Es probable que finalmente no necesites un nuevo ordenador para ejecutar Windows 11.
Si bien el anuncio de Windows 11 no fue una sorpresa debido a todas las filtraciones que habían acaecido durante las últimas semanas, sí que sorprendió el requerimiento del chip TPM 2.0 integrado, haciendo de esta manera obligatorio un elemento que los ordenadores menos recientes no lo incluyen.
Además, otro de los requisitos que deben cumplir los dispositivos es contar con unos procesadores lanzados en los últimos años, con lo que al final Windows 11 será un sistema operativo que únicamente podrán disfrutar aquellos usuarios que se hayan comprado un ordenador en los últimos dos o tres años. Esto es una buena noticia para impulsar el mercado de los ordenadores, pero una maña noticia para el bolsillo de los usuarios.
El TPM es un procesador integrado en la placa base que garantiza la integridad del sistema operativo. Sin embargo, lo que ha molestado a la comunidad, es que muchos usuarios van a tener que invertir en un nuevo ordenador si quieren disfrutar de Windows 11.
Sea como fuere, según un reciente documento de Microsoft (vía Tomshardware), no todos los ordenadores necesitan tener instalado el chip TPM, sino que podrían haber varias excepciones que deberán ser aprobadas previamente por los de Redmond.
En un documento de soporte actualizado, afirman que “con la aprobación de Microsoft, los sistemas OEM para sistemas comerciales de propósito especial, los pedidos personalizados y los sistemas de clientes con imagen personalizada no están obligados a enviarse con un soporte para TPM habilitado”.
Queda por ver sí, con las protestas de la comunidad e incluso de fabricantes de hardware, Microsoft relaja mucho más los requisitos de Windows 11 para cuando esté disponible a finales de año, aunque parece que la actualización para los que tienen ahora mismo Windows 10 no estará habilitada hasta 2022.