Si has estado cocinando y te ha sobrado comida, seguro que te preguntas si puedes guardar las sobras calientes en la nevera. Te aclaramos tus dudas.
Muchas personas aprovechan sus días libres o momentos de descanso para preparar la comida del día siguiente o incluso de toda la semana. De esta forma, lo único que tienen que hacer es sacar el táper del frigorífico, calentar la comida en el microondas, y listo.
Si tú también organizas tus menús de esta forma o simplemente has calculado mal la cantidad y te ha sobrado comida, seguro que te preguntas si puedes guardar las sobras calientes en la nevera.
Hay quien dice que esta práctica puede dañar el electrodoméstico, afectar el estado de conservación de otros alimentos almacenados o perjudicar la calidad de la comida que guardamos.
Todas estas creencias confunden y despiertan muchas dudas, por lo que mucha gente no sabe qué es lo más conveniente para guardar las sobras.
En primer lugar tenemos que tener claro que almacenamos los alimentos en el refrigerador para evitar que las bacterias crezcan en la comida. Las bajas temperaturas de la nevera ralentizan su proliferación, lo que mejora la conservación de los alimentos y alarga el tiempo que son aptos para consumir de manera segura.
Después de cocinar, cuanto más tiempo dejes la comida a temperatura ambiente más riesgo hay de que las bacterias puedan crecer y echar a perder la preparación.
El rango de temperatura que se considera de riesgo va de los 4 a los 60 ºC, así que cuanto menos tiempo estén tus alimentos en esta zona de peligro, mejor que mejor. Los expertos recomiendan refrigerar las sobras dentro de las dos horas posteriores a la cocción.
Pero, ¿si metemos la comida caliente directamente en el frigorífico estamos corriendo algún riesgo? Puedes guardar las sobras en la nevera sin ningún riesgo en caso de que se trate de pequeñas cantidades, por ejemplo un táper con dos o tres raciones.
El problema llega cuando introducimos recipientes más grandes con comida muy caliente en su interior, ya que puede elevar la temperatura de la nevera de manera brusca y perjudicar la conservación de los alimentos que están alrededor.
Para resolver el problema basta con dividir la comida que te ha sobrado en recipientes más pequeños y distribuirlos por diferentes partes del frigorífico. Otro truco consiste en bajar la temperatura de la comida con rapidez, por ejemplo mediante un baño de hielo.