¿Sabes qué es una turboglorieta? La DGT recuerda qué son y cómo circular correctamente por ellas | Motor

¿Sabrías diferenciar una rotonda clásica de una turboglorieta? La DGT explica las semejanzas y diferencias entre ambos sistemas.

Es muy posible que muchos conductores no conozcan o no usen el término turboglorieta, incluso que no sepan ver la diferencia entre una rotonda clásica y estas glorietas más ágiles si no se les indica con señales de tráfico el procedimiento antes de entrar en una. Aún así, el concepto es sencillo y la DGT nos recuerda sus normas.

Las tuboglorietas son un tipo de intersecciones muy parecidas a las rotondas, pero con pequeñas diferencias que cambian en gran medida su circulación. Se diseñaron en los Países Bajos en la década de los 90 con el objetivo de reducir la congestión del tráfico. 

A España llegaron por primera vez en la localidad de Grado hace más de 10 años: «Desde entonces, la circulación ha mejorado notablemente. La línea continua es lo que da fluidez. Si la respetan, el tráfico es mucho más ágil. Es raro que haya alguna retención» explica Carlos Cadierno, agente de la Policía Local de Grado en la información aportada por DGT.


La DGT ha mandado un aviso señalando que el registro del radar móvil por parte del usuario sería ilegal y que podría tener consecuencias si se realiza una reforma legislativa.

Las rotondas y turboglorietas comparten la norma por la cual los vehículos que circulan dentro tienen prioridad sobre los que pretendan acceder. También es importante señalar con el intermitente el cambio de un carril a otro cuando se circula por dentro de la rotonda. 

No obstante, una de las principales singularidades de estas intersecciones es que el tráfico se encauza hacia distintas salidas gracias al dibujo de la calzada, de tal forma que no es posible hacer la plaza completa por el carril exterior. 

«Las turborrotondas son más sencillas, hay menos toma de decisiones, la circulación es más ágil y tienen mayor capacidad. Además, al eliminar los cambios de carril en la circulación interior, se reducen los puntos de conflicto«, explica Carlos Suárez, ingeniero del tráfico.

Como muestra la imagen, la línea continua impide que los conductores puedan atravesar de un carril a otros y salgan por la salida más cercana, si se quiere seguir girando es necesario permanecer en el carril interno que nos dirigirá a la siguiente salida. Por otro lado, los pequeños tramos con línea discontinua dan acceso al carril interior para seguir girando.

De esta forma se evita el clásico cruce que realizan muchos conductores cuando ven que su salida se aproxima y están en el carril interno, atravesando de mala manera el carril exterior y provocando confusión y accidentes con los demás vehículos.

Antes de cualquier turboglorieta la señalización debe recordar a los vehículos las normas de circulación de esta peculiar intersección para que sepan que no están entrando en un rotonda clásica. 

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