El verano ya quedó atrás, y con el otoño llegan las lluvias y las carreteras mojadas. Hay que tener mucho cuidado con el temido aquaplaning.
El aquaplaning, acuaplaning, acuaplanin, y otras variantes para lo que en español es acuaplaneo o hidroplaneo, ocurre cuando el coche circula por una carretera con mucho agua.
Los surcos de las ruedas no pueden expulsar el líquido que entra con la suficiente velocidad, y pierden agarre. ¿El resultado? El coche se desliza por la carretera como si estuviese patinando sobre una pista de hielo.
Es una situación muy peligrosa porque se pierde el control del vehículo, ya que no frena o gira, y los accidentes son frecuentes. Por suerte la DGT nos explica dos sencillos pasos para evitar el aquaplaning, en una noticia que nos llega vía Auto Bild.
El #acuaplaning 💦 🚗se produce cuando hay agua en la calzada y el neumático pierde agarre y se desliza.
Para evitarlo👇
▶️ Revisa tus neumáticos, a más desgaste o falta de presión, más riesgo.
▶️ Reduce la velocidad.Si se produce, sigue estos consejos 👇 pic.twitter.com/NtJB9wB6ML
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) September 14, 2021
Ya hemos visto cómo el aquaplaning se produce cuando las ruedas no pueden evacuar el agua que entra en los surcos.
Por tanto para prevenirlo, las ruedas debes estar en buen estado. Si están muy desgastadas o tienen poca presión, aumenta el riesgo de deslizamiento, y con ello los accidentes.
Para reducir la probabilidad de que aparezca este peligroso fenómeno, hay que bajar la velocidad cuando se circula por una carretera con mucha agua.
¿Y si se produce el fatídico aquaplaning? Es esencial no ponerse nervioso ni dejarse llevar por el pánico.
Lo peor que puedes hacer es frenar a fondo o dar volantazos. Esos solo aumentará el aquaplaning.
Tal como explica la DGT en su tuit, hay que sujetar el volante con fuerza, para que el coche gire lo menos posible.
Quitar el pie del acelerador e ir frenando poco a poco, suavemente.
Cuando notemos que las ruedas vuelven a tener agarre, corregir la dirección suavemente, hasta recuperar el control.
Son consejos sencillos de poner en práctica, pero hay que mantener la sangre fría para no hacer lo que nos dice la intuición, que es frenar a fondo o girar rápido para evitar choques. Eso solo empeorará las cosas.