Mediante estas representaciones digitales imagina GM Design cómo podrían ser los volantes de los coches del futuro. Y resultado es realmente impresionante.
El volante es uno de los componentes que menos ha cambiado con el paso de las décadas. Si bien el concepto ha evolucionado para integrar nuevas funciones, lo cierto es que sigue siendo un aro redondo (a veces achatado por su parte inferior) que permite controlar la dirección del volante.
Sin embargo, a través de estas representaciones digitales imagina GM Design cómo podrían ser los volantes de los coches del futuro.
General Motors Design ha compartido en su página de Instagram un concepto de volante futurista que, si bien no está destinado a llegar a un modelo de producción, parece una propuesta bastante interesante para el futuro en el que los coches autónomos sean la norma.
El presenta una forma rectangular que integra una gran pantalla táctil en el centro, lo que lo hace parecer más un dispositivo electrónico que un volante tradicional.
Así imagina GM Design cómo podrían ser los volantes del futuro
Los extremos laterales están forrados en cuero con costuras blancas, acompañadas de luces LED que podrían funcionar como señales de intermitente. Alrededor de la pantalla, los controles táctiles para Menú, Home, Drive/Reverse y freno de estacionamiento eléctrico están acompañados de un interruptor táctil similar a un joystick que podría funcionar como un acelerador.
Cuando el coche está en modo totalmente autónomo, la pantalla muestra datos de los sensores, gráficos y el sistema de infoentretenimiento.
Una vez el conductor toma el mando, la pantalla muestra una transmisión en vivo de las imágenes captadas por una cámara frontal con tecnología de realidad aumentada. Esto significa que el conductor podría centrarse en el volante y olvidarse de mirar a través del parabrisas, mientras los sistemas de asistencia a la conducción lo respaldarían ante cualquier error.
Por supuesto, esto es tan solo una idea de cómo podrían ser los volantes de los coches del futuro. Para hacer realidad un concepto tan innovador serían necesarios años de pruebas y evaluaciones antes de que el volante recibiera el visto bueno, además de que tendría que cumplir con las estrictas normas de seguridad y ser lo suficientemente fácil de usar para cualquier usuario.
Este artículo fue publicado en Autobild por Aarón Pérez.