El derecho a reparar los dispositivos cada vez está más cerca y los fabricantes tendrán que cambiar la perspectiva a la hora de desarrollarlos.
A todos nos ha pasado en algún momento que se nos ha estropeado un dispositivo y hemos pensado que era más barato o cómodo comprar uno nuevo que repararlo. Hay marcas con las que se complica el arreglar un móvil, los auriculares o el reloj y se tiene la sensación de que todo son trabas, pero desde varios frentes se empieza a combatir la situación.
Hace unos meses se trató en la Unión Europea el derecho a reparar con la intención de extender la vida de los electrodomésticos hasta los 10 años. Mientras, en España también se aprobó el Sello de Reparabilidad. Aún queda mucho por hacer, pero el camino está claro y ahora desde Estados Unidos también se empieza seguir esta senda tras presentarse una legislación similar.
El congresista Joseph Morelle presentó ayer una Ley de reparación que empuja a facilitar el proceso en caso de que los dispositivos sufran algún problema y se intenta que esto no signifique un gran desembolso que en ocasiones no se encuentra justificado.
La ley presentada afronta algunos de los principales problemas a los que se enfrentan los usuarios, como la falta de piezas de repuesto, las trabas a la existencia de talleres de terceros, falta de información sobre la avería… En definitiva, nada que no conozca ya cualquier persona que esté acostumbrada a utilizar dispositivos electrónicos.
Según recogen en Gizmodo, Corelle afirma que «durante demasiado tiempo, las grandes corporaciones han obstaculizado el progreso de los propietarios de pequeñas empresas y de los estadounidenses comunes al impedirles el derecho a reparar sus propios equipos«. Por eso, ha llegado el momento de «nivelar el campo de juego (…) y devolver el poder a las manos de los consumidores«.
La intención es que toda clase de equipos estén protegidos por esta ley y que la Comisión Federal de Comercio supervise a las empresas y sancione las actividades que vayan en contra de los derechos de los consumidores. Además, también existe el objetivo de reducir la cantidad de basura electrónica que se genera y que se evitaría facilitando los procesos de reparación.
Queda por ver si el congresista Morelle consigue el apoyo suficiente y aprueban una ley que se uniría a otras iniciativas como modo de presión para que las empresas cambien algunas de sus prácticas más perjudiciales e incómodas. Seguro que la gran mayoría de usuarios agradecen un giro en este tema.