El problema más acuciante de los vehículos eléctricos sigue siendo la batería, ya sea porque no son lo suficientemente grandes, no albergan la energía necesaria o se degradan rápido. Esta variante promete solucionar casi todos estos fallos.
Por mucho que los coches eléctricos cada día merezcan más la pena, el momento en que se conviertan en el coche más vendido en España aún está lejos, por mucho que sus precios lleven bajando desde hace cinco años.
Los inconvenientes que rodean al vehículo eléctrico son variados, pese a su perfeccionamiento y mejora constante. Y es que el problema angular sobre el que giran las dudas sigue ahí: las baterías actuales.
Por eso, es en este campo donde investigadores de todo el mundo se devanan los sesos, ya que quien resuelva el problema conseguirá revolucionar el mundo eléctrico. Y en este sentido hay novedades muy interesantes.
Ingenieros de la Universidad de California en San Diego han querido probar dos planteamientos en uno para comprobar si así solucionan el problema. La primera idea era usar electrolitos de estado sólido en lugar de líquidos. Y la segunda añadir silicio al componente anódico para aumentar la densidad energética.
Pues bien, parece ser que les ha salido bien el experimento porque tras conseguir crear un prototipo con estas características han comprobado que su batería es segura, duradera y tiene el potencial de almacenar grandes cantidades de energía.
La idea es incorporar o sustituir por completo el grafito utilizado como ánodo por silicio, para poder almacenar hasta 10 veces más iones de litio, es un planteamiento que lleva una década entre nosotros.
El problema era que el silicio hace que el electrolito líquido se degrade rápidamente y la batería falle enseguida. La revolución llega ahora ya que los ingenieros de San Diego creen que la solución puede estar en utilizar un electrolito de estado sólido en su lugar.
Este nuevo enfoque implica hacer algunos ajustes en la forma de ensamblar el ánodo de silicio: los científicos eliminaron el carbono y los aglutinantes que se utilizan normalmente y optaron por una forma más barata de microsilicio que se somete a menos procesamiento.
A continuación, se introdujo un electrolito sólido a base de sulfuro para transportar la carga, y la batería resultante resultó extremadamente estable, al evitar las interacciones perjudiciales en el ánodo.
La nueva batería de estado sólido de silicona es segura, duradera y de gran densidad energética, afirman. Y, además, una batería completa a escala de laboratorio demostró ser capaz de realizar 500 ciclos de carga y descarga conservando el 80% de su capacidad.
Es posible que estemos ante los primeros pasos de una nueva tecnología de almacenamiento que elimine, por fin, los grandes problemas actuales de las baterías.