Te enumeramos las cinco principales virtudes y dos defectos de las versiones híbridas enchufables del BMW Serie 3 para que descubras si es el coche que necesitas.
La electrificación es un hecho. Todos los fabricantes están obligados a ir electrificando sus respectivas gamas para poder cumplir con la normativa europea de gases contaminantes. Los híbridos enchufables son un paso intermedio antes de acceder a un vehículo eléctrico puro.
Por eso, te contamos 5 virtudes y 2 defectos del BMW Serie 3 híbrido enchufable, con la intención de que tengas claro si se adapta a tus necesidades.
Antes de pasar a enumerar el listado de virtudes y defectos del BMW Serie 3 híbrido enchufable hay que aclarar que existen dos versiones a la venta:
- 320e, que toma como base un motor de gasolina 2.0 con 163 CV de potencia, asociado a un propulsor eléctrico que, en combinación, le permiten disponer de una potencia de 204 CV y un par motor máximo de 350 Nm.
- 330e, que también se basa en un 2,0 litros gasolina, pero en este caso con 184 CV que, unido al mismo propulsor eléctrico de 83 kW (113 Cv) de su hermano pequeño, alcanza una potencia conjunta de 292 CV y 42 Nm de par.
En ambos casos se puede elegir entre carrocería familiar (Touring) y berlina.
Y ahora sí, comenzamos con las virtudes y defectos del BMW Serie 3 híbrido enchufable.
Gasto 0 en el día a día en ciudad
Indudablemente, si te compras un coche híbrido enchufable no es por presumir de ecologismo (o no debería ser el principal factor de compra), sino porque de verdad va a ayudarte a mejorar la eficiencia.
En este caso, la gran ventaja del BMW Serie 3 híbrido enchufable es que te permite un gasto nulo en el día a día en ciudad, ya que ofrece una autonomía 100% eléctrica de hasta 61 km, según datos oficiales con homologación WLTP.
Así, si vives en un entorno urbano o cerca de él y haces unos 20-25 km para moverte a diario, no te costará recuperar los 5.300 euros que hay de diferencia con el 320i.
Consumo real bajo
Una vez agotada, si te has puesto en camino, el gasto de combustible también es bastante razonable. Eso es algo habitual en BMW, cuyos coches pueden presumir de un consumo siempre contenido en comparación con la competencia, tanto en los motores gasolina, como en los diésel.
En este caso, dependiendo de si apuestas por el 320e o por el 330e, el gasto medio puede rondar los 7-7,5 litros. Sí, el fabricante declara 1,3 l/100 km, pero eso es en un banco de rodillos, no en la carretera y durante los 100 primeros kilómetros, en los que 60 se han recorrido con el motor eléctrico y el de combustión totalmente apagado.
La batería se carga rápido
La gran ventaja de los híbridos enchufables respecto a los coches 100% eléctricos es que su batería es de menor tamaño. En este caso tiene 12 kWh de capacidad y, por tanto, se carga en menos tiempo. Según la marca de la hélice tarda solo 3,6 horas en un enchufe de 3,7 kW de potencia.
No obstante, es posible cargarla en un enchufe doméstico convencional durante la noche y aprovechar así al máximo la tarifa reducida de la luz.
Buen dinamismo
Que apuestes por un coche eficiente no quiere decir que renuncies a un comportamiento dinámico en condiciones. BMW siempre ha presumido de que sus coches son los ideales si «te gusta conducir» y este Serie 3 híbrido enchufable no es una excepción.
Su sistema Driving Experience Control (modos Sport, Hybrid, Electric, Sport con XtraBoost, Adaptive) te permite adaptar su respuesta a tu gusto y su dirección asistida eléctrica te ayuda a guiarlo por donde tú quieres. Y si quieres un punto extra de picante también puedes equiparlo opcionalmente con dirección deportiva variable.
Mejores prestaciones
Cuando lo conduces, enseguida te das cuenta de que tiene un empuje sensacional y basta con echar un vistazo a la ficha técnica y compararlo con las versiones equivalentes de gasolina para ver de qué te hablo.
El BMW 320e declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y el 330e la rebaja a 5,8 segundos; mientras que el 320i tarda 7,1 y el 330i 5,8 segundos. Mucho más eficiente y tan rápido como sus equivalentes de combustión.
Defecto 1: pierde capacidad de maletero
La batería va montada bajo los asientos traseros, pero el depósito de combustible va colocado sobre el eje posterior, así que la capacidad del maletero se ve modificada respecto a la de un Serie 3 normal.
Ofrece 375 litros, mientras que las versiones no electrificadas cuentan con 480 litros. No obstante, teniendo en cuenta que los respaldos posteriores se pueden abatir 40:20:40, la practicidad de la zona de carga es muy amplia.
Defecto 2: añade peso extra
Como es lógico, aunque el paquete de baterías no es tan grande como en un coche eléctrico puro, sí que suma algo de peso extra y eso es un hándicap en lo relativo al dinamismo, porque se generan más inercias (aunque también es cierto que al ir situadas en la parte baja reducen el centro de gravedad y aportan más estabilidad) y también es algo que afecta al consumo.
El 320e pesa 1.840 kilos y el 330 e 1.845 kilos. Para tener una referencia, basta con comprobar que el 320i está tarado en 1.535 kg.
Este artículo fue publicado en Autobild por Enrique Trillo.