Ahora los robots serán capaces de sentir y reaccionar ante objetos que tengan en sus manos robóticas.
Se está avanzando bastante en el terreno de las distintas pinzas robótica que funcionan como si fueran manos, que está permitiendo a las máquinas poder interaccionar con objetos antes impensables y sensibles como puede ser un huevo, o bien objetos muy pequeños que se pueden escapar fácilmente a las pinzas de estas máquinas.
Ahora investigadores de Singapur ha desarrollado una gomaespuma inteligente que es capaz de dar a las máquinas un toque humano. Esta espuma inervada artificialmente, o AiFoam, es suave y se siente como una esponja de toda la vida, y es capaz de imitar el sentido del tacto humano para que los robots puedan detectar y sentir objetos. Lo que llama la atención es que es capaz de repararse a sí misma cuando se daña.
Además de para dotar a la máquina de mayor tacto para coger una serie de objetos antes impensables, está igualmente pensada para el mercado de la creación de prótesis y los brazos robóticos.
Si bien hay otras tantas pieles electrónicas de este tipo en el mercado capaces de sentir presión cuando están en contacto directo con un objeto, este nuevo avance hace lo mismo, pero también es capaz de detectar la dirección del movimiento de los objetos adyacentes.
Para replicar el sentido del tacto humano, lo que hicieron los investigadores es infundir el material con partículas metálicas microscópicas y electrodos finos en forma de cilindros incrustados debajo de la superficie de la gomaespuma.
Al aplicarse la presión, las partículas de metal se acercan entre sí dentro de la matriz del polímero cambiando sus propiedades eléctricas. Con ello, estos electrodos conectados a un ordenador son capaces de detectar la dirección de la fuerza aplicada.
En general, permitiría a los robots comprender mejor los comandos o saber que un objeto en contacto está cerca de resbalar para que puedan reaccionar a tiempo.