El CEO de Intel pronostica 10 buenos años para la industria manufacturera de procesadores a pesar de la actual escasez de chips. Según Pat Gelsinger, el mundo es cada vez más digital «y todo lo digital necesita procesadores», ha reconocido en un evento organizado por la CNBC.
La pandemia ha agitado la industria tecnológica y desde hace meses hay una escasez de componentes que se está haciendo notar en la producción de consolas de nueva generación, de tarjetas gráficas, ordenadores e incluso en el sector del automóvil.
Pero hay quien ve el horizonte con algo más de optimismo. Es el caso del CEO de Intel, Pat Gelsinger, que espera 10 «buenos años» de crecimiento en la industria de los procesadores. Así lo sostuvo en una conferencia organizada por la CNBC este miércoles.
«Creemos que el mercado y el mundo están en un período muy expansionista«, avanzaba Gelsinger. «Preveo que estamos ante 10 buenos años, porque el mundo es cada vez más digital y todo lo digital necesita chips«.
Intel anunció hace unas semanas que invertirá 20.000 millones de dólares en crear nuevas plantas de producción de semiconductores en Arizona. También su propósito de invertir más en su capacidad proveedora, fabricando microprocesadores para terceros.
Las previsiones de Gelsinger contrastan de algún modo con otras expectativas que la compañía mantiene más a corto plazo, y que son algo más pesimistas. Intel abundó en mayo que la escasez global de chips podría prolongarse durante varios años.
En el panel de la CNBC, Gelsinger también conversó con el CEO de Qualcomm, Cristiano Amon. Preguntado sobre la competencia en el sector, desdeñó ese principio y defendió la necesidad de incentivar vías de colaboración.
«Ya sabéis, somos los líderes incuestionables en computación y Qualcomm es el líder incuestionable en telecomunicaciones. Y la computación cada vez coincide más con las telecomunicaciones. Hay un montón de nuevos casos de usos«, aseveró.
De hecho, el propio Amon reconocía que los nuevos planes de Intel de colaborar más estrechamente con terceras marcas siendo proveedor podría ser una oportunidad para su compañía. «Hay un montón de oportunidades con las que las firmas pueden colaborar. Tenemos a Intel y a Qualcomm como dos grandes compañías tecnológicas en EEUU, y hacemos mucha investigación esencial para impulsar más la industria«.
Dentro de la oleada de operaciones corporativas que desde finales del año pasado protagonizan compañías fabricantes de semiconductores, Intel anunció la venta de SK Hynix, su negocio de memorias flash, por 8.000 millones de euros. El propósito de la firma era centrarse en el 5G y en el desarrollo de sistemas IA.
Las expectativas agoreras sobre la escasez de chips también han partido de otras firmas como IBM, que vaticinan al menos 2 años más con estos problemas. Taiwán, una ciudad que concentra buena parte de la industria manufacturera de semiconductores, sufrió un repunte de casos COVID-19 en mayo que agravó la situación.
Algunos especialistas han planteado que la actual situación se debe a unos errores de cálculo frente a la pandemia. «Redujimos las proyecciones con la crisis financiera como modelo, pero la demanda fue muy resistente«, reconocía una analista a Bloomberg hace unas semanas. La situación, hoy por hoy, podría implicar un aumento de precios en productos afectados, como electrodomésticos.
La situación es especialmente grave en la industria del automóvil. Según las previsiones de una consultora llamada AlixPartners, a principios de 2021 calculaban un golpe de 61.000 millones de dólares, unos 50.300 millones de euros, sobre las ventas del sector.
Sus últimas estimaciones duplicaban ese impacto a los 110.000 millones de dólares (más de 90.000 millones de euros) y significaría que este año se producirían 3,9 millones de coches menos que en el ejercicio anterior, una caída del 4,6% del conjunto de la producción global.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Alberto R. Aguiar.