Hemos probado los nuevos objetivos compactos Sony de 24 mm, 40 mm y 50 mm: pequeños y ligeros pero con la misma calidad | Tecnología

Los estudiosos de la fotografía afirman que el aprendizaje de fotografía tiene dos fases: una en la que solo quieres usar objetivos zoom con los que acercarte a los objetos o cambiar el encuadre sin moverte, y una fase más avanzada en la que descubres las lentes con focal fija y su calidad.

A finales de año Sony presentó su Alpha 7C que analizamos en su día aquí, cuya propuesta era mantener toda la calidad que ofrecen los sensores full frame de las superventas Sony Alpha 7 III, pero con un cuerpo más compacto que invitaba a convertirla en la cámara perfecta para aquellos fotógrafos que querían viajar ligeros de equipaje.

Poner un objetivo grande y pesado en una cámara de formato completo tan compacta carecía de sentido, por eso Sony se ha animado a desafiar a las leyes de la física y de la óptica diseñando tres objetivos supercompactos de la gama G de 24 mm, 40 mm y 50 mm perfectos para combinar con la Sony Alpha 7C.

24 mm 40 mm 50 mm
Montura Sony FE Sony FE Sony FE
Apertura máx | min f/2.8 | f/22 f/2.5 | f/22 f/2.5 | f/22
Número de palas 7 7 7
Elementos 8 9 9
Enfoque mínimo Auto | Manual 24 cm | 18 cm 28 cm | 25 cm 35 cm | 31 cm
Autofoco
Estabilizado No (estabilización en cuerpo) No (estabilización en cuerpo) No (estabilización en cuerpo)
Sellado
Diámetro de filtro 49 mm 49 mm 49 mm
Dimensiones y peso 45 mm Ø68 mm | 162 gr 45 mm Ø68 mm | 173 gr 45 mm Ø68 mm | 174 gr
Precio 699 euros 729,99 euros 699 euros

 Prueba de objetivos compactos de Sony en apartados:

Aluminio, botones directos y unas dimensiones que dan mucho juego

No es la primera vez que Sony se decide a diseñar un objetivo en el que la principal prioridad es mantener unas dimensiones compactas, pero sin renunciar a la calidad de imagen que caracteriza a la firma nipona.

Si primer modelo con esta idea en mente fue el 28- 60 mm f/4-5.6 que se vende en formato kit junto a la Alpha 7C. En realidad, aquel objetivo y el trío de lentes tienen un diseño y dimensiones muy muy similar.

Sin embargo, los objetivos de 24, 40 mm y 50 mm que estamos probando se benefician del sello de la gama G de Sony y eso se deja notar no solo a nivel de calidad óptica, sino que también lo hace en los materiales de construcción.

Están fabricados en aluminio lo cual aporta una resistencia y un tacto algo más acorde a la gama Prime. Con solo 45 mm de alto y un diámetro de 68 mm los nuevos objetivos de Sony mantienen un peso de 162 gramos para el de 24 mm, 173 gramos para el de 40 mm y de 174 gramos para el de 50 mm.

Los tres objetivos comparten los mismos botones, interruptores y anillos. Comenzamos con el ya tradicional botón de selección de enfoque manual y autofoco que montan las lentes Prime de la gama G en su lado izquierdo manteniéndolo siempre cerca del pulgar para cambiar el modo de funcionamiento sin tener que apartar el ojo del visor.

Justo encima encontramos el botón de acceso directo personalizable que Sony también acostumbra a montar en sus objetivos de la gama G. Este botón puede configurarse con la función deseada desde los menús de la cámara, lo cual añade un acceso adicional al equipo que no se dispone con otras lentes.

Cuentan con un dos anillos que rodean el objetivo: el de enfoque, más ancho y algo más bajo, y el selector de apertura, más delgado y prominente además de contar con un estriado distinto que permite diferenciar ambos anillos por su tacto.

En el caso del anillo de apertura, se incluye una guía en la que se indica en qué apertura se encuentra en cada momento desde la f/2.5 (f/2.8 en el caso del 24 mm) hasta f/22, así como una posición para el modo automático que deja la decisión de la apertura correcta al cuerpo de la cámara.

Una de las novedades interesantes de estos objetivos es la incorporación de un interruptor que permite cambiar el funcionamiento del anillo de apertura añadiendo un “clic” en cada paso de apertura –lo cual es perfecto para fotografía—, o liberando el anillo de forma que el paso de una apertura a la siguiente es lineal y sin saltos, algo muy valorado por los creadores de vídeo.

Todos ellos incluyen parasol de aluminio, aunque en este apartado Sony nos tiene preparada una sorpresa. El de la lente de 24 mm tiene un diseño digamos “tradicional” que se instala en el frontal con 1/4 de vuelta. Sin embargo, el del 40 mm y 50 mm el diseño es totalmente diferente y se cierra sobre el centro a modo de embudo en lugar de abrirse como acostumbran a hacer.

El trío de objetivos admite filtros de 49 mm en el frontal, y en el caso de los parasoles del 40 mm y 50 mm, el filtro también puede instalarse en la parte exterior del parasol para facilitar el cambio de filtro sin tener que desmontar el parasol.

Todos ellos están sellados frente al polvo y la humedad lo cual garantiza una mayor durabilidad y contribuye a proteger los grupos de lentes en su interior.

Objetivos que no limitan ni en foto ni en vídeo

Hemos estado usando este trío de objetivos de la gama G con la Sony Alpha 7C, la cámara de formato completo más compacta de Sony y lo cierto es que juntos forman un equipo perfecto para viajar ligero de equipaje ya que objetivos y cuerpo se alinean en la misma filosofía de ocupar el menor espacio posible en la mochila.

Uno de los inconvenientes de usar una cámara de formato completo es que las lentes continuaban siendo considerablemente grandes, por lo que se perdía la ventaja de tener un cuerpo más compacto y al final terminabas usando un equipo en el que pesaba tanto el objetivo como la cámara (siendo optimistas).

Durante los días que he estado usando estos objetivos y la A7C no he tenido esa sensación y me ha acercado más a la sensación de estar usando una cámara de la serie A6000 con sensor APS-Caquí analizamos la Alpha 6600— por las dimensiones del conjunto.

De hecho, como hemos comentado en alguna ocasión en nuestro podcast, utilizo de forma habitual una Alpha 6400 y he podido montar estos objetivos también en esa cámara ya que ambas series comparten la misma bayoneta FE, aunque al usar un sensor APS-C se le aplica el factor de recorte de x1,5, por lo que la lente de 24 mm se transformará en un 36 mm real, un 60 mm para el de 40 mm y un 75 mm para el de 50 mm.

A nivel de uso, dado que los tres cuentan con los mismos botones, anillos y dimensiones, no se aprecia diferencia alguna al cambiar de una lente a otra, y hay que mirar por el visor para diferenciar que lente se está usando.

El hecho de que la tríada de objetivos compartan el mismo diámetro y anclaje tanto para la tapa como para el parasol nos ha parecido muy útil, salvo el 24 mm que por ángulo visual, al instalar el parasol de los 40 mm y 50 mm crea viñeta en las esquinas.

Esta particularidad en el diseño de los parasoles con formas diferentes no nos ha terminado de convencer porque se obliga a llevar ambos tipos de parasol para el 24 mm y los 40 y 50 mm. Sony, ¿no se buscaba el ahorro de espacio en la mochila?

Nuestra solución para optimizar al máximo el espacio en la mochila ha sido dejarnos los parasoles del 40 y 50 mm en casa y utilizar el del 24 mm en todos.

Lo que sí nos ha parecido buena idea es mantener el mismo diámetro para filtros en toda la serie de objetivos con lo que no solo se ahorra en espacio, sino también en inversión ya que el mismo filtro sirve para los tres.

Durante nuestras pruebas hemos tomado fotos y hemos grabado algunos vídeos. No nos hemos sentido limitados en cuanto a funciones mientras hemos estado usando estos objetivos, que han respondido sin mayores problemas al potencial de enfoque y funcionamiento que ofrecen las cámaras de Sony.

Por ejemplo, han sido capaces de mantener intactas las funciones de enfoque y seguimiento al ojo, o el cambio rápido de foco tanto para foto como para vídeo con un sistema de enfoque silencioso que no genera ruido en los vídeos.

La esencia G ahora viene en frasco pequeño

Llegamos a uno de los apartados más decisivos al hablar de un objetivo: el apartado de la calidad de imagen.

No debemos olvidar que se trata de tres objetivos pertenecientes a la gama G de Sony que, aunque no llega a los niveles profesionales de la gama G Master, sí garantiza una calidad óptica muy destacable, que se maximiza al tratarse de focales fijas.

En lo que a nitidez se refiere, los tres ofrecen unos resultados realmente buenos en los que es muy complicado encontrar aberraciones cromáticas o halos.

Puedes descargar algunas muestras originales desde este enlace para comprobar por ti mismo el rendimiento de estos objetivos.

Calidad de imagen del Sony 24 mm f/2.8 G

 Empezamos por el 24 mm, tal vez el que más dudas nos generaba por tratarse de una lente gran angular en la que acostumbran a aparecer deformaciones de barril, pérdida de nitidez en los extremos o viñeteados. Pero vamos por partes.

En lo relativo a la deformación de líneas, nos encontramos ante un 24 mm, por lo que sí encontramos un cierto grado de deformación de cojín, que es la deformación de la parte central de la imagen formando un arco que decae a medida que se acerca a los extremos. No obstante, decir que solo la hemos detectado en el archivo RAW ya que la propia cámara lo compensa en gran medida al generar el jpg. 

Este es un efecto normal en los grandes angulares e incluso buscado por muchos fotógrafos por el efecto que genera. Se hace más notable en composiciones con elementos que se sitúan cerca de la lente, y prácticamente desaparece en paisajes y objetos o patrones alejados.

Seguimos con el viñeteo, que en el caso del 24 mm se genera una sombra con las aperturas más bajas, pero que desaparece al llegar a f/4. De nuevo, hablamos de dolencias que aquejan la inmensa mayoría de angulares incluso de gamas superiores.

La nitidez es una constante en este objetivo incluso en los valores de apertura más bajos, alcanzando su punto dulce cerrando el diafragma a f/3.5 o f/4.

Oficialmente el 24 mm de Sony permite una distancia de enfoque de 25 cm en automático y 18 cm en modo manual. Sin embargo en nuestras mediciones hemos podido arañar un par de centímetros más llegando a los 16 cm de distancia de enfoque.

Calidad de imagen de los Sony 40 mm y 50 mm f/2.5 G

En los objetivos Sony de 40 mm y 50 mm, los resultados incluso mejoran ya que, por ejemplo, desaparece esa ligera distorsión de las líneas que se produce en el gran angular, y se mejora todavía más la nitidez.

El viñeteo en ambos objetivos no pasa de ser una leve sombra a f/2.5, a desaparecer apenas se sube a f/2.8 o aperturas más cerradas. Lo mismo sucede con la nitidez, que se mantiene en un nivel excelente en todo el rango de aperturas, pero alcanza su zenit en las esquinas al llegar a f/5.6, siendo incluso ligeramente más nítido en los extremos el de 50 mm que el de 40 mm.

Estas son las muestras obtenidas con el objetivo de 40 mm:

Estas son las muestras obtenidas con el objetivo de 50 mm:

En términos generales, el rendimiento óptico de los tres objetivos es muy bueno y cumplirá con las expectativas de los usuarios más exigentes sin limitar las funciones de enfoque nativo de las cámaras de la firma nipona.

Trío de objetivos compactos que no renuncian a nada

En este caso Sony ha hecho cierto el dicho de “la esencia se guarda en frasco pequeño” y ha sabido concentrar toda la calidad de sus lentes Prime en tres objetivos muy compactos que permiten abarcar las focales más habituales sin penalizar ni en espacio ni en peso.

La lente de 24 mm es la más complicada de las tres por los retos que plantea a nivel óptico una lente gran angular, pero Sony la ha resuelto muy bien y ofrece una calidad de imagen que permite incluso un uso profesional sin demasiados compromisos.

La combinación de distancia focal de 24 mm y apertura f/2.8 que ofrece este objetivo en un formato tan compacto le abre todo un mundo de posibilidades que van desde la creación de Vlogs en los que el creador se graba a sí mismo, como para el montaje de la cámara en un gimbal e incluso en un dron dada su ligereza.

El 50 mm puede llegar a convertirse en una de las mejores elecciones para esta focal ya que ofrece mejor calidad de imagen, menor distancia de enfoque y peso que su hermano de 50 mm con apertura f/1.8.

El que más dudas nos genera es el de 40 mm. No por la calidad y prestaciones que ofrece, sino por su encaje en esta serie, donde la opción lógica habría sido apostar por una focal de 35 mm con la que cubrir todo el rango de “imprescindibles de la fotografía”.

Puede parecer poco, pero esos 5 mm de focal le diferenciarían del 50 mm y lo situarían en una focal más centrada entre el 24 mm y el 50 mm. En cambio, con esta apuesta se reducen las opciones ya que la escasa diferencia entre ambas lentes hará que el usuario elija entre el 40 o el 50 mm (disyuntiva que probablemente se resuelva optando por el 50 mm), dejando huérfanas focales intermedias.

El elefante en la habitación de estos tres objetivos (y en general de todas las ópticas de Sony) es su precio ya que los tres objetivos se sitúan en un rango de precios cercanos a los 700 euros (699 euros para el 24 mm y el 50 mm y 729,99 euros para el de 40 mm), mientras que encontramos modelos de terceros para la montura Sony FE como el Tamrom 24 mm f/2.8 por 269,90 euros o el equivalente en 35 mm por 316, 40 euros.

Obviamente existen diferencias en cuanto a calidad de imagen, dimensiones y peso pero, ¿tanta como para justificar doblar su precio? La decisión no es fácil y la última palabra siempre la tiene usuario.

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