Un niño de siete años se gasta 1800 dólares en una sola tarde jugando a Dragons: Rise of Berk con el iPhone de su padre.
Los teléfonos móviles no son para niños, al menos en la mayor parte de las ocasiones, porque no solo cuentan con acceso a Internet que no está recomendado para ciertas edades, sino porque muchas de las aplicaciones que tenemos en nuestros dispositivos móviles, aunque cuenten con versión gratuita, sí que pueden contar con microtransacciones fácilmente accesibles para los más pequeños.
Pues un médico de Reino Unido se ha visto obligado a vender su vehículo Toyota Aygo para saldar las deudas de su hijo con la Apple Store, y posiblemente le haya servido como una lección de vida.
En concreto Muhammad Mutaza, de 41 años, de Colwyn Bay, Gales del Norte, recibió una factura inicial de iTunes de 1289,70 £, aproximadamente unos 1800 dólares debido a facturas relacionadas con pagos en el juego llamado Dragons: Rise of Berk, uno de los más populares actualmente.
La noticia, del Daily Mail, afirma que el hijo de Mohamed, Ashaz, se gastó dicha cantidad económica en el videojuego acumulando nada menos que 29 transacciones que iban desde 1,99 libras esterlinas en un 99,99.
Según cree el padre, el niño habría memorizado la contraseña de acceso a su propio iPhone mientras miraba por encima del hombro y no se enteró de las compras hasta un tiempo después, cuando vio todas las facturas en una cuenta secundaria de correo electrónico, que es la que tiene enlazada a su App Store.
Si bien Apple finalmente ha reembolsado 207 libras al respecto, parece que no emitirá el reembolso completo. iOS cuenta con controles parentales suficientes como para que los padres sepan configurarlos y que sus hijos no puedan realizar este tipo de compras.
La primera consecuencia de la mencionada deuda con la Apple store, es que Mutaza ha tenido que vender su Toyota Aygo para cubrir el costo de la factura, y su idea es emprender acciones legales contra la propia Apple para recuperar el resto del dinero.
Las distintas versiones de iOS cuentan con uno de los controles parentales más reconocidos, y no obstante existe la función de “solicitud de compra”, que Apple afirma que está activada de forma predeterminada para los niños menores de 13 años.
La cuestión es que parece que el niño tomó prestado el iPhone del propio padre y accedió con la contraseña que había memorizado. Ahora veremos si Apple definitivamente decide reembolsar el resto de la cantidad, o considera que en este tipo de casos son los padres los realmente responsables.