Las empresas formales de GLP advierten que el retorno de este combustible envasado al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) podría generar un mercado negro.
Según Rafael Palacios, gerente general de Anta Gas, el problema es que este fondo de estabilización divide a un mismo productos en dos: el GLP envasado (balón de gas) y el GLP a granel.
“Va a existir una mafia del GLP. Si el envasado está barato, van a comprarlo y comercializarlo como si fuera a granel”, señala.
Por otra parte, la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL) indica que para que se registre una reducción exacta en el precio del balón de gas para los usuarios, el Estado tendrá que combatir la informalidad en la venta del GLP.
“Combatir la informalidad en la comercialización con una fiscalización efectiva a fin que la reducción de precio no se quede en la cadena informal y se traslade la rebaja de manera total a los consumidores”, sostienen.
El presidente de la SPGL, Samuel Vásquez, indicó otro problema: En el país se viene presentando un incremento del contrabando del GLP en regiones como Puno, donde ingresa el gas de Bolivia, y en Tumbes que comercializa gas de Ecuador.
“En Tumbes, a las empresas que hacen el esfuerzo de llevar el GLP hasta allá, se les ha caído más de 50% las ventas a raíz del contrabando”, dijo a un medio local.
El representante del gremio advirtió que esta comercialización ilegal podría generar accidentes, pues el envasado es diferente.