Nos hemos acostumbrado a unas prácticas contra el coronavirus que no siempre son eficaces y te contamos algunas de las más comunes.
Hasta hace poco hemos seguido una serie de consejos contra el coronavirus que no siempre estaban del todo probados. Aunque se ha investigado con rapidez, no se pudo asegurar la efectividad de todos los modos de prevención desde el primer momento y algunos fueron recomendados como posibles medidas sin confirmarse. Pero ya hemos avanzado mucho en este aspecto.
Se siguen repitiendo prácticas para evitar ser contagiados por el coronavirus que son inútiles. En CNN se han hecho eco de una serie de medidas que se han demostrado como innecesarias pero que siguen haciéndose y las hay muy extendidas y de distintos tipos.
Un ejemplo lo encontramos en lavar las bolsas de la compra, en muchas ocasiones las de tela que se meten en la lavadora. Según una experta consultada por CNN, «La probabilidad que el virus esté pegado en la bolsa es baja… Lo que sí es importante es lavarse las manos después de coger las bolsas. No son las bolsas las que trasmiten, son las manos«.
En los últimos tiempos hemos visto cómo se extendían algunos dispositivos electrónicos con el fin de ayudar en la detección del coronavirus, pero estos se han demostrado como poco eficaces. Un ejemplo lo tenemos en la continua medición de temperatura, que no resulta determinante en lo que respecta a ser contagiado.
Del mismo modo, la medición de saturación de oxígeno también se puso de moda y se multiplicó en los relojes inteligentes. Sin embargo, es extraño que una persona infectada tenga este problema, y esto dejando de lado la efectividad real de estas monitorizaciones que no siempre son fiables.
La desinfección del dinero también se ha realizado en algunos hogares mientras se priorizaba el uso de las tarjetas. Pero de nuevo hay pocas posibilidades de ser contagiado por esta vía y lo más recomendable es, como en otras situaciones, lavarse las manos después de utilizarlo.
Pero si algo se extendió al principio de la pandemia fue la desinfección de la ropa, dejar el calzado fuera de la casa, cubrirlo o las prendas antifluídos. Unas medidas que suenan lógicas, pero que en realidad se han demostrado casi inútiles porque los contagios llegan ante todo a través del aire o por contacto directo con contagiados.
Independiente de las circunstancias, lo que se ha demostrado como más efectivo es el utilizar las mascarillas, evitar el contacto directo en lo posible, no estar en espacios cerrados con gente sin mascarilla y lavarse las manos tras tocar objetos o superficies de zonas comunes. Hay otras medidas, pero estas son sin duda las más importantes.