Si temes que los demás descubran que en realidad eres un fraude, puede que experimentes lo que se conoce como el síndrome del impostor.
«El síndrome del impostor es cuando una persona se siente no merecedora de los resultados que está teniendo y la valoración o admiración que tienen otras personas hacia ella», explica a Business Insider España la psicóloga especialista en salud laboral y Recursos Humanos, Elisa Sánchez.
Ni una carrera de éxito, reconocimiento o buenas calificaciones harán cambiar de idea a las personas que lo padecen. Para ellas todos sus logros se deben a la suerte o el azar. O cualquier otra cosa menos a sus capacidades. De ahí que se perciban como un engaño.
Fue identificado por primera vez en 1978 por las psicólogas Pauline Rose Clance y Suzanne Imes. (Asimismo, Clance desarrolló un test para ayudar a identificar si una persona lo experimentaba). Y aunque primeramente se vinculó a las mujeres posteriormente se ha visto que los hombres también lo padecen.
Pude que llamarle síndrome genere la errónea percepción de un problema mental que se da de manera puntual.
La realidad es que no se trata de ninguna enfermedad o anomalía, o tiene por qué estar ligado a otras afecciones mentales como la depresión. Tampoco debería asumirse como algo anecdótico. Las estimaciones señalan que un 70% de las personas lo han experimentado en algún momento de su vida.
Quizá lo del impostor no sea realmente la que sientes. Y por ello no sepas muy bien si es lo que te sucede a ti. Pero lo mismo sí te ves más reflejado si hablo de una sensación continuada de no ser lo suficientemente bueno o de no estar a la altura.
Las personas que sienten este síndrome del impostor, por ejemplo, creerán que no cuentan con las competencias necesarias para desempeñar su trabajo, (incluso siendo reconocidos por ello), o para haber logrado esa beca prestigiosa que les han otorgado. Tienden a sentirse incómodas ante los halagos o a minimizarlos ya que no se consideran merecedores de ellos.
A pesar de que todo al rededor indique que no hay motivo de preocupación y de que en realidad lo están haciendo más que bien, dudan constantemente sobre su potencial. En definitiva no son capaces de interiorizar su propio éxito y valía.
Sea como sea, lo que es cierto es que el síndrome del impostor puede tener un impacto negativo en la trayectoria profesional de quien lo padece.
Estas personas «se auto boicotean o no progresan por ese miedo«, puntualiza Sánchez.
Si no te consideras lo suficientemente bueno es fácil que rechaces pedir un aumento, postularte a una puesto mejor y que a la larga termines trabajando por debajo de tu potencial.
Si te has visto reflejado en esta situación, Sánchez explica aquí algunas pautas que pueden ayudarte a superar el síndrome del impostor.
Empieza por conocerte
El primer paso para poder hacer frente al síndrome del impostor pasa por el «autonocimiento», enfatiza la psicóloga.
Nada mejor que llevar a cabo una «reflexión honesta, profunda, realista» de tus puntos fuertes y de tus puntos débiles, para poder ver de manera objetiva que eres merecedor de esos logros conseguidos.
Pero no deberías quedarte ahí. Sánchez también aconseja llevar a cabo esa evaluación en lo relativa a las emociones.
Analiza «cómo te sientes, qué es lo que te gusta, cuáles son tus valores, prioridades«, añade.
Bajo su perspectiva, si te esfuerzas por hacer algo que realmente no va alineado con tus valores, con lo que quieres o con cómo te ves a ti mismo, «aunque te vaya bien te vas a sentir mal«, puntualiza.
Evita las constantes comparaciones
Es más que habitual que una persona dude de sí misma cuando se compara con otros compañeros de trabajo, estudios o sector.
¿No te ha pasado alguna vez que al revisar LinkedIn o Twitter todo el mundo parece conducir carreras de éxito, ser expertos en todo y tener sinfín de habilidades y tú te preguntas en qué has invertido tu tiempo?
Lo que sucede es que es poco frecuente que las personas se muestren inseguras o desconocedoras de algo. Lo habitual es más bien tender a alardear o magnificar logros.
Por ello es fácil que, sin tener datos reales, pensar (o más bien imaginar) que el resto del mundo se esfuerza más que tú, consigue más que tú, etc.
Para detener estas creencias hay que «evitar esas comparaciones con el resto de gente«, matiza Sánchez. Y diferenciar entre autoestima y ego.
«La autoestima es quererte, cuidarte y mejorar pero no comparándote con otras personas. Eso es ego, En todo caso se trata de compararte contigo mismo, de ser mejor que tu versión anterior«, considera.
Prueba a verte a través de los ojos de los otros
Otra de las herramientas que se utiliza para combatir el síndrome del impostor es lo que se conoce como «obtener una versión pública«.
Consiste en pedir a dos o tres personas que digan algunos puntos fuertes de ti y algunas áreas de mejora.
«Ahí nos van a dar una visión de hasta dónde llega ese mundo del impostor«, comenta la psicóloga. Pues es probable, según explica, que los otros remarquen aspectos y cualidades que quien experimenta el síndrome no sea capaz de ver en sí mismo.
«Es una manera de ir tomando consciencia de que la forma en que nos vemos a nosotros mismos no es como nos ven los demás. Y ni una cosa puede ser totalmente cierta ni la otra«, explica.
Deja a un lado los estereotipos
«A los cinco años ya tenemos muchos estereotipos de género identificados, por ejemplo, cuáles son trabajos de hombres y cuáles de mujeres«, asegura la psicóloga.
«Esto puede hacer que desde niño ya te identifiques con determinadas profesiones y de ahí que muchas mujeres que deciden una profesión que quizá está mas maculinizada tengan mucho más síndrome del impostor; se exigen más a sí mismas«, remarca.
Ante este aspecto, la especialista subraya la importancia de comenzar a desterrar estos y cualquier otro tipo de estereotipos, como otra forma de combatir esa sensación de fraude.
Cabe destacar que el síndrome del impostor se da con frecuencia en minorías ya sea de género, raza o clase social.
«Creo que también es importante tener en cuenta esa visión para poco a poco ser más consciente de que todas las personas podemos optar a diferentes profesiones«.
Haz uso de herramientas profesionales de valoración
Si consideras que esta sensación de menosprecio hacia tu persona está realmente interfiriendo en tu carrera y en tu vida en general, puede ser conveniente consultar con un experto.
A este respecto, Sánchez recomienda que puede ser útil consultar con un psicólogo especialista en evaluación de competencias y detección de talento para que pueda acreditar tu valía y te ayude a realmente verla.
«Ayudar a las personas con técnicas para evaluar todo su potencial es una manera realista de hacerles ver que tienen ese talento«, concluye.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Cristina Fernández Esteban.