Ya tenemos entre manos el primer dispositivo de Huawei con HarmonyOS, el sistema operativo que la compañía china lleva unos años desarrollando para intentar amortiguar el golpe de Estados Unidos y el veto de Google.
Tras pasar unas semanas con la MatePad 11 y con sus accesorios, nos hemos dado cuenta de que en tablet no se nota tanto esa prohibición de uso de los servicios móviles de Google y que, aunque sigue habiendo apps que no funcionan, la verdad es que la experiencia es muy satisfactoria en términos generales.
Eso sí, no es perfecta y el mundo no se puede arreglar a base de APK, y a continuación os contamos si vale la pena la MatePad 11 y si HarmonyOS es ese gran sistema que muchos estaban esperando.
MatePad 11 | |
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Pantalla | Panel de IPS de 10,95″ | Resolución de 2.560 x 1.600 píxeles | Refresco de 120 Hz | Relación de aspecto 16:10 |
Procesador | Snapdragon 865 |
Memoria RAM | 6 GB |
Almacenamiento | 64 / 128 GB | Ampliable mediante microSD |
Batería | 7.250 mAh | Carga rápida de 22,5 W | Carga inversa de 5 W |
Cámaras | Trasera de 13 Mpx | Frontal de 8 Mpx |
Conectividad | Wi-Fi 6 | Bluetooth 5.1 |
Tamaño y peso | 253,8 x 165,3 x 7,25 mm | 485 gramos |
Accesorios | Funda teclado | Pencil |
Precio | Desde 399 euros |
Apartados del análisis de la Huawei MatePad 11:
Buenos materiales y un tamaño contenido para su pantalla de 10,95″
Vamos a empezar con el diseño de la MatePad 11 y nos encontramos una pieza de hardware muy bien pensada. En este sentido, y durante estos últimos años, Huawei ha seguido en sus tablets las líneas de diseño de sus teléfonos de alta gama.
Son dispositivos con buenos materiales, formas actuales y elementos, como decimos, bien pensados. Eso se traduce en una gran comodidad entre las manos gracias tanto al peso de 485 gramos como a un grosor de menos de 8 milímetros.
Los laterales están redondeados, así como las esquinas, lo que mejora la sensación al agarrarla y nos encontramos unos marcos simétricos que sí, están ahí, pero que siguen siendo necesarios en las tablets para no tapar la pantalla con el pulgar.
Vamos a poder sostenerla tanto en vertical como en horizontal, evidentemente, pero en mi caso estoy más cómodo con la tablet en horizontal.
En este modo, tenemos dos altavoces en cada uno de los laterales (izquierdo y derecho) y el USB-C en la parte central del lateral derecho.
En la zona superior tenemos una porción imantada para sujetar y cargar el Pen y, en la zona izquierda de la parte superior, tres micrófonos y el botón de volumen. El botón de bloqueo está la zona superior del lateral izquierdo y la cámara en el marco superior.
Vamos a poder ampliar la memoria con tarjetas microSD gracias a la ranura que tenemos en la parte inferior. Y en cuanto a los materiales, predomina el plástico, pero de muy buena calidad.
Tenemos el logo de la marca en la parte central, con una tipografía y acabado bastante elegante, y la cámara.
Es un módulo de cámara con flash, una cámara y un micrófono y, la verdad, me parece totalmente prescindible. Sí, hay algún uso esporádico, pero es un módulo que sobresale lo suyo y que no es cómodo si tenemos la tablet sin la funda teclado.
En definitiva, es una tablet con un diseño a la altura de la marca y que, por 399 euros, está realmente bien, ya que en ningún momento nos da la sensación de tener algo «barato» entre manos.
Y esa sensación se traslada a la pantalla.
Un panel espectacular con 2K y 120 Hz al que no podemos pedirle que sea AMOLED
Alguna vez a lo largo de estas semanas he pensado «qué lástima que esto no tenga un panel AMOLED». Sin embargo, acto seguido recuerdo el precio y… ¡es lógico que sea IPS!
Estamos hablando de una tablet que cuesta 399 euros y que monta características espectaculares, por lo que no podemos pedir un panel AMOLED que habría encajado genial en la propuesta, pero que, si lo pienso en frío, tampoco es esencial.
Y es que, el IPS que tenemos entre manos no es el que cuenta con los mejores ángulos de visión porque hay una pérdida de contraste y brillo pasado cierto ángulo (generoso, nada preocupante), pero en el 99% de los casos se ve de maravilla.
La resolución es de 2.560 x 1.600 píxeles y cuenta con un sistema de resolución inteligente que podemos activar o no. No tenemos un selector de resolución como en otros dispositivos, aquí es el sistema el que decide a cuánto va y supongo que se moverá entre los QHD+ y FHD+, ya que tampoco se nos indica.
El brillo me parece el adecuado para este tipo de dispositivos y, según nuestras mediciones, tiene una media de 657,8 luxes con una desviación de 17,9 luxes. Es, como digo, más que suficiente para el uso que vamos a dar una tablet y en sensor de brillo automático funciona de manera correcta.
Los colores son acertados, vivos, y la paleta de color de Harmony ayuda a que la experiencia sea muy buena. Me recuerda mucho a las pantallas del iPad Air de hace unos años, que no eran AMOLED, pero debido a la estética lucían de maravilla.
Tenemos algunos ajustes tanto de color (con modo ‘vivo’, por defecto, o ‘natural’) y algunos extras como el modo oscuro, el modo lectura que ajusta el tono de la pantalla para leer y el modo eBook que sirve para leer, pero lo que hace es tintar de sepia toda la pantalla, eliminando el color.
Sin embargo, algo diferenciador es la frecuencia. Huawei ha dotado a este panel de 120 Hz de refresco y en las opciones podemos configurar que sean fijos, dinámicos o bajar a 60 Hz. En mi caso lo tengo en modo dinámico y es una gozada hacer scroll en diferentes redes sociales y usar el sistema, en general, ya que las animaciones están muy pulidas.
Al tener un formato 16:10 van a aparecer unas anchas barras arriba y abajo cuando veamos contenido tanto 21:9 como 16:9. Sin embargo, para trabajar creo que es un formato muy apropiado.
Vais a poder usar pantallas a pantalla partida, algo que hace muy bien Harmony, con bastante espacio en el eje vertical y, por ejemplo, viene bien para tener YouTube en una ventana y un procesador de textos en otra.
Y hablando de YouTube, para consumir contenido es una tablet espectacular tanto por la calidad del panel como por el sonido.
Cuenta con cuatro altavoces que suenan rotundos, con volumen y con una gran calidad en las diferentes frecuencias. Vais a disfrutar mucho con estos altavoces y lo único negativo es que no tenemos jack de 3,5 mm que, creo, sigue siendo importante en tablets. Eso sí, Huawei regala un adaptador USB a jack. Algo es algo.
Tampoco tenemos ecualizador, pero sí una serie de ajustes de sonido cuando conectamos unos auriculares. Inalámbricos, evidentemente.
Snapdragon 865 y HarmonyOS que se esfuerza por que no notes la ausencia de Google
El corazón es el Snapdragon 865, un SoC de hace generación y media, si contamos el SD 865+ que sigue ofreciendo un nivel más que digno hoy día. Sí, hay tablets más potentes, pero teniendo en cuenta el uso que vamos a dar al dispositivo, creo que la elección por parte de Huawei es acertada.
No os vamos a aburrir con los detalles técnicos de un SoC de finales de 2019, simplemente os compartimos una tabla con algunos benchmarks:
MatePad 11 | |
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AnTuTu | 622.457 |
Geekbench 5 single-core | 920 |
Geekbench 5 multi-core | 3.234 |
PC Mark | 8.628 |
Velocidad escritura secuencial | 400,9 MB/s |
Velocidad lectura secuencial | 1,26 GB/s |
Velocidad escritura aleatoria | 15,45 MB/s |
Velocidad lectura aleatoria | 13,93 MB/s |
Velocidad de memoria | 10,78 GB/s |
Como podéis ver, es una tablet que sigue siendo muy potente y en el día a día con las apps que hemos estado usando, eso basta. Además es rápida gracias a su memoria que, como comentaba, vais a poder ampliar.
Tanto abrir apps como instalar, abrir juegos o la multitarea se notan… veloces, son procesos muy rápidos y fluidos gracias al hardware (SoC + pantalla a 120 Hz) como al software.
Tenemos HarmonyOS 2.0 entre manos y es el primer dispositivo con esta versión que nos llega preinstalada. Teníamos muchas ganas de probar la apuesta de Huawei para intentar sobrevivir en un universo sin los servicios de Google y la verdad es que… me ha gustado.
Sigue siendo Android, sí, pero tremendamente maquillado con una capa de personalización que va más allá de lo que ofrecía EMUI, algo que vemos en cualquier pantalla y app propia.
La navegación por gestos es la habitual, pero tenemos la posibilidad de superponer aplicaciones de manera muy sencilla, tenemos un menú de acceso rápido si tiramos y mantenemos pulsación desde el lateral derecho, en las apps propietarias podemos crear ‘pop-ups’ fácilmente, se pueden hacer carpetas expandidas en el escritorio, tenemos widgets incluso en apps que instalamos vía APK…
No rompe con Android, se inspira mucho en iOS (con ese centro de control en la pantalla más a la izquierda que es una mezcla entre lo que hace Apple y Discover) y sí, no hace nada que no podamos ver en algunas de las capas más complejas de Android, pero qué más da, lo hace muy bien.
Los gestos son precisos, la navegación es rápida e intuitiva, todo va muy fluido y me he sentido tremendamente cómodo.
Ahora bien, en una tablet soy un usuario que no necesita los GMS nativos para casi nada (aunque se agradecen y los uso, claro está), pero lo que quiero decir es que si no tengo los GMS, sé cómo instalarlos. Pero… ¿qué pasa si una persona que no sepa, o no quiera saber, se compra la tablet y quiere instalar Netflix?
Este ha sido el caballo de batalla de Huawei estos últimos tiempos y la solución es doble.
Por un lado tenemos la Huawei Store, cargadísima de publicidad (de verdad, agobia, Huawei) y que tiene más apps que hace no muchos meses, pero que sigue sin ser suficiente y que, ahora, se nutre de la otra solución que ha intentado ofrecer Huawei.
Se trata de Petal, un motor de búsqueda que, ciertamente, es bastante potente y además de publicidad, noticias y recomendaciones, es un ‘buscador’ de aplicaciones que no están en la Huawei Store.
Si yo busco Twitter, por ejemplo, en la tienda o en Petal, como no está en la base de datos de la tienda me van a recomendar instalar la app de un sitio externo, una APK de toda la vida que, en este caso, se instala del conocido portal APKTure.
En otros casos es otro portal el que selecciona Petal como recomendado y, además de sugerir la instalación de esa APK de forma fácil, hace las veces de ‘antivirus’. Pero claro, te tienes que fiar del análisis de Petal y de que no lleve un malware oculto a un nivel profundo, o un exploit una vez instalamos el programa.
Hecho esto, la verdad es que Twitter, Instagram, Edge, Spark, Slack, Spotify, Disney+, Tik Tok, Amazon Prime, Just Watch… esas apps del día a día han ido sin problema alguno. Netflix no me deja hacer login, por ejemplo. Y en las apps que uséis con loggin de Google tampoco podréis acceder.
También contamos con un reconocimiento facial 2D que funciona de maravilla y, en definitiva, en la tablet no he echado de menos los GMS porque no uso WhatsApp, porque YouTube desde el navegador es cómodo y porque mis apps van, aunque otras muchas puede que presenten fallos.
Además, tampoco están las apps bancarias en la tienda y no me fío a la hora de meter esos datos sensibles en una APK.
Echo de menos Drive, eso sí, pero bueno, lo cierto es que la experiencia con HarmonyOS 2.0 ha sido buena, muy buena, teniendo en cuenta la situación.
Y ya que estamos, hablemos de las cámaras. Los micrófonos pillan bien nuestra voz, pero las cámaras están porque tienen que estar.
La calidad tanto de la delantera como de la trasera
Accesorios que no son imprescindibles, pero cambian la experiencia
Para consumir contenido, la MatePad 11 me parece una tablet espectacular, pero para trabajar es un dispositivo muy adecuado con los accesorios adecuados.
Evidentemente, vamos a poder conectar un teclado y un ratón Bluetooth, pero ahora mismo Huawei tiene una promo con la que regala el teclado y el M-Pen con el modelo más grande de la MatePad 11, el de 499 euros.
Teniendo en cuenta que son 100 euros más que el modelo base, y viendo la calidad del teclado/funda, creo que es algo a tener en cuenta.
Este teclado/funda tiene una zona imantada con NFC donde ‘pegamos’ la tablet, que se sincroniza automáticamente.
Soporta el gesto de abrir para encender pantalla y el tacto de las teclas me ha parecido muy bueno y satisfactorio.
Nos vamos a tener que acostumbrar al tamaño y a algunos caracteres que están cambiados, así como otros que no aparecen (el ‘arroba’, por ejemplo) o el tener un formato entre ISO y ANSI sin eñe en las teclas.
Por lo demás, me parece una muy buena funda/teclado. Por otro lado está el M-Pen, que se carga magnéticamente y que es preciso, pero que no siempre me ha funcionado.
Y es que, hay veces que no se sincroniza, al menos mi unidad, con la tablet y, aunque el Bluetooth me dice que está conectado, la realidad es que no funciona, teniendo que posarlo/quitarlo dos o tres veces para que de verdad lo reconozca.
Creo que el M-Pen es más prescindible, aunque hay unas cuantas apps, como la calculadora o la de notas, que son muy cómodas con este accesorio, pero el teclado me parece prácticamente obligatorio.
7.250 mAh que se pueden compartir
En el terreno de los números, los 7.250 mAh parece que no destacan si tenemos en cuenta que otras tablets se van a los 10.000 mAh.
Sin embargo, aquí el tamaño condiciona la capacidad de la batería y lo cierto es que el software y hardware parecen muy optimizados para no ‘sangrar’ esos 7.250 mAh.
En el test sintético con el brillo al máximo, la MatePad 11 consigue 6 horas 22 minutos y en el día a día, en el uso real consultando internet, YouTube, viendo alguna serie en Disney+, escuchando música y escribiendo correos/artículos, tengo para unos tres días sin problema.
La carga es de 22,5 W, cargador incluido en la caja, y tarda una hora y media en llenar el 50% y 3 horas y 6 minutos en el 100%.
La ausencia de Google no se nota tantísimo en una tablet
Al final, está claro que el no poder montar los servicios móviles de Google es un revés importante para una compañía que era muy potente en el terreno móvil y que ya parece que no cuenta.
En un teléfono entiendo, y así lo hemos puntuado en los últimos Huawei, que los servicios de Google son esenciales para muchas cosas, nos guste o no. Sin embargo, en una tablet la cosa cambia.
Y es que, en una tablet no vamos a depender de WhatsApp, es más ‘cómodo’ acceder a YouTube a través del navegador, para Gmail tenemos apps alternativas como Spark… pero está claro que sigue sin ser lo óptimo descargar una APK, aunque aquí sea muy fácil, para la mayoría de las apps.
Si con lo que os hemos contado del sistema estáis conformes y os animáis a ir a por ella, os vais a encontrar con un gran rendimiento, una pantalla y sonido espectaculares y un diseño que acompaña.
Y da ‘rabia’ tener entre manso algo tan bien construido, pero que no se siente completo por decisiones políticas.