Las criptomonedas están en el ojo del huracán. Su declive de los últimos meses… ¿se debe a sus propias debilidades, o a una conspiración organizada por países y bancos?
El pasado 13 de abril, un Bitcoin costaba más de 53.000 euros. Hoy 13 de julio, justo tres meses después, cotiza a algo más de 27.000 euros.
Algo similar ha ocurrido con el resto de las criptomonedas, que han caído a valores mínimos. Las causas son variadas. Tras alabarlas y aprobar su uso para comprar coches Tesla, Elon Musk deja de aceptar Bitcoins porque son altamente contaminantes. Apenas unos días después, China prohíbe hacer operaciones económicas con ellas, e incluso cierra todas las granjas de minado.
Una semana más tarde, Irán también prohíbe el minado de criptomonedas por su alto consumo de luz, que está provocando cortes en las grandes ciudades. Y mientras, el Reino Unido cierra Binance, la plataforma de intercambio de criptomonedas. ¿Coincidencia, o acción coordinada?
Nuestro compañero Óscar F. Civieta ha entrevistado a Herminio Fernández, CEO de Euroncoinpay, en Business Insider.
Eurocoinpay es una entidad de compraventa de criptomonedas financiada por la Unión Europea, el Gobierno de España y la Junta de Castilla y León, entre otros organismos públicos.
En la mencionada entrevista, Herminio Fernández explica que está convencido de que hay sistemas financieros y países que «han organizado un ataque orquestado contra las criptomonedas”.
Asegura que es algo «parecido a lo que se vivió en los años 90«, cuando empezó Internet. «Muchos gobiernos trataron de acabar con Internet, pero no pudieron, y ahora van a por las criptomonedas«.
¿Y por qué querrían estas entidades acabar con las criptomonedas? Según el CEO de Eurocoinpay, «las administraciones se están alarmando porque ven como los bancos van entrando en el sector criptográfico. Por eso hay tanto interés en crear monedas virtuales públicas que dependan de los bancos centrales. Las criptomonedas devuelven la soberanía del dinero a los ciudadanos”.
Los defensores de las criptomonedas argumentan que son una forma devolver el poder económico a las personas. Y es cierto, ya que no las regulan ni los bancos ni los gobiernos.
Pero eso hace que sean más volátiles, y cosas absurdas como un tuit de Elon Musk o una actuación en la tele, pueden hacer que caigan en picado.
Las razones oficiales de la persecución en China e Irán, tiene que ver con su altísimo consumo eléctrico. Herminio Fernández las defiende argumentando que «el consumo de los mineros de criptomonedas equivale al de un país como España, y el 32% o 33% de ese gasto es con energías renovables. Este porcentaje será del 70% o el 80% dentro de 10 años”.
¿Estamos por tanto, ante una conspiración de gobiernos y sistemas financieros contra las criptomonedas, o todo es culpa de sus propias debilidades?
Resulta complicado imaginar que países tan dispares, política y económicamente hablando, como China, Reino Unido e Irán, se pongan de acuerdo para acabar con las criptomonedas.
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