Surgieron de la nada hace unos años, y todavía no sabemos hasta dónde pueden llegar. Su cotización es como una montaña rusa. Un día baten récords, y al día siguiente caen un 40%. ¿Qué podemos esperar de las criptomonedas?
Últimamente están en todas las polémicas. Tras unos meses en los que el Bitcoin, el Ethereum, Dogecoin, y otras, han batido récords de cotización, en unos días han caído más de un 30% de media.
Las razones son variadas. Tras alabarlas y aprobar su uso para comprar coches Tesla, Elon Musk deja de aceptar Bitcoins porque son altamente contaminantes. Apenas unos días después, China prohíbe hacer operaciones económicas con ellas. Y desde ayer mismo, Irán también prohíbe el minado de criptomonedas por su alto consumo de luz, que está provocando cortes en las grandes ciudades.
Y por si fuera poco, para minar criptomonedas se necesitan tarjetas gráficas potentes, así que desde hace meses no hay stock de tarjetas porque las compran todas los mineros, y millones de personas no pueden renovar el ordenador, o comprar uno nuevo.
La realidad es que la mayoría de estos ataques tienen razón: minar criptomonedas consume mucha electricidad y eso lleva al agotamiento de recursos, la contaminación e incluso cortes de luz en grandes ciudades.
Son valores muy volátiles y especulativos. No es aceptable que una criptomoneda suba o se desplome por un tuit de Elon Musk, como ha pasado con el Dogecoin. Son inversiones muy arriesgadas salvo para los ricos.
Ethereum, Filecoin, Cardano, Dogecoin, Filecoin… ¿por qué existen más de 7.000 criptomonedas? ¿Realmente tienen una utilidad más allá de la intención de especular con ellas y hacerse millonario sin esfuerzo? Vamos a comprobarlo.
Para qué sirven las criptomonedas
¿Qué es una criptomoneda?
Para descubrir el verdadero valor de las criptomonedas, primero habría que ponerse de acuerdo sobre lo que son. Porque según a quién preguntes, te dirá una cosa u otra.
Técnicamente una criptomoneda es una cadena de unos y ceros única que el sistema de control de dicha moneda la identifica como un token, un artículo que tiene valor.
Si usas ese objeto para comprar y vender, técnicamente es dinero, y así lo aseguran sus usuarios. Una moneda, en definitiva, no muy diferente a los trozos de metal aplastado que se usaban como dinero hace miles de años.
El problema ( o la bendición, según a quién preguntes) es que las criptomonedas no están reguladas ni respaldadas por ningún banco o estado, por eso son tan volátiles. Muchos las llaman las monedas del pueblo o de la gente, porque son las personas las que las crean y dan valor, sin intervención del estado, los bancos o las empresas.
Mientras se usen para comprar y vender, mientras alguien pague más de lo que valen para conseguirlas, su cotización subirá. Pero si dejan de interesar o se desata el pánico, pueden perder todo su valor en cuestión de horas.
Puede que para sus usuarios sea una moneda, pero a nivel oficial, para los bancos o los estados, son una mercancia que se usa para hacer negocios, como puede ser el oro. No la consideran una divisa.
Más allá de su definición, ¿qué usos tienen las criptomonedas? Vamos a ver algunos que ya están en funcionamiento.
Comprar en comercios
La opción más obvia es usarla como una verdadera moneda. Muchos comercios y servicios online aceptan pagos en Bitcoin, Ethereum, y alguna más.
La tienda de Microsoft permite comprar aplicaciones y juegos para Windows y Xbox usando criptodivisas, a través de BitPay. Dell también lo permite, a través de Coinbase. Al igual que la popular tienda de productos hechos a mano, Etsy.
Shopify acepta más de 300 criptomonedas diferentes,
Si te tienes que ir de viaje, Expedia acepta Bitcoins. Al igual que otras muchas agencias de viaje y aerolíneas que puedes encontrar en Bitcoin Travel.
La mencionada BitPay tiene una tarjeta de crédito Mastercard que convierte al instante tus Bitcoins en dólares, para pagar con ellos en cualquier comercio. Así que técnicamente puedes pagar con Bitcoins en cualquier tienda del mundo:
En España también tiene una tarjeta como ésta Criptan.
El lado oscuro: drogas, tráfico de armas…
Una de las características principales de la mayoría de las criptomonedas, es que son anónimas. Funcionan de forma similar al dinero en metálico: su dueño es quien tiene el dinero en el bolsillo o la cartera, pero ese dinero no está asociado a ningún nombre.
Cuando se hace una transacción con una criptomoneda, aunque esa transacción se registra en la cadena de bloques y no se puede alterar, es una transación anónima. Lo único que se registra es el movimiento de criptomonedas, pero no se usan nombres ni identificadores, más allá de la dirección IP.
Incluso existen criptomonedas como Monero o Verge, en donde hasta las transacciones son privadas, y no se pueden ver.
El hecho de que no se usen nombres ni identificadores, consigue que las criptomonedas sean de uso común en la Dark Web, empleándose para transacciones ilegales de compraventa de droga, armas, blanqueo de capitales, y cosas aún peores.
Para hacer donaciones
Pero no todos los que usan criptomonedas, tienen oscuros fines.
Unos de los usos más comunes, es para hacer donaciones. Hay muchas ONGs que tienen un monedero de Bitcoin o Ethereum, y aceptan donaciones anónimas.
Entre ellas Save the Children, Internet Archive, Free Software Foundation, Wikimedia Foundation, y muchas más. Puedes consultar la lista en Bitcoin for Charity.
Para ayudar a ONGs
Algunas criptomonedas no tienen la intención de especular. O al menos, especulan con conciencia…
Bromas aparte, lo cierto es que existen diferentes criptomonedas que su objetivo es generar ingresos para iniciativas solidarias.
Un ejemplo cercano es RotoMoon, una criptomoneda que nació en Forocoches. En apenas 48 horas llegó a generar un valor de 2 millones de euros.
Este token cobra un 5% de comisión en cada transacción que va destinado a una ONG que ayuda a perros y gatos sin hogar. Ya se ha expandido a nivel internacional y ha donado dinero a ONGs de España, Estados Unidos y Brasil, entre otras.
Pagos entre particulares
Otro de los usos de las criptodivisas, y también su principal fortaleza, es que permite el pago anónimo y seguro entre particulares.
Esto se puede hacer en una transacción directa de monedero a monedero. Simplemente dando ei identificador de monedero a otra persona, de forma simular a tu email de Paypal, ese persona te puede ingresar criptomonedas. Y viceversa.
Hablando de PayPal, la popular plataforma de pago ya acepta pagar o cobrar con criptodivisas. De momento funciona con Bitcoin, Ethereum, Bitcoin Cash y Litecoin. Eso sí, no puedes pagar con ellas en tiendas usando PayPal.
Micropagos instantáneos
Los sistemas de pago online convencionales solo aceptan pagos a partir de cierta cantidad, y el proceso suele llevar 1 o 2 minutos.
Una de las ventajas de las criptomonedas es que se pueden realizar pagos todo lo pequeño que se deseen, incluso de 1 céntimo de euro, y la transacción es rápida, segura y anónima.
¿Para qué sirve esto? Por ejemplo, para montar una red social descentralizada como Steemit, en donde cobras en criptomonedas por escribir buenos comentarios.
En el futuro se usará este sistema para cobrar 1 céntimo de euro por cada visita que reciba tu vídeo, o cada like que recibas en tu post de una red social, por ejemplo,.
O por corregir una foto, buscar un sinónimo, o cualquier otra microtarea que puedes realizar en segundos, y que otra persona está dispuesta a pagar por ella.
Cobrar por compartir tu disco duro libre
Storj es un servicio en la nube descentralizado. En lugar de almacenar los datos en servidores, se guardan cifrados en miles de ordenadores de todo el mundo. De esta forma no se pueden espiar porque están muy distribuidos, y están completamente seguros al usar Blockchain.
Storj también ofrece la opción de alquilarte disco duro que tengas libre en tu PC para formar parte del Blockchain, y paga con criptomonedas.
Su gran legado: el blockchain
No sabemos el éxito a largo plazo que tendrán las criptomonedas. Pero si estamos convencido de que su principal legado, el blockchain, tendrá muchas y ventajosas aplicaciones en los próximos años.
La mayoría de las criptomonedas, como el Bitcoin, se organizan en forma de Blockchain o cadena de bloques, una especie de base de datos descentralizada. Todas las transacciones que ha generado el bitcoin a lo largo de su historia, absolutamente todas, están registradas de forma anónima en una cadena de bloques enlazados que para su alteración exige que la mayoría de usuarios de la red P2P que sustenta esta cadena, den su aprobación.
En otras palabras, todos los datos asociados a una criptomoneda están encadenados, y para cambiar algo en esa cadena, deben dar su aprobación miles de ordenadores al mismo tiempo, que están conectados a esa red.
Este sistema es casi imposible de hackear, porque para poder alterar una transacción habría que hackear miles de ordenadores al mismo tiempo, repartidos por todo el mundo.
Esta seguridad permite usar tecnologías basadas en blockchain para llevar a cabo transacciones bancarias, firmar contratos, crear una Wikipedia que no se puede censurar, o buscadores basados en Blockchain.
Para comprar NFTs y asegurar su funcionamiento
Precisamente, una de las aplicaciones de Blockchain que más han impactado en los últimos tiempos son los NFT, o Non Fungible Token. Es decir, objetos no consumibles.
Los NFT resuelven un problema que se creía irresoluble: asegurar la originalidad de un artículo digital.
Cualquier cosa que se distribuye por Internet, desde una foto a un texto, un dibujo, un vídeo, etc., en el momento en que se convierte a ceros y unos, se pueden hacer infinitas copias exactas.
La tecnología NFT usa blockchain para darle a un archivo digital la categoría de único u original, y como nadie puede alterar la cadena de bloques, nadie puede falsificarlo. Esto permite, por ejemplo, que puedas vender o comprar un dibujo digital, un meme o lo que tu quieras, como un objeto original. Y aunque existan millones de copias, tú tienes el original porque así lo certifica el blockchain.
NFT abre las puertas al coleccionismo de arte digital, dibujos, fotografías y contenido original, al mismo nivel que un cuadro o una objeto de coleccionista físico. Más allá de las frikadas por las que se están pagando millones ahora mismo…
Evitar la censura y los abusos de los gobiernos
Las monedas convencionales están en manos de los gobiernos y los bancos centrales. Una ley del gobierno puede depreciar la moneda y perder tus ahorros. O, en el caso de gobiernos autoritarios, una ley injusta, o un error, puede bloquear tus cuentas bancarias y quedarte sin dinero.
Esto nunca puede ocurrir si tienes dinero invertido en criptomonedas, porque los gobiernos o los bancos no las pueden controlar, aunque quisieran, al estar distribuidoras por millones de ordenadores de todo el mundo.
Muchos países censuran páginas webs, blogs, periódicos, y otro contenido. Se está implementando páginas web, buscadores, enciclopedias y otros muchos servicios mediante blockchain, para que no puedan ser censurados por los gobiernos.
Un refugio contra la inflación
Desde un punto de vista económico, una de las ventajas de la mayoría de las criptomonedas con respecto a las divisas tradicionales, es que son un refugio contra la inflación, como puede ser el oro.
Esto se debe a la mayoría de ellas tienen un número finito de monedas, marcadas por el algoritmo que las genera. Por ejemplo en el caso del Bitcoin solo existirán 21 millones de Bitcoins. Al ser un número finito es un valor que no están influenciado por la inflación, como el dinero real, en donde no hay límite de billetes que puedes fabricar, según la economía.
Así que una de las funciones de las criptomonedas podría ser servir de refugio cuando hay inflación. Pero de momento, no lo está haciendo. El IPC ha subido más que en los últimos 15 años en Estados Unidos, y en cambio el Bitcoin no remonta y está bajo mínimos.
Hemos vistos varios usos interesantes de las criptomonedas. ¿Justifican las polémicas que generan?