Un tipo de concreto de mascarillas fabricadas en base a grafeno podrían provocar, en ciertos casos, enfermedades respiratorias, y te decimos las que se han retirado del mercado.
Las mascarillas quirúrgicas y las FFP2 son nuestra principal arma de protección, junto al distanciamiento social y el sentido común, para no contagiarse de la COVID-19, pero lamentablemente no todas las mascarillas que tenemos en el mercado son igualmente eficientes, y ni mucho menos seguras.
En las últimas horas el Gobierno de Canadá ha ordenado retirar de su mercado algunas mascarillas que utilizan grafeno en su composición y están ahora mismo evaluando su potencial riesgo para la salud. Esto ha hecho saltar las alarmas también en nuestro país donde el Gobierno Vasco ha anunciado la retirada de dos mascarillas que contienen grafeno, enfocadas al uso profesional.
Estas mascarillas se estaban distribuyendo entre el personal de diferentes organismos públicos, docentes, policías y sanitarios y se han estado utilizando en servicios hospitalarios y de atención primaria de Ávila, León, Palencia, Segovia, Valladolid, y también en zonas bastante más amplias de País Vasco, Andalucía y Madrid. No obstante, el Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que han retirado 500.000 mascarillas con grafeno.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha pedido explicaciones al Ministerio de Consumo para que otorgue directrices claras y rápidas sobre el uso de las mascarillas en cuya fabricación se use el grafeno.
Según ha trascendido, las mascarillas afectadas son una quirúrgica IIR, mascarilla desechable de grafeno y biomasa del fabricante Shandong Shengquan, distribuida por Amevisa S.A.U., y una FFP2 Healfiber, del mismo fabricante, que provee Iturri S.A.
Según las autoridades sanitarias vascas, no hay evidencia ni estudios científicos claros que demuestren la peligrosidad del grafeno y tampoco que exista riesgo para la salud. Sin embargo, según el sindicato CSIF, algunos fabricantes asiáticos incluyen entre los componentes de las mascarillas el grafeno, un material compuesto de átomos de carbono que en ciertos casos podría producir daños en los pulmones. Y es que la inhalación de nanofibras de grafeno puede producir inflamación en las mucosas y derivar en otro tipo de enfermedades mucho más graves.