realme Watch 2 Pro, análisis y opinión | Tecnología

El segmento de los smartwatches y bandas de monitorización parece seguir los pasos de lo que ya se ha vivido en el de los smartphones, con la llegada de nuevos actores que aportan mayor competitividad y variedad de productos al mercado.

Uno de estos nuevos actores que viene pisando fuerte es realme y sus planes de ampliación de su catálogo de relojes inteligentes y asequibles.

El realme Watch 2 Pro cuesta 74, 99 euros y viene a batirse el cobre con veteranos en esto de la fabricación de smartwatches como los Amazfit o los mismísimos Huawei. Te contamos todas las luces y las sombras del reloj deportivo realme Watch 2 Pro y te damos nuestra opinión.

  realme Watch 2 Pro realme Watch 2
Dimensiones 44 x 38,9 x 12,65 mm | 40 gr 35,7 x 25,8 x 12,2 mm | 38 gramos
Pantalla LCD a color de 1,75 pulgadas | 320 x 385 píxeles | 287 ppp | 600 nits LCD de 1,4 pulgadas | 320 x 320 | 323 ppp | Brillo de 600 nits
Batería Carga por contacto | 390 mAh Carga por contacto | 315 mAh
Conectividad Bluetooth 5.0 Bluetooth 5.0
Sensores Sensor de aceleración de 3 ejes | sensor óptico de frecuencia cardíaca | sensor óptico de SpO2 SpO2 | Acelerómetro de 3 ejes | Monitor cardíaco óptico
Materiales de la correa Correa de silicona de 22 mm | Intercambiable Correa de silicona de 22 mm | Intercambiable
Resistencia IP68 | Gorilla Glass 3 IP68 | Gorilla Glass 3
Precio 74, 99 euros 34,39 euros

Análisis de realme Watch 2 Pro por apartados:

Materiales discretos y pantalla LCD que pide a gritos ser AMOLED 

Hace unas semanas analizábamos el realme Watch 2análisis—, pero en esta ocasión nos centramos el modelo Pro que mejora ligeramente sus prestaciones y algunos aspectos de su diseño.

Estamos ante un smartwatch con una clara inspiración en el Apple Watch por su diseño rectangular de su caja que tiene unas dimensiones de 44 x 38,9 mm y un grosor de 12,65 mm, algo más voluminoso que el Watch 2.

El reloj de realme está fabricado en plástico, lo cual no es necesariamente negativo. Con ello se reduce considerablemente su peso y consigue mantenerse en 40 gramos. Esta ligereza hace que el reloj no moleste durante los entrenamientos y en el día a día, literalmente, te olvidas de que lo llevas en la muñeca.

El plástico con el que está construido se aprecia de buena calidad y el marco que recorre el perímetro de la caja tiene un acabado metalizado, pero no termina de ser un material convincente para un reloj que, pese a que todavía mantiene un precio ajustado, ya no está en la liza de los smartwatches más baratos.

En este marco se engarzan las correas intercambiables fabricadas con una silicona que, si bien es cierto que en un primer momento parece ser bastante rígida, con el paso de los días se va ablandando y termina por resultar muy cómoda.

La correa incluida es de cierre tradicional con una hebilla fabricada en plástico y en una de las partes de la correa se puede leer el lema de realme: Dare to leap.

Toda esta presencia de plástico y silicona hace que el realme Watch 2 Pro resista muy buen la acción del agua y el polvo, algo que complementa con un certificado IP68.

Nos ha gustado la elección de un sistema estándar de pasadores de 22 mm para anclar la pulsera, de forma que se abre un amplio abanico de correas de terceros compatibles, aunque realme ofrece dos opciones en colores Negro y Gris claro.

El reloj de realme cuenta un único botón multiusos en el lateral derecho que se utiliza para apagar y encender la pantalla, finalizar la actividad deportiva en curso o ir a la pantalla anterior en los menús de la interfaz.

En la parte inferior encontramos una pareja de sensores ópticos para monitorizar el ritmo cardíaco, el SpO2 y los pines de carga. Todos ellos situados sobre una plataforma que sobresale de la caja del reloj para acercarlos más a la piel y mejorar la lectura de los registros.

La pantalla es LCD táctil de 1,75 pulgadas y una resolución de 320 x 385 píxeles que la deja con una densidad de 287 ppp quedando protegida de los arañazos por un cristal 2.5D con protección Corning Gorilla Glass 3.

La pantalla tiene un tamaño muy cómodo de usar, pero que no termina de aprovechar todo el espacio disponible en el frontal dejando unos considerables marcos asimétricos alrededor que deja una barbilla algo más pronunciada.

El reloj reacciona bien a la activación con el giro de la muñeca y el brillo de la pantalla es muy bueno y manteniéndolo entre un 40% y un 60% ha sido más que suficiente para mostrar una visión clara incluso bajo un aplastante sol de verano.

Nuestras mediciones cifran su brillo en 570 luxes a máxima potencia. No cuenta con un sensor de brillo que ajuste la intensidad de la pantalla en función de la luz externa, pero lo compensa añadiendo un atajo rápido que permite cambiar el brillo pulsando sobre el icono de brillo del panel de ajustes. Bastan un par de toques y el ajuste de brillo queda configurado.

El realme Watch 2 Pro permite instalar distintos diseños de esferas desde la app de realme instalada en el smartphone. La marca intenta disimular los marcos del reloj utilizando esferas con fondo de color negro, algo que no siempre logra. Al ser una pantalla LCD lo máximo que consigue es mostrar un gris oscuro que tampoco reduce demasiado el consumo de batería.

Sin duda estamos ante un smartwatch que, por sus características y su generosa pantalla, está pidiendo a gritos una pantalla AMOLED con la que se lograría un aumento considerable en su autonomía.

En lo que a experiencia de uso se refiere, al tener ese tamaño y formato, realme Watch 2 Pro puede mostrar más información en pantalla, por lo que pueden leerse cómodamente las notificaciones que se reciben y ampliar el contenido de los mensajes tocando sobre la notificación.

Sin embargo, tiene ciertas limitaciones. No pueden responderse las notificaciones, ni siquiera desde respuestas predefinidas como sí sucede con otros dispositivos similares. Además, si el contenido del mensaje son emoticonos, el reloj solo mostrará unos cuadrados en lugar de los emojis.

El realme Watch 2 Pro no cuenta con micrófono ni altavoz, por lo que, aunque sí puede vibrar y notificar una llamada entrante, no podrás atenderla directamente obligando a coger el smartphone. Lo que sí puede hace es rechazar la llamada.

El funcionamiento del reloj es muy fluido mostrándose reactivo ante los toques táctiles y al moverse una interfaz muy básica que permite desplegar distintos paneles con diferentes funciones.

Por ejemplo, si deslizas el dedo hacia abajo se muestra el panel de notificaciones en las que se listan los mensajes recibidos. Si todavía no has leído alguno de ellos, en la parte superior de la esfera se mostrará un LED verde indicando que hay notificaciones pendientes.

Al deslizar hacia la derecha se despliega el panel de ajustes rápidos con iconos táctiles desde el que puede ajustarse el brillo de la pantalla, activar el modo No molestar para que el mínimo movimiento mientras duermes no ilumine toda la habitación, encender la pantalla a modo de linterna o ir al menú completo de Ajustes.

Al deslizar la pantalla hacia arriba se accede al panel de aplicaciones disponibles en el reloj, mientras que si se desliza hacia la derecha se muestran distintas pantallas con los widgets de las aplicaciones principales donde se recoge información de la actividad física, sueño o del ritmo cardíaco, información meteorológica, así como al control de la música que se reproduce desde el smartphone.

No cuenta con NFC, lo cual lo inhabilita para hacer pagos desde el móvil, una función especialmente útil cuando hablamos de un smartwatch que se presenta como complemento deportivo.

GPS, buena monitorización del ejercicio y una app sin complicaciones

Uno de los puntos fuertes del realme Watch 2 Pro es que, a diferencia del Watch 2, cuenta con GPS integrado que le permite registrar las rutas de los entrenamientos sin depender del móvil.

El sistema GPS funciona de forma rápida y apenas tarda unos segundos en posicionarse y comenzar el seguimiento una vez se ha iniciado la actividad, y lo hace con un margen de error muy estrecho.

Por otro lado, el registro de actividades y constantes vitales es bastante preciso gracias a la combinación de sensor de ritmo cardíaco y de SpO2 que trabajan mano a mano para obtener una medición del sueño capaz de diferenciar las distintas fases.

La medición del ritmo cardíaco puede personalizarse para hacer que mida automáticamente las pulsaciones en distintos lapsos de tiempo, pero no puede hacerse lo mismo con el pulsioximetro que únicamente medirá la saturación de oxigeno en sangre a demanda del usuario.

El lo que se refiere al registro de actividades, lo cierto es que, pese a contar con un sistema operativo bastante básico que no permite instalar apps de terceros, hace muy buen trabajo incluyendo hasta 90 actividades deportivas distintas y permitiendo configurar un acceso directo desde el reloj a las 15 más habituales.

Entre ellas encontramos actividades propias de gimnasio, como bicicleta estática, elíptica, fitness, lumbares, etc., junto a otras de exterior o deportes de equipo como fútbol, baloncesto o tenis. En definitiva, un catálogo muy completo y variado en el que es complicado no encuentrar tu deporte.

El registro de pasos, distancias y tiempos durante los entrenamientos ha sido muy similar a lo que hemos obtenido con el Huawei Watch GT 2e –lo analizamos aquí –que usamos como dispositivo de control.

El reloj no cuenta con sistema de detección automática de actividad por lo que, si no activas manualmente la rutina de entrenamiento al iniciarlo, solo la registrará como una actividad cotidiana y no como un entrenamiento. Esta función no debería faltar en ningún reloj con aspiraciones de monitorización deportiva.

registra correctamente las pausas, aunque no detiene el registro. Únicamente se limita a vibrar indicando que debes continuar con el entrenamiento o finalizarlo.

Nos ha gustado que puedan utilizarse otras funciones mientras se registran los entrenamientos, aunque queda limitado al control de la música que se reproduce desde el smartphone ya que el realme Watch 2 Pro no cuenta con memoria interna.

Todo el control y configuración del reloj inteligente recae sobre la app realme Link, que funciona en iOS y Android que se sincroniza con el smartwatch y se encarga de la representación gráfica de los datos registrados en los entrenamientos y, bueno, en el día a día en general.

En la app encontramos distintas secciones en las que se ofrecen gráficas e información sobre el ritmo cardíaco, la saturación de oxigeno en sangre, los datos del sueño o un informe de actividades, pero esta información no se desglosa más allá de crear un histórico con los resultados, ni alcanza la profundidad que encontramos en las aplicaciones de otros fabricantes como Fitbit, Huawei o Samsung.

Además, estos datos solo se sincronizan cuando se abre la aplicación y no en segundo plano, por lo que al abrirla tendremos que esperar unos segundos hasta que se complete la transferencia de datos para empezar a usarla.

Esta necesidad de sincronización “manual” también juega en contra de la usabilidad del smartwatch. Si no se hace al menos una vez al día, el reloj dejará de mostrar la información meteorológica, por poner un ejemplo.

Desde realme Link se pueden personalizar las esferas del reloj, configurar las notificaciones y habilitar los avisos para que, por ejemplo, el reloj te avise cada hora y media que debes beber agua o moverte.

En resumen, es una app que permite llevar un control básico para iniciar un ritmo de vida activa y saludable, pero no ofrece la suficiente profundidad de datos y registros para quienes aspiran a llevar sus entrenamientos a otro nivel de intensidad.

7 días de uso real sin renunciar a nada

La autonomía es un factor fundamental para cualquier wearable y cobra especial relevancia en un reloj deportivo inteligente. A nadie le gusta que el reloj te deje colgado en plena actividad deportiva.

En este caso, el realme Watch 2 Pro cuenta con una batería integrada de 390 mAh que, según realme, dan para 14 días de uso.

En nuestro caso, con un brillo de pantalla de entre el 40 y el 60%, notificaciones de correo, llamadas y varias apps de mensajería activadas, recordatorios de hidratación activados y unas 4 sesiones deportivas con GPS a la semana, hemos conseguido 7 días y medio de uso.

Sobra decir que, reduciendo la cantidad de notificaciones, las actividades deportivas semanales o ajustando el brillo de la pantalla al mínimo, no costaría llegar a esos 14 días prometidos, pero sacrificando gran parte de la operativa del reloj.

El realme Watch 2 Pro utiliza un cargador magnético USB para recuperar su carga. Con solo 29 minutos se alcanza el 50% de su carga, suficiente para funcionar durante varios días. A medida que se acerca al 100% de su capacidad se va ralentizando la carga hasta los 116 minutos que tardará en completar el proceso.

Una opción asequible para quienes quieren iniciarse, pero se queda corta en conectividad

Llegamos al final de este análisis del realme Watch 2 Pro con la sensación de que a realme se le han quedado demasiadas cosas en el tintero como para destacar por encima de sus contrincantes directos.

Sí, el Watch 2 Pro nos deja una pantalla de mayor tamaño e incorpora GPS, pero lo hace con una pantalla LCD y sin incluir funciones básicas en un reloj deportivo inteligente como el brillo automático, el reconocimiento automático de actividades o el NFC.

Estas carencias lo sitúan más al nivel de una pulsera de cuantificación con pantalla grande, que a la altura de un smartwatch deportivo. 

Su precio tampoco ayuda a situarlo en una posición destacada en un segmento en el que la competencia es cada vez más feroz y los precios más competitivos. 


Reloj inteligente con GPS integrado, medición de oxígeno en sangre SpO2 y hasta 90 modos deportivos. Tiene una pantalla de 1,75 pulgadas, cuenta con protección contra el agua IP68 y ofrece autonomía de hasta 90 días.

Los 74, 99 euros que cuesta el realme Watch 2 Pro lo dejan en tierra de nadie. Demasiado caro para una pulsera con estas prestaciones y demasiado básico para un smartwatch de este precio.

Poniéndolo en un contexto de mercado, encontramos la Huawei Watch Fit–análisis– , con mejores materiales y diseño, registros más precisos y un software más pulido por 79 euros, mientras que el reloj inteligente Amazfit GTS 2, con prestaciones más avanzadas que incluyen la respuesta de llamadas entre otras, puede comprarse por 74,99 euros.

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