Mirando las hojas de especificaciones de muchos de estos móviles, y más allá del diseño de inspiración gaming, descubrimos que, en realidad, este tipo de móviles comparte la mayoría del hardware con cualquier otro móvil de gama alta.
Entonces, ¿realmente merece la pena apostar por un móvil gaming para obtener el máximo rendimiento en juegos?¿qué ventajas ofrecen estos móviles gaming con respecto al resto de móviles top del mercado?
Vamos a tratar de responder a estas y muchas otras preguntas y algunos mitos, y lo hacemos no solo desde el punto de vista técnico que define nuestros análisis en Computerhoy.com, sino también desde el punto de vista de la experiencia en juegos.
Para ello hemos echado mano de la inestimable colaboración de Alberto Lloret, webmanager de Hobbyconsolas.com y experimentado jugón que nos da su opinión, desde el punto de vista de alguien que pasa mucho tiempo jugando, mientras que nosotros nos ceñiremos a los datos técnicos y prestaciones.
Móviles gaming o móviles de gama alta, estos son los apartados:
Móvil gaming vs. gama alta: dos caras de la misma moneda
Uno de los principales argumentos de los móviles gaming es el de tener un hardware muy potente con el que obtener la máxima potencia en juegos. A modo de ejemplo práctico y real, podemos tomar como referencia dos de los últimos móviles que han pasado por nuestra mesa de pruebas.
Como representante de los móviles gaming el Asus ROG Phone 5 —tienes su análisis completo aquí—, uno de los móviles de referencia del sector de los móviles gaming, mientras que el OnePlus 9 Pro –aquí su análisis— se ha convertido en una de las opciones más interesantes para la gama alta.
Asus ROG Phone 5 | OnePlus 9 Pro | |
---|---|---|
Pantalla | AMOLED 6,78 pulgadas | Formato 20,4:9 (2.448 x 1.080 píxeles) | 144 Hz | HDR10 y HDR 10+ | 800 nits (pico 1.200 nits) | 6,7 pulgadas Fluid AMOLED | 120 Hz | Formato 20,1:9 | QHD+ (3.216 x 1.440 píxeles) | 525 ppp |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 888 5G | Adreno 660 | Qualcomm Snapdragon 888 5G | GPU Adreno 660 |
Memoria RAM y almacenamiento | 8/12/16 GB LPDDR5 | 128 / 256 GB | UFS 3.1 | 8 | 12 GB LPDDR5 128 | 256 GB | UFS 3.1 |
Cámaras traseras | Principal: Sony IMX686 64 Mpx | Gran angular: 13 Mpx 125° | Macro: 5 Mpx | Principal de 48 Mpx (f/1.8) con estabilizador óptico | Ultra gran angular de 50 Mpx (f/2.2) con 110° | Telefoto 3.3x de 8 Mpx (f/2.4) | Sensor monocromo de 2 Mpx |
Cámara Frontal | 24 Mpx | f/2.0 | Principal de 16 Mpx (f/2,4) |
Batería | 6.000 mAh | carga rápida 65 W | 4.500 mAh | Warp Charge 65T (65 W) | Carga inalámbrica Warp Charge 50 Wireless (50 W) |
Android | Android 11 con ROG UI | Oxygen OS 11.2 (Android 11) |
Conectividad | 5G | WiFi 6E· (802.11 ax) 2×2 MIMO | Bluetooth 5.2 | NFC | 2 x USB-C | Jack de 3,5 mm | Conector para accesorios | Dual SIM | 5G | Wi-Fi 6 | Bluetooth 5.2 | NFC | USB-C | GPS | GLONASS | Galileo |
Dimensiones y peso | 173 x 77 x 9,90 mm | 239 gr | 163,2 x 73,6 x 8,7 mm | 197 gr |
Precio |
799 euros (8 GB/128 GB) | 899 euros (12 GB/256 GB) | 999 euros (16 GB/256 GB) |
8 GB de RAM y 128 GB por 909 euros | 12 GB de RAM y 256 GB por 999 euros. |
Conste que hemos elegido estos dos modelos como representación de sus respectivas categorías por ser los últimos que han pasado por nuestra mesa de laboratorio, pero bien podríamos estar hablando de los RedMagic 6, Lenovo Phone Duel 2 o Blackshark 4 por parte de los móviles gaming, o los Samsung Galaxy S21 Ultra 5G o Xiaomi Mi 11 por parte de los móviles de gama alta.
Mirando la lista de especificaciones de ambos terminales podríamos que decir que a nivel de hardware son como dos gotas de agua ya que tanto el ROG Phone 5 como el OnePlus 9 Pro montan los mismos procesadores, memoria RAM y capacidades de almacenamiento.
Procesador Qualcomm Snapdragon 888 con conectividad 5G, GPU Adreno 660, 12 GB de memoria RAM LPDDR5, soporte UFS 3.1 y una pantalla de generosa y de calidad son algunos de los puntos coincidentes en ambos modelos.
Esta coincidencia en las prestaciones tira por tierra el argumento de la potencia desmedida sobre el que tradicionalmente se han asentado las ventas de los móviles gaming.
Esto significa que ambos móviles van a responder de una forma muy similar ante el reto que supone ejecutar los juegos “triple A” para móviles, representados en títulos como Genshin Impact, Call Of Duty:Mobile o Alphalt 9.
Comprar un móvil de gama alta en 2021 implica apostar con la máxima potencia. Los móviles de esta categoría no solo son móviles fabricados con materiales de la mejor calidad y un diseño muy cuidado, sino que también se acostumbra a incluir el mejor hardware del momento.
Este es uno de los principales motivos que nos han llevado a cuestionar los argumentos de los móviles gaming frente a los de gama alta.
Es cierto que, como en el caso del ROG Phone 5, los propios móviles gaming podrían considerarse de gama alta por la calidad de sus materiales y su diseño. Podríamos considerar que ambos tipos de dispositivos son dos caras de la misma moneda, la del rendimiento, pero con un público objetivo distinto.
Las pantallas más rápidas llegan antes a los móviles gaming
Esto es un hecho. Si nos remontamos a la historia reciente, el primer móvil con una pantalla de 120 Hz no fue ningún móvil de gama alta, la montó el Razer Phone, un móvil fabricado por y para los entusiastas de los videojuegos.
Esta es una constante que nos encontramos en lanzamientos sucesivos. Por ejemplo, si buscas un móvil con pantalla de 144 Hz, los únicos modelos disponibles serán móviles gaming.
Lo mismo sucede con la tasa de muestreo, que es la velocidad con la que la pantalla escanea la pantalla para detectar pulsaciones. En este ámbito, solo los móviles gaming están ofreciendo pantallas con una tasa de muestreo superior a los 250 Hz.
No es casualidad que los móviles gaming hagan especial hincapié en las prestaciones de la pantalla ya que de ello depende la experiencia de juego. Tanto en términos de calidad de imagen, calibración de color o brillo como en eficiencia a la hora de controlar a los personajes de los videojuegos, la pantalla es la responsable de captar y transmitir los movimientos.
Algo similar a lo que sucede con las pantallas también lo encontramos en el sonido. Es cierto que la mayoría de móviles de gama alta ofrecen sonido estéreo, pero en el audio los móviles gaming también toma ventaja al instalar sus dos altavoces en el frontal, en lugar de combinar el altavoz de llamadas y un altavoz ubicado en el borde inferior.
El cambio en la ubicación de los altavoces supone una mejora importante en la experiencia de uso ya que, al sostener el móvil en horizontal y con ambas manos, en ningún caso se obstruye la salida del sonido, proporcionando una mejor calidad de audio durante las partidas.
Jugar es una maratón no los 100 metros lisos
Ya hemos visto que en términos de potencia, tanto el OnePlus 9 Pro como el ROG Phone 5 ofrecen un rendimiento más que suficiente para ejecutar los juegos más exigentes. Pero, ¿durante cuánto tiempo podrían hacerlo?
En este aspecto hay dos factores que definen la experiencia de uso de los móviles gaming frente a los de gama alta: la autonomía de batería y la eficiencia en la refrigeración.
En el apartado de la autonomía, los móviles de gama alta, representados por el OnePlus 9 Pro, cuentan con una capacidad de batería limitada por la exigencia de mantener unas dimensiones y peso contenido.
Los 197 gramos que deja el OnePlus 9 Pro contrastan con los 239 gramos del ROG Phone 5, mientras que la diferencia en su grosor va de los 8,7 mm del OnePlus 9 Pro a los 9,9 mm del ROG Phone 5.
Los móviles de gama alta van dirigidos a un público mucho más heterogéneo en el que se prima la facilidad y la comodidad de uso en el día a día, mientras que el público al que van dirigidos los móviles gaming prefiere sacrificar ese apartado del diseño en pos de una batería de mayor capacidad que les permita pasar más horas jugando.
Gracias a esta “licencia” para crear móviles más grandes y pesados, los móviles gaming pueden ofrecer un mayor tiempo de uso con baterías de hasta 6.000 mAh como la que monta nuestro representante para los móviles gaming, y no conformarse con los 4.500 mAh que, por ejemplo, monta el OnePlus 9 Pro.
El uso de los móviles gaming está más cercano a una carrera de fondo que a un sprint porque el móvil debe rendir a máxima potencia mucho más tiempo del que normalmente lo harán el resto de móviles.
La optimización de la autonomía nos lleva a otro factor importante en el uso del móvil y es la temperatura. Funcionar a pleno rendimiento durante tres o cuatro horas no es tarea sencilla ya que esta potencia desatada durante el juego se convierte en calor en el interior del terminal y puede activar el control de temperatura del procesador que baja su rendimiento para evitar que los componentes electrónicos se quemen (literalmente).
Esto obliga a los móviles gaming a integrar sistemas de refrigeración mucho más grandes y eficientes que los que encontraríamos en un móvil convencional, incluyendo incluso ventiladores activos en su interior.
La mejora en la refrigeración garantiza que, si vas a estar jugando durante dos o tres horas seguidas, el rendimiento no va a decaer a medida que el procesador va cogiendo temperatura porque el sistema de refrigeración lo mantendrá bajo unos determinados límites.
Esto no siempre se puede cumplir en un móvil de gama alta, más enfocado en obtener una explosión de potencia en momentos puntuales de mucha carga, y no tanto para mantener ese rendimiento sostenido durante mucho tiempo.
Comodidad de uso en juegos, ¿cuánto tiempo pasas jugando?
Como ya hemos mencionado, los móviles gaming tienen sentido en un entorno de juego intensivo en el que, tal vez, vas a pasar varias horas al día jugando a los últimos títulos.
En este sentido, móviles gaming como el ROG Phone 5 ofrecen algunos añadidos interesantes como la presencia de unos gatillos táctiles en el chasis del dispositivo que permite emular el comportamiento de los botones R y L de los mandos de juego.
La presencia de estos gatillos hace que la postura de las manos y la eficiencia en el juego mejoren ya que el jugador no necesita mover tanto los pulgares por la pantalla para acceder a los controladores táctiles y los activa con una pulsación en el borde del terminal.
Estos gatillos táctiles también facilitan la pulsación de varios controles del juego a la vez, como puede ser ir disparando, mientras saltas y te desplazas a un lado. Estos niveles de precisión difícilmente pueden alcanzarse con móviles “convencionales” por mucha potencia que estos tengan.
Los jugones no hacen fotos
Se supone que las marcas hacen estudios de mercado antes de invertir en el desarrollo de un nuevo smartphone y decidir qué prestaciones debería tener y cuáles no.
A tenor de lo visto en los móviles gaming lanzados en los últimos años, uno llega a la conclusión de que los jugones no tienen interés alguno por la fotografía ya que las cámaras que incluyen los móviles especializados en el sector de los videojuegos integran unas cámaras correctas… pero para un móvil de gama media de 300 euros.
Esto contrasta con el avance a pasos agigantados que está dando la fotografía en los móviles premium, cuyos fabricantes están firmando alianzas con grandes marcas fotográficas que avalen la calidad de sus cámaras.
Es el caso del OnePlus 9 Pro, que se ha aliado con el fabricante de cámaras Hasselblad para llevar la calidad fotográfica de estas míticas cámaras a los bolsillos de sus usuarios. En cambio, en el ámbito de los móviles gaming no parecen estar interesados en invertir demasiado en el desarrollo de las cámaras que integran en sus móviles.
Esto es algo que el potencial usuario de este tipo de móviles debe saber porque puede dar por sentado que, al comprar un móvil que cuesta más de 700 euros (en el mejor de los casos), va a recibir unas cámaras acordes a ese precio y la decepción al hacerse sus primeros selfies puede ser mayúscula.
Accesorios: cuando una funda no es lo único que puedes instalar en tu móvil
Uno de los principales atractivos de los móviles gaming lo encontramos precisamente en lo que no acostumbra a incluir junto al smartphone y son sus accesorios.
Salvo algún tipo de carcasas de edición especial fruto de la colaboración con algún diseñador de renombre o algún cargador con mayor potencia, los móviles de gama alta como el OnePlus 9 Pro no ofrecen accesorios que mejoren su experiencia de uso.
En cambio, en nuestra prueba del ROG Phone 5 –que puedes revisar aquí— pudimos comprobar en primera persona la importancia de los accesorios que los fabricantes diseñan para estos dispositivos.
Por nombrar algunos, un ventilador externo que, además proporciona dos botones adicionales que se combinan con los gatillos integrados para mejorar la experiencia en juegos al tiempo que mantienen la temperatura del móvil a raya.
Tampoco nos olvidamos de los mandos Bluetooth que se integran mediante una carcasa al smartphone convirtiéndolos en una consola portátil de facto.
¿Merecen la pena los móviles gaming? Estas son nuestras conclusiones y opinión
Tras haber analizado varios móviles gaming en los últimos años y algunos de los móviles más top del mercado creo que, en la mayoría de los casos, la experiencia en juegos será tan buena en un móvil de gama alta como en un móvil gaming. Esta afirmación tiene un asterisco, grande sí, pero solo uno.
El punto diferencial es el tiempo que vas a dedicar a jugar en el móvil. Si únicamente quieres matar el rato mientras esperas la llegada del próximo autobús, o mientras aguardas tu turno en la sala de espera del dentista, un móvil de gama alta cubrirá perfectamente tus necesidades en juegos y no penaliza con un exceso de peso y tamaño.
En cambio, si su uso va a ser mucho más intensivo, e incluso lo vas a usar para competir en torneos de esports, la recomendación es justo la opuesta. La ergonomía y el rendimiento de un móvil gaming va especialmente dirigida a obtener el mejor rendimiento en un uso intensivo durante mucho tiempo y ejecutando los juegos más exigentes del mercado.
Los móviles de gama alta ofrecen un diseño más premium cuidando el peso y las dimensiones, pero no acostumbran a tener un software dedicado a la optimización de la experiencia en juegos más allá de añadir un “modo Juego” que focaliza el rendimiento en el juego, o un HUB desde el que agrupar los juegos y su información de uso.
En contrapartida, todo en un smartphone gaming ha sido diseñado y desarrollado orientado a su uso en horizontal y ejecutando juegos, por lo que incluyen una interminable lista de opciones de personalización para los controles.
En definitiva, si no vas a jugar más de una hora al día, que las atrayentes luces RGB de los móviles gaming no te atrapen, porque es más que probable que obtengas todas sus ventajas con un móvil top, pero sin tener que sufrir ninguno de sus inconvenientes.
La opinión de Alberto Lloret, experto en videojuegos
Con la llegada del Asus ROG Phone 5 vuelve a abrirse una vez más el debate: ¿tienen cabida los móviles gaming como opción “seria” para jugar? Pues depende un poco de lo que busques o esperes encontrar, pero si vemos el auge de los eSports en juegos para móvil, o las comunidades que rodean a ciertos juegos, nada hace pensar que sean una moda pasajera.
Esto se debe, en parte gracias al creciente desempeño gráfico y de rendimiento de los móviles, donde cada vez es más frecuente encontrar juegos con la calidad visual que ofrecen las consolas, y que se mueven en pantallas que alcanzan hasta los 120 Hz de refresco.
Pero, a pesar de estas posibilidades, creo que el gran público, o al menos los jugadores “de toda la vida” que hemos crecido con un mando entre las manos, siguen siendo reacios a tomarse en serio un móvil gaming, o al menos a considerarlo una de sus plataformas principales de juego.
Algunos de los últimos móviles gaming, como el Asus ROG Phone 5 que estamos usando como representante de esa nueva hornada de móviles gaming, han dado un pequeño paso en este sentido, al incluir una suerte de gatillos virtuales en el chasis y software, pero sigue siendo eso, un paso.
Quizá los más jóvenes no, pero los que llevamos ya 35-40 años jugando estamos acostumbrados a sticks, botones y gatillos que ofrecen una respuesta inmediata y precisa, algo de lo que carecen los móviles de facto. Cada vez más modelos integran mandos que se pueden acoplar y otras soluciones físicas, pero siguen siendo algo caro, minoritario y que no viene de serie con el móvil.
Lo hemos visto con los accesorios del propio ROG 5, en la propuesta de BlackShark 3 o el adaptador Razer Kishi –que analizamos aquí—, entre otros.
No son accesorios baratos, algo que tampoco ayuda. Y aunque cada vez hay más pesos pesados para móvil que pueden encontrarse también en consola, como Fortnite o Genshin Impact, otros grandes nombres siguen resistiéndose, u ofrecen versiones menores para móvil.
La apuesta de los grandes estudios de videojuegos por los juegos en el móvil, sin duda alguna, también sería determinante para que los móviles gaming terminaran de despegar.
Tampoco ayuda a que gocen de una mayor implantación la política de precio de este tipo de terminales: normalmente, los móviles gaming suelen tener precios elevados, y si tenemos en cuenta que su público objetivo suele ser el más “joven”, o al menos los que son menos reacios a jugar con pantallas táctiles, algo falla en la ecuación.
Al margen de todas estas apreciaciones, soy un firme defensor que lo importante es jugar, donde sea y con la plataforma que sea. Da igual que sea una consola de hace 20 años, o un flamante móvil gaming nuevo.
Todas las plataformas tienen un público potencial, y quizá los móviles gaming estén dando los primeros pasos para ser los sustitutos de las consolas portátiles de un futuro que, con la excepción de Nintendo, podría estar más cerca de lo que pensamos.