Se llama imma, y le interesa la cultura japonesa, el cine y el arte. Es una modelo profesional que ha llevado a cabo anuncios de televisión, webs y revista para numerosas marcas.
Es probable que hayas adivinado el acertijo del titular de la noticia. Después de todo imma es la que más llama la atención, y está en el centro. Pero seguro que te cuesta distinguir si es real o virtual, incluso comparando su rostro de cerca con las otras dos modelos humanas que tiene a su lado.
Imma es una supermodelo virtual creada por la empresa japonesa Aww, la primera compañía de humanos virtuales de Asia, como ella misma se define.
Aww creó a imma en 2018. Su nombre proviene de la palabra japonesa ima, que significa Ahora. Fue elegida «Uno de los 100 talentos a seguir» por la revista Japan Economics Entertainment, y ha participado en posados y anuncios televisivos para compañías tan importantes como Porsche Japan, IKEA, Dior, Puma, Nike, Valentino, Amazon, Calvin Klein o Valentino. En este vídeo puedes verla en un anuncio de IKEA:
Inconfundible con su característico peinado rosa, el rostro de imma está generado completamente por ordenador.
Dependiendo del tipo de trabajo que lleva a cabo, normalmente en los anuncios fotográficos también el cuerpo se crea mediante gráficos generados por ordenador. En los anuncios de vídeo a veces emplean el cuerpo de una modelo real, para aportar más realismo. En todo caso el rostro siempre es completamente virtual.
La modelo publicitaria imma tiene cuenta en todas las redes sociales, desde Twitter a Weibo, Facebook, TikTok, o Instagram, en donde suma más de 330.000 seguidores:
Hay que reconocer que imma es prácticamente indistinguible de una modelo humana en las fotos estáticas, y aguanta muy bien en los anuncios publicitarios en vídeo. Sus creadores utilizan numerosos trucos visuales y cinematográficos para no mantener el mismo plano más de un par de segundos.
Pero a imma aún le falta desarrollar un aspecto fundamental: hablar.
Es cierto que no es una pregunta nueva, pero cada vez nos la vamos a plantear más a menudo: ¿Tienen futuro las modelos virtuales en la publicidad, más allá de la curiosidad que despiertan?
A fin de cuentas no cobran, hacen su trabajo sin quejarse, y carecen de ego…