Xiaomi Mi 11 Ultra, impresiones y toma de contacto de esta bestia para hacer fotos y vídeo | Tecnología

Hemos estado jugueteando solo durante un día con el móvil más premium que Xiaomi ha lanzado en toda su historia, pero en ese tiempo ya me ha quedado claro que sí, puede que te quieras acercar a él por la pantalla, la potencia o la carga rapidísima, pero realmente deberías querer comprar este Mi 11 Ultra por la cámara.

Y es que, es uno de los móviles más avanzados en lo que a fotografía se refiere gracias a una apuesta de lo más ambiciosa que, junto a Samsung, ha dotado a este terminal de un sensor principal de 50 megapíxeles prácticamente de una pulgada.

Para hacer fotos, ahora os contaremos que tal se porta este terminal tan premium, pero también os vamos a hablar de las sensaciones con el móvil entre manos (quizá el punto más controvertido) y, sobre todo, os contaremos qué tal la enorme pantalla y el rendimiento del terminal.

Sin más dilación, esta es nuestra opinión y primeras impresiones del Xiaomi Mi 11 Ultra.

Apartados de estas impresiones del Xiaomi Mi 11 Ultra:

Grande, pesado y parecido a los personajes de Among Us

Pero antes de hablar de las cámaras, quiero señalar lo que salta a la vista, y eso es el diseño y la pantalla. El diseño es… singular. Si sois jugadores, seguro que sabéis que hay un juego llamado Among Us en el que los personajitos tienen unas «gafas» brillantes y un cuerpo plano de color uniforme.

Precisamente, el diseño del Mi 11 Ultra me recuerda muchísimo a esos personajes gracias a su trasera de cristal brillante que, en nuestra unidad, es de color negro. Sí, como os podéis imaginar, esta trasera con efecto espejo (aunque no tan agresiva como la del Mi 11 Lite –análisis-) atrapa las huellas que da gusto y lo cierto es que el acabado en blanco es mucho más limpito.

El módulo de cámaras es… impresionante. Es algo que ya dijimos con el S21 Ultra –análisis– y con el Mate 40 Pro –análisis-, pero aquí Xiaomi ha ido más lejos aún y el módulo no solo sobresale muchísimo, sino que hace que el móvil quede totalmente descompensado en la mano.

Y no porque no sea cómodo, ya que termino apoyando el índice en el resalto inferior, sino porque el peso se ‘vence’ hacia la parte delantera. Y es que, es de cristal, tiene las lentes de las cámaras (más grandes que las habituales porque los sensores también lo son) y, además, una pantalla. ¡Una pantalla!

Bueno, no nos vamos a sorprender ahora porque sabemos desde hace meses que la pantalla está ahí, pero al final son elementos que añaden peso… y he de decir que en el rato que he estado fuera de casa con el Mi 11 Ultra no me he sentido seguro.

 Primero porque la gente lo miraba raro, algo normal, pero segundo porque… es que pesa mucho. 234 gramos que, como digo, no están equilibrados. Pero bueno, la verdad es que cuando haces fotos, se te pasan un poco los ‘males’.

Siguiendo con el diseño, la botonera está en el lateral derecho, en la parte superior tenemos un emisor de infrarrojos y una salida de audio, en lateral izquierdo no tenemos nada y en la parte trasera tenemos la ranura de SIM, el USB-C, un micrófono y el altavoz principal.

Es sonido estéreo y, la verdad, suena de escándalo:

Estos laterales están hechos de aluminio y tienen un tacto muy agradable, y si nos vamos al frontal, tenemos un impresionante módulo de cristal con laterales curvados y un panel que ocupa el 91,4% de dicho frontal.

Antes de repasar la pantalla, un par de detalles. Para empezar, es un móvil IP68, siendo el único, que recordemos, Xiaomi con certificación IP68. No es el único resistente al agua y, seguramente, otros gamas top de la compañía serán igual de resistentes, pero para este han pagado la certificación.

 Y, para terminar, más allá de que el peso no esté equilibrado, el móvil se siente muy bien entre manos si te gustan los terminales grandes. No dejan de ser 164,3 milímetros de alto y 234 gramos de peso, pero el tacto es cómodo y, claro, muy, muy premium.

Ser premium implica pantalla WQHD+ AMOLED a 120 Hz y Snapdragon 888

Ahora sí, vamos a la pantalla, ya que es algo que llama poderosamente la atención. El panel es AMOLED de Samsung y es uno de los paneles top de la compañía surcoreana. Cuenta con una resolución de 3.200 x 1.440 píxeles, lo que nos deja 515 píxeles por pulgada y una legibilidad cristalina. La experiencia leyendo es buenísima, pero también en juegos.

También tenemos un refresco de 120 Hz y, en el caso de la resolución, un modo que nos permite elegir si queremos una resolución QQHD+ fija o variable para adaptarse según el contenido y, así, ahorrar batería. Sobre los 120 Hz, son variables y, dependiendo de la fuente, la pantalla va a 60, 90 o 120 Hz.

Dicho esto, el panel se ve realmente bien. Es una absoluta maravilla visualizar contenido HDR a la máxima resolución porque es una experiencia muy, muy buena. Los ángulos de visión son impecables, los colores son vivos y se pueden personalizar los modos en el apartado ed configuración y para jugar, también es un gran panel.

 Las 6,81″ son excesivas para muchos usuarios, sí, pero cuando estamos en un videojuego con todo al máximo y con una pantalla tan grande y con tan buena respuesta, lo cierto es que cuesta volver atrás.

El brillo también es muy elevado, de 900 nits típico y con un pico puntual de 1.700 nits. Es algo que, por supuesto, mediremos de cara al análisis. 

Hay diferentes mejoras gracias a la inteligencia artificial como un modo de ‘superresolución’, otro de mejora de HDR y colores o una interpolación de fotogramas que podemos activar o desactivar. Si me preguntáis, yo lo tengo desactivado.

 Y sí, hay una ligera sombra en los laterales de la pantalla. No es tan pronunciada como en otros móviles con panel curvo, pero ahí está. Además, si se mira desde un ángulo lateral, también vemos un brillo distinto en esos laterales. Soy más de pantallas planas, pero qué se le va a hacer, las curvadas son más premium (o eso intentan decirnos los fabricantes).

Y, por otra parte, tenemos la pantalla trasera. Es de 1,1″, AMOLED y podemos configurar que muestre notificaciones, el reproductor de música y la hora hasta un máximo de 30 segundos. No la podemos dejar en Always-on Display, pero sí se activa con un doble toque y, además, es táctil, por lo que podemos pasar canciones de Spotify, por ejemplo.

Pero vayamos a los circuitos, los encargados de nutrir de contenido de calidad al panel. No hay demasiado que decir, ya que tenemos Snapdragon 888 y 12 GB de memoria RAM que nos dan unos resultados bestiales en juegos y apps de todo tipo, pero también en test sintéticos.

La memoria es de 256 GB y no se puede ampliar, un punto negativo, pero es UFS 3.1 y es muy, muy rápida. En la línea de otros móviles (excepto los Samsung) con este tipo de memoria.

No tenemos MIUI 12.5, sino MIUI 12.0.6 y la experiencia está siendo buena. Eso sí, en un solo día no podemos entrar a valorar demasiado, por lo que solo os podemos decir que os guiéis por el vídeo que tenéis justo más arriba… y os citamos de cara al análisis.

Eso sí, seguimos sin sensor de proximidad como tal, por lo que si habláis mucho por teléfono, tendréis el mismo problema que con prácticamente todos los Xiaomi recientes.

Y sobre el desbloqueo, está en pantalla con un sensor óptico que funciona de manera rápida, pero algo más lento que los capacitivos, obviamente. La animación de Xiaomi está muy pulida y con los superfondos es un espectáculo.

También tenemos desbloqueo facial con foto y aquí sí es muy rápido, notándose lo pulida que está esta animación y la potencia del SD 888.

De los mejores sensores que puede montar un móvil ahora mismo

De las cámaras, solo podemos decir que es la apuesta más ambiciosa del fabricante chino hasta la fecha. Sí, el Mi Mix Fold tiene una lente de cristal líquido que puede ser el futuro de la fotografía móvil, pero aquí no tenemos experimentos.

Tenemos tres cámaras con sensores muy, muy buenos, empezando por el sensor principal. Se trata de un ISOCELL de Samsung GN2, que viene a ser uno de los sensores más grandes que se han usado nunca en un móvil.

 Cuanto más grande es el sensor, más luz entra, más desenfoca de manera natural, mejor para fotografías nocturnas y sí, además, no se les va la cabeza con los megapíxeles, mejor porque el tamaño de cada píxel es mayor.

Aquí hablamos de 50 megapíxeles con un tamaño de 1,4 micras que podemos disparar a tamaño completo, pero también a 12 megapíxeles con un enorme píxel virtual de 2,8 micras. El tamaño del sensor es de casi 1″ (1/1,12″) y está estabilizado ópticamente.

Esto es lo que podemos hacer:

También contamos con un gran angular de 48 megapíxeles gracias al sensor Sony IMX 586 que cuenta con un ángulo de 128º, más que la mayoría de grandes angulares en la telefonía móvil.

Y el telefoto también tiene 48 megapíxeles, es el mismo Sony IMX 586 y tenemos un zoom óptico de 5 aumentos con un híbrido de 10 que, además, se puede estirar hasta un 120x, aunque este no es usable.

Está estabilizado, tiene apertura f/4.1 y esto podemos hacer:

Evidentemente, os hablaremos largo y tendido de las cámaras en el análisis del Xiaomi Mi 11 Ultra, pero no ha habido demasiado tiempo para probarlas y, además, el día no ha acompañado.

Si pasamos al frontal, tenemos un sensor de 20 megapíxeles para hacer selfis, pero lo atractivo de la cámara trasera es que podemos usarla como visualización de la cámara para hacernos fotos, directamente, con el sensor principal.

Y el vídeo es otro de los puntos fuertes. El enfoque es muy rápido y podemos grabar a 8K24 como máximo, pero lo interesante es 4K60 estabilizado. También podemos grabar a 4K60 con el telefoto, siendo una opción de lo más interesante.

Y… bueno, poco más porque no hemos podido, como digo, hacer demasiadas fotos, pero las primeras sensaciones son espectaculares. Es como tener un S21 Ultra entre manos, pero con un mejor sensor principal. Eso sí, el procesado de color de Samsung diría que me gusta algo más, pero hay que esperar a fotos con mejor luz y, además, es algo que depende totalmente de los gustos.

5.000 mAh con cargas potentísimas de 67 W tanto por cable como inalámbrica

En un solo día no podemos hablar de la autonomía de un teléfono, ya que hace falta semana y media para ver, realmente, cómo se porta en este sentido y, por eso, será entonces cuando os ofrezcamos el análisis del Mi 11 Ultra, pero sí hemos medido dos parámetros totalmente objetivos.

Por un lado, las horas de pantalla activa con un test de rendimiento. Con el brillo al máximo, hemos tenido seis horas justas, que no es, precisamente, demasiado y que puede denotar que los 5.000 mAh con 120 Hz, con ese brillo tan elevado y con el consumo adicional de la resolución WQHD+ puede ser excesivo.

La carga, por otro lado, nos ha dejado muy buen sabor de boca. El terminal es capaz de cargar inalámbricamente otros dispositivos con una potencia de 10 W, pero también es compatible con carga inalámbrica de 67 W y carga por cable, con el cargador incluido en la caja, de 67 W.

Y esta carga por cable se realiza en un tiempo sorprendente. En solo 13 minutos tenemos el 50% y el 100% lo consigue en 38 minutos. Es decir, la batería creemos que no será el punto fuerte pese a los 5.000 mAh si, claro está, usamos ‘a tope’ el móvil, pero tener el 100% en menos de 40 minutos es muy, muy jugoso.

Primeras impresiones del Xiaomi Mi 11 Ultra

Aunque solo hayamos pasado unas horas con el Mi 11 Ultra, ya tenemos claro que es el terminal más ambicioso de la compañía, que las cámaras nos van a dar muy buenos ratos, que la pantalla es de las más espectaculares que hemos probado… y que no es un terminal para todo el mundo.

Por diseño, por precio y porque no todos verán justificación a la segunda pantalla, creo que no va a ser un superventas, como prácticamente ningún terminal de esta gama, pero sin duda es una demostración de fuerza por parte de la compañía china.

 Xiaomi, con este móvil, nos dice: ey, yo no desarrollo pantallas o cámaras, pero me uno a Samsung para montar un panel espectacular y para ser los primeros en tener este enorme sensor, y todo eso acompañado por un rendimiento impecable gracias al Snapdragon 888 y sus 12 GB de RAM.

Ahora solo queda pasar una semanita con él para contaros si, aunque sea tan premium, vale la pena.