Nuevas investigaciones creen que el azúcar sería la solución para mejorar las baterías actuales de litio de cara a finales de década, lo que conseguiría traer autonomías de coche de combustión al mundo eléctrico.
El gran escollo que tienen los eléctricos a la hora de convencer a los potenciales compradores es siempre el mismo: la autonomía.
Pese a las grandes ventajas que representan los EV (como se les conoce internacionalmente) de cara a ser utilizados en ciudades y pequeñas localidades, la realidad de aquellos que hacen viajes largos hace casi imposible que una gran mayoría se incline hacia los modelos eléctricos.
En el mejor de los casos, un coche eléctrico llega a recorrer entre 500 y 600 km, y esta distancia se consigue en condiciones ideales, por lo que ante imprevistos el número real de kilómetros recorridos baja. Haciendo imposible hacer un Madrid – Barcelona, por ejemplo, con tranquilidad.
Por este motivo, los ingenieros de baterías llevan años buscando la fórmula perfecta que consiga aumentar de forma significativa la autonomía de las baterías de litio (las más comunes actualmente) sin aumentar el coste de producción.
Y parece que lo han encontrado. Investigadores de la Universidad de Monash (Melbourne, Australia) aseguran haber encontrado el elemento clave que permitirá a funcionar a la tecnología que está llamada a sustituir a las baterías de iones de litio.
La idea, desde hace un tiempo, era conseguir que las baterías de litio-azufre (Li-S) sustituyeran a la actuales de iones de litio, debido a que estas tienen una mayor durabilidad, son más económicas, tienen una mayor velocidad de carga y son más respetuosas con el medioambiente.
Y, en teoría, las baterías Li-S pueden almacenar hasta 5 veces más energía que las baterías de iones de litio.
El problema de estas baterías era su inestabilidad química, ya que una vez comenzaban a funcionar las reacciones químicas que se producían dentro de la batería la acaban destruyendo rápidamente.
Y el descubrimiento viene en este sentido, debido a que los investigadores de la Universidad de Monash aseguran haber descubierto el elemento química que dará estabilidad a las baterías de litio-azufre. Y ese elemento lo tenemos todos en casa: el azúcar.
Según sus pruebas, usar un aditivo a base de glucosa en el electrodo positivo les ha permitido estabilizar la fórmula y, por tanto, la propia tecnología.
Majumder, el investigador principal de la universidad, da por seguro que con la tecnología de estas baterías, un autobús o un camión podrá viajar entre Melbourne y Sídney (casi 900 km) sin tener que hacer altos en el camino para recargar la batería, como sucede actualmente.