Las actualizaciones de Windows 10 se aplican habitualmente sin problema desde Windows Update, sin embargo, en algunas ocasiones nos encontramos con un mensaje que nos notifica sobre errores a la hora de aplicar las mismas. Veamos cuáles son los motivos por los que suele pasar.
Windows 10 suele recibir actualizaciones de forma periódica, tanto para el núcleo del sistema como para algunas características adicionales que mejoran la experiencia de Windows.
En un mundo perfecto, todo ese proceso debería funcionar sin problema y de manera casi transparente para el usuario de forma que el sistema consigue mejorar la seguridad y nuevas características.
Sin embargo, el sistema de Windows Update tiene un sistema de control que tiene que cumplir ciertos requisitos a la hora de aplicar actualizaciones y por ello os dejamos una lista de los 5 problemas más comunes por los que fallan las actualizaciones de Windows.
Motivos por los que fallan las actualizaciones de Windows 10:
Almacenamiento insuficiente
Si has visto un mensaje de Windows informándote de que te estás quedando sin espacio en el disco, es probable que funciones críticas del sistema dejen de funcionar de manera total o parcial.
La actualización de Windows es uno de esos procesos que pueden pararse cuando hay poco espacio. Cuando hay una actualización disponible Windows necesita espacio libre para descargar los archivos, desempaquetarlo y realizar la tarea de actualización.
Si no hay suficiente espacio disponible en cualquiera de esos procesos, la actualización fallará.
Numerosas actualizaciones en cola
Microsoft suele lanzar actualizaciones de manera bastante frecuente. Es habitual que se junten actualizaciones de funciones principales mes a mes junto con soluciones y fixes de problemas.
Suele haber dos tipos de actualizaciones, las que mejoran componentes del núcleo del sistema y las que mejoran características que funcionan las anteriores.
Cuando hay múltiples actualizaciones en cola para ser instaladas, es posible que alguna de las segundas intente ser instalada antes de las que mejoran componentes clave del sistema. Windows necesita actualizar inicialmente los componentes críticos y es por ello que pueden fallar.
En otras palabras si no se han parcheado algunas funcionalidades es posible que otras actualizaciones fallen incluso de parches acumulativos que llegan a posteriori.
Conflicto de drivers
Una de las funciones principales de un sistema operativo es conseguir administrar distintos dispositivos conectados en el ordenador. Windows lo consigue gracias a la integración de drivers genéricos y dedicados.
Aunque los drivers son necesarios es posible que los integrados en Windows causen conflicto con otros de terceros. El resultado de ello puede causar inestabilidad del sistema y por ende, hacer que las actualizaciones del sistema fallen.
En resumen, en caso de que haya problemas de drivers, podría fallar la actualización de Windows. Es recomendable actualizar los drivers desde la página de los fabricantes y mantenerlos al día.
Archivos de sistema corruptos
Windows tiene muchos archivos de sistema que son necesarios para su funcionamiento. Cualquier problema con esos archivos puede tener consecuencias graves que evita que las actualizaciones se apliquen correctamente.
Si alguna vez falla una actualización, podrías ejecutar un escaneo System File Checker (SFC). Esta aplicación, busca archivos corruptos e intenta solucionarlo.
En Windows 10 es inteligente hacer un Deployment Image Servicing Scan (DISM). Este tipo de escaneo intenta solucionar problemas con la tienda de componentes de Windows. Esta tienda de componentes, permite volver a una versión anterior de los mismos en caso de que estén corruptos.
Un escaneo SFC no puede reparar archivos si la tienda de componentes está corrupta. Con DISM se puede resolver ese caso y luego SFC escanea y soluciona el resto de problemas. Puedes ejecutar estos comandos desde la línea de comandos en Windows con privilegios de administrador.
Malfuncionamiento del servicio Windows Update
El servicio de Windows Update es el responsable para chequear, descargar e instalar aplicaciones. Si el servicio de actualización no está corriendo, podría causar que las actualizaciones se queden congeladas o fallen.
Si esto sucede, Windows nos avisa de que no se pueden comprobar actualizaciones porque el servicio no está corriendo.
Para conseguir que las actualizaciones vuelvan a funcionar tienes que reiniciar el servicio. Para ello necesitamos parar e iniciar el servicio manualmente o arrancar en modo seguro. La segunda opción es más segura y rápida. Una vez que arrancas en modo seguro, se borra la caché de actualizaciones y se reinicia el ordenador.
Las actualizaciones de Windows son recomendables, no solo añaden nuevas funciones sino que también solucionan bugs críticos y problemas de seguridad.
Es interesante actualizar Windows 10 y con esta lista tenemos los cinco problemas más comunes por los que no se puede actualizar y con lo que podremos solucionar y mantener al día nuestro ordenador.