Loren Krytzer no había tenido suerte en la vida, hasta que la manta de su gato le hizo millonario. Y entonces empezó la pesadilla…
Conocemos muchos casos de cómo el dinero puede arruinarte la vida, pero el ejemplo de Loren Krytzer es más común de lo que parece: personas que se hacen ricas de la noche a la mañana, y no saben gestionar ese dinero, hasta el punto de vivir peor que cuando eran pobres.
Tal como nos cuenta nuestro compañero Carlos Ferrer-Bonsoms en Business Insider, Loren Krytzer es una de esas personas a la que la vida no le había sonreido.
Perdió una pierna en un accidente de coche, y en los últimos años había sobrevivido viviendo con su mujer en una choza, con una paga por discapacidad de 200 dólares al mes, apenas 170 euros mensuales.
Pero todo cambió cuando estaba viendo un programa de subastas en la tele, y descubrió que habían pagado una millonada por una manta india muy similar a la que había heredado de su abuela, y que estaba usando su gato.
La manta de su abuela era en realidad una reliquia de los indios navajos tejida en el siglo XIX, muy cotizadas entre los coleccionistas. Loren Krytzer pudo venderla por 1,5 millones de dólares.
De la noche a la mañana, se había convertido en millonario. Y aquí empezaron los problemas.
El primer gran error de Loren Krytzer fue gastarse la mayor parte de ese dinero, en lugar de invertirlo o guardarlo.
No se le puede culpar por ello: era pobre, y sus compras eran para cubrir necesidades básicas. Pero no debería haber pagado al contado. Se compró una casa de 250.000 dólares, un coche, y les dió algo de dinero a sus hijos.
Fue entonces cuando el desafortunado Loren descubrió uno de los efectos secundarios de ser rico: tienes que pagar impuestos, y los seguros de la casa y el coche, entre otros. Además al ganar tanto dinero, dejó de recibir la ayuda por discapacidad.
Y para colmo, la familia: sus hijos se enfadaron con él porque decían que tenía mucho dinero, y no se lo quería dar.
Aparecieron familiares que hacía años con los que no hablaba: «Tenía gente que me llamaba y me molestaba«, explica Krytzer. «Gente que no has visto en años, miembros de la familia que no te hablan … Obtienes algo de dinero y ellos dicen, ‘¿Dónde está mi parte?'»
Esto le generó una situación de estrés, agravada por el hecho de que no tenía trabajo y el dinero se le estaba acabando.
Pese a todo Krytzer reconoce que no añora su vida anterior. Ser millonario te puede causar muchos problemas, pero aún peor es vivir con 170 euros al mes…