La nueva beta de PlayStation 5 trae la posibilidad de conectar un M.2 SSD a la consola para así aumentar la cantidad de memoria interna, cumpliendo así la promesa de que los usuarios podrían utilizar discos sólidos normales.
El gran drama de esta nueva generación de consolas es el espacio que tienen de serie para instalar juegos. Y, aunque este problema también es debido a que las desarrolladoras que no saben hacer juegos ligeros, la realidad es que el espacio de PlayStation 5 y Series X es insuficiente.
En el caso de la PS5 (que es un éxito en ventas), la consola llega de casa con un disco duro de 886 GB, con un espacio disponible real de 667 gigas, lo que es un bajón respecto a la anterior generación (PS4 y PS4 Pro) que sobrepasaban los 800 GB.
Como a esto se le suma que Demons’ Souls, Returnal o The Last Of Us: Parte 2, por decir algunos de los últimos exclusivos de Sony, ocupan más de 50 GB cada uno, en la práctica nos encontramos que con apenas cinco o seis juegos instalados el disco duro empieza a sentirse un tanto insuficiente.
Por fortuna para todos, Sony ha comenzado a desplegar la beta de su nueva actualización para PlayStation 5 que permitirá, entre otras cosas, acceder a la ranura de expansión M.2 que tiene la consola, la cual estaba bloqueada hasta el momento.
La compañía nipona especifica que para aprovechar este puerto será necesario utilizar un SSD M.2 que sea PCIe Gen4 y que tenga una velocidad de lectura de 5.500 MB/s o superior. O lo que es lo mismo, hacerse con los SSD topes de gama del sector actualmente.
Los 980 Pro de Samsung, o el SN850 de Western Digital son ejemplos de unidades que la consola permitirá, a los cuales os recordamos que Sony recomienda ponerles refrigeración (las clásicas thermal pads), para evitar que se calienten demasiado.
El motivo de exigir unos estándares tan altos no es otro que el de asegurar que los juegos funcionan igual de bien en el SSD de expansión como en el disco duro ultrarrápido de Sony, el cual ha puesto el listón bastante alto.
En esta nueva actualización Sony también trae la compatibilidad del audio 3D para los altavoces de la televisión, nuevas opciones en el centro de control de la consola y la posibilidad de jugar a 1080p a los juegos de PlayStation Now.