Si guardas en la nevera alguno de los alimentos que te enumeramos en este artículo, lo mejor que puedes hacer es tirarlos cuanto antes si no quieres tener problemas de salud.
Todos cometemos errores a la hora de almacenar comida, y uno de los más habituales consiste en guardar en el frigorífico una serie de alimentos que no se deben guardar en la nevera. Aunque en general la mayoría de las cosas se conservan mejor en frío, esta premisa no se cumple siempre y hay alimentos que es mejor mantener alejados del refrigerador. Además, también hay cosas que se echan a perder a pesar de estar almacenadas en frío, de manera que tampoco conviene meterlas en la nevera.
Seguro que alguna vez has sentido confusión a la hora de comer algún alimento guardado en el frigorífico, por ejemplo los que están en un envase ya abierto o los productos frescos, como la carne o el pescado. Y no nos extraña: hay mucha confusión con la fecha de caducidad y la de consumo preferente. Mientras que hay alimentos que nunca deberías comer después de su fecha de caducidad, hay otros, como los yogures, que según la OCU se pueden tomar días o semanas después de su fecha de consumo preferente, siempre y cuando no estén abiertos ni deteriorados.
Si no quieres comer alimentos en mal estado y te gustaría prevenir posibles problemas de salud, lo mejor es que no guardes estos alimentos en la nevera y, si ya los tienes será mejor que los tires.
- Alimentos sin tapa. Si abres una lata o un envase, no lo metas en la nevera sin tapa, ya que puede secarse y contaminarse. Si quieres almacenarlos, pásalos a un táper o cualquier otro recipiente con tapa.
- Alimentos con moho. ¿Has encontrado un arándano o una frambuesa con moho en la bolsa que guardas en la nevera? Aunque puedes eliminar las piezas que tienen moho y lavar con agua fría el resto, será mejor que deseches todo el paquete: en el caso de las frutas y vegetales blandos, es posible que el moho haya penetrado en el interior, así que es mejor no correr riesgos.
- Sobras de comida que han estado en contacto con los cubiertos. Si quieres guardar sobras de comida, lo mejor es que separes las raciones que quieras comer más tarde. Cuando introduces los cubiertos de la boca al plato se transfieren gérmenes que pueden contaminar los alimentos. Lo mismo sucede con las salsas para dipear, así que repártela en recipientes individuales si quieres guardar el resto para otro momento.
- Alimentos muy perecederos guardados en la puerta del frigorífico. Cuidado con lo que guardas en la puerta de la nevera: si son productos muy perecederos, como los huevos o algunos lácteos, pueden echarse a perder debido a los cambios de temperatura. Guárdalos mejor en otra zona de tu refrigerador.
- Pollo o ternera cocinados con más de tres días. Los organismos de descomposición pueden crecer a temperaturas frías, por lo que es mejor desechar los guisos con pollo o ternera una vez que han transcurridos tres días desde su preparación, ya que han podido echarse a perder.
- Envases de los que bebes directamente. Muchas personas tienen la costumbre de beber directamente de algunos envases, como el cartón de leche y las botellas de agua o refresco. Esta práctica no es muy recomendable, ya que los microbios de tu boca pueden contaminar la bebida.