalla en todo momento. Tenemos cajón de apps, contamos con una barra de notificaciones clásica o disociada como en iOS (notificaciones por un lado y atajos por otro) y, en definitiva, es un sistema muy estable.
Los métodos de desbloqueo nos han gustado y, aunque tenemos pantalla AMOLED, no incorpora el sistema de huella en pantalla, sino el desbloqueo capacitivo en un lateral, que funciona realmente rápido, y reconocimiento facial mediante foto.
Necesita algo de luz para funcionar correctamente, pero como se puede ver, el reconocimiento facial funciona de manera rápida y el de huella es instantáneo.
Y sí, el desbloqueo por huella con sistema capacitivo es mucho más rápido y preciso que el sistema óptico en pantalla, es inherente a la tecnología, pero es que la animación de desbloqueo también está muy, muy pulida y se nota la experiencia de Xiaomi en este campo.
4.250 mAh condicionados por el grosor
La capacidad de la batería va estrechamente ligada al grosor. En la configuración y tecnologías actuales, más mAh conlleva más grosor y si hablamos de un móvil de menos de 7 milímetros de grosor, está claro que esto no es algo que juegue a favor de la batería.
Tenemos 4.250 mAh, una cifra que no está mal para móviles más pequeños, pero uno con una pantalla de 90 Hz y de 6,55″ que, además, tiene un brillo elevadísimo, sí se puede quedar corto. Y, de hecho, si eres un usuario muy, muy exigente, a lo mejor llegas al final del día de milagro.
No es lo que me ha ocurrido a mi, la verdad, ya que haciendo fotos, con brillo automático y con la pantalla a 90 Hz, he tenido unas seis horas y media de pantalla. En nuestros test sintéticos con el brillo al máximo, la cifra se queda en apenas 6 horas 59 minutos. Muy poco, sí, pero esperable teniendo en cuenta lo que comentamos (brillo más capacidad de batería).
Respecto a la carga, Xiaomi incluye un cargador de 33 W en la caja que nos permite cargar el 50% en 25 minutos y el 100% en 65 minutos. Sinceramente, esperaba que tardara algo menos en cargar el 100%, pero cuando llega al 85%-90%, la carga pasa de ser muy lineal a ralentizarse una barbaridad.
No es un problema, ya que tenemos la totalidad en una hora, pero ya digo que esperaba bajar de esa hora de carga debido a los 4.250 mAh.
Y sí, Xiaomi podría haber montado un panel de 120 Hz como el del Redmi Note 10 Pro, que era fantástico, pero esos 30 Hz extra significarían un consumo extra que podría pasar factura a la autonomía, por lo que entiendo que no lo hayan hecho.
Y llegados a este punto, agradezco que Xiaomi se haya parado a pensar en este aspecto y a priorizar el equilibrio entre una buena pantalla a 90 Hz y una batería no muy generosa. Al final, es un compromiso y esperaba que me diera un rendimiento peor en este sentido, la verdad.
64 megapíxeles y un telemacro que sigue sorprendiendo
Pero pasemos a las cámaras, ya que Xiaomi es una compañía que nos está ofreciendo un muy buen resultado en fotografía prácticamente en todas sus gamas y de la que esperamos mucho en un modelo de la familia Mi 11, aunque sea un ‘Lite’.
Aquí tenemos una configuración de tres cámaras con un sensor principal de 64 megapíxeles f/1.8 que cuenta con un tamaño de 1/1,97″ y un píxel de 0,7 micras. No es el sensor más grande que ha pasado por nuestras manos últimamente, la verdad, pero el resultado cuando las condiciones lumínicas acompañan es bastante bueno.
Con buena luz, como digo, tenemos un móvil que se porta realmente bien, con escenas bien expuestas, un correcto procesado de color y me gusta que no se pase de rosca en este sentido, ya que así tenemos más margen de maniobra para editar fotos en programas como Snapseed.
Podemos hacer un zoom digital que tira de recorte de los 64 megapíxeles y, en este caso, no es tan bueno como el del realme 8 Pro porque, primero, no tiene 108 megapíxeles y, segundo, realme no solo se apoyó en los megapíxeles, sino en diferentes algoritmos de mejora de imagen para lograr un nítido 3x y 5x digital.
El retrato me parece bastante orgánico y me gusta el recorte, así como la interpretación del software, pero la verdad es que el fondo me parece algo plano.
Esto, como siempre, va en gustos, pero no es la profundidad de campo más bonita que hemos tenido recientemente debido, sobre todo, a las características físicas del propio sensor.
En interior y de noche, la cosa cambia un poco. El enfoque me ha gustado porque es rápido y preciso, pero creo que el ruido y las texturas algo lavadas aparecen en cuanto las condiciones de luz no son óptimas.
Creo que el balance de blancos en las dos situaciones es bueno, pero noto eso, que hay unas texturas algo más ‘acuarela’ en cuanto la luz baja mínimamente.
Aun así, no es un mal modo noche, en absoluto, y lo único que echo un poco en cara es que con luces de farolas que incidan en determinado ángulo sobre la lente, se producen reflejos. No es perfecto, pero mira, no deja de ser un ‘artefacto’ en la foto que a muchos, incluso, nos gusta de cara a publicar esa foto en redes sociales.
Por otro lado, vamos con el telemacro, ya que es el mismo que hemos visto en móviles recientes de Xiaomi y me encanta este objetivo. Es un sensor que tiene un aumento 2x, pero que no es un telefoto porque la distancia máxima de enfoque es muy corta.
Esto provoca que tengamos fotografías con objetos muy grandes, ya que la magnificación es evidente, y con una profundidad de campo que, en esta ocasión sí, es superatractiva.
Tenemos autoenfoque, pero hay que tener en cuenta dos cosas: la apertura es f/2.4, por lo que necesitamos buena luz, y solo tiene 5 megapíxeles, por lo que no vamos a poder hacer ningún tipo de recorte.
Pese a esto, es un objetivo divertido y que me ha dado muy buenas fotos estas semanas con el terminal.
Por último tenemos el gran angular. Es el típico 8 megapíxeles f/2.2 con un campo de 119º que hemos visto en varios móviles últimamente con un sensor de 1/4″ y un píxel de 1,12 micras.
Es un sensor que se está quedando bastante atrás comparado con la evolución de los sensores principales y que, en este caso, me ha gustado en cuando a corrección, en gran medida, del efecto barril típico de un gran angular y a que se porta bien con la aberración cromática (que corrige por software de forma bastante efectiva) y los colores.
Son colores algo más lavados que los que tenemos con el sensor principal y de noche… bueno, estamos ante un sensor muy pequeñito, por lo que no es el indicado para usar cuando cae la luz.
En la parte frontal tenemos una cámara de 16 megapíxeles f/2.5 que me gusta cómo interpreta la luz y que hace un buen recorte por software.
Y si nos vamos al vídeo, volvemos a tener la limitación del procesador, pero hay una agradable sorpresa: el estabilizador electrónico funciona de manera decente.
Tenemos la oportunidad de grabar a 4K30, que nos arroja buena nitidez y que no está tan bien estabilizado como a 1.080p con el superestabilizador activado, pero que es utilizable en ciertas ocasiones en las que necesitemos… eso, definición. Además, el estabilizador electrónico funciona de forma bastante decente.
Vamos a poder grabar mientras andamos, pero si lo que queréis es una mejor estabilización, evidentemente habrá que elegir el modo superestabilizado a 1.080p.
Es un buen apartado de cámara, pero que no destaca si lo comparamos con la competencia tanto dentro como fuera del universo Xiaomi. Eso sí, no os va a dejar tirados porque el sensor principal, con buenas condiciones, logra fotos que me han gustado mucho.
Y, por último, quería comentar que la app de cámara es la típica que tenemos en MIUI. Es u¡na app funcional con las típicas opciones en el carrusel inferior, pero con el sensor macro escondido en las opciones del menú de hamburguesa en la parte superior.
Funciona bien, es estable y rápida, pero creo que le falta un repasito para poner las diferentes opciones y modos en lugares más cómodos, sobre todo aquellas que, directamente, involucran un sensor y no un modo de software.
¡Ah! Como siempre, os dejamos en este enlace las fotografías sin comprimir para que podáis verlas a tamaño completo y con la máxima calidad.
Conectividad con lo básico en la gama media sin 5G, pero con NFC e infrarrojos
En el apartado de conectividad, no tenemos sorpresas. La versión analizada no cuenta con 5G ni Wi-Fi 6. Actualmente, no son dos tecnologías, sobre todo Wi-Fi 6, imprescindible, pero entrando en la gama de los 300 euros, dentro de no mucho hay que plantear que sí o sí lleguen más teléfonos 5G.
La propia Xiaomi tiene un Redmi Note 10 5G a un precio muy atractivo, pero el SoC del Mi 11 Lite no permite esa conectividad. Lo que sí tenemos es NFC para pagos móviles y ese clásico emisor de infrarrojos que Xiaomi sigue montando en prácticamente toda su línea de móviles.
Como hemos comentado hace unos párrafos, hay otra versión con el Snapdragon 780G. Este es un SoC bastante interesante de ocho núcleos, pero con una configuración bastante curiosa y cercana a la gama alta de los Snapdragon 8XX.
Así, tiene un núcleo a 2,4 GHz, tres a 2,2 GHz y cuatro de menor consumo a 1,9 GHz, todos con arquitectura Kryo 670 y la GPU Adreno 642. Tenemos muchas ganas de probar ese SoC que, además, es el que contaría con 5G y módem Wi-Fi 6.
Marcando la diferencia con un diseño espectacular
El Mi 11 Lite es, al final, un móvil fruto del compromiso. Creo que Xiaomi está aprendiendo, aunque a un ritmo bastante lento, que no deben pisar sus propias familias y gamas y en la gama media ya había una propuesta con una pantalla top (el Redmi Note 10 Pro), un móvil que presume de potencia (Poco X3 Pro y Poco F3) y, por mucho marca principal que sea la propia Xiaomi y el apellido Mi 11, lanzar un móvil a competir directamente contra los otros dos… puede que no tuviera mucho sentido.
No es el más potente de los tres, no es el que mejor pantalla tiene y, desde luego, no es el que mejor se porta en autonomía, pero tiene algo que lo hace único: un diseño increíble que, si pasamos por alto lo sucio que es, consigue enamorar.
La intención de no competir directamente con sus hermanos ha obligado a Xiaomi a hacer un móvil diferente, una propuesta que apuesta plenamente por la calidad de pantalla, materiales premium y algo que llama mucho la atención: un grosor de menos de 7 milímetros y un peso de 157 gramos en un terminal que tiene una pantalla de gran pulgada.
Es un móvil muy, muy cómodo en la mano y en el bolsillo, ya que es grande, sí, pero el tacto y el peso hace que la sensación sea estupenda y ese diseño es el que marca el compromiso, el compromiso al tener que recortar en batería y, por tanto, en tasa de refresco de pantalla.
Las cámaras se portan muy bien, para consumir contenido es una delicia y MIUI, por fin, parece que va afinando en lo que a optimización se refiere. Y si no necesitas un móvil más potente, puede que ese diseño espectacular te convenza para pagar los 299 euros que cuesta en lugar de un poco menos por propuestas que van a ser mejores en prácticamente todo, pero que no cuentan con ese diseño premium.