El jengibre es conocido por sus multiples propiedades beneficiosas para el organismo. Te mostramos una forma muy sencilla de tomarlo.
Desde hace miles de años, se considera al jengibre una raíz milagrosa. Pero es picante, y no se puede comer cruda. Si te cuesta beber agua sola, el agua de jengibre es muy fácil de preparar, y tiene múltiples beneficios para el organismo.
Aunque se puede encontrar también en polvo o seca, para preparar agua de jengibre es recomendable comprar la raíz fresca. Se puede encontrar fácilmente en cualquier supermercado o frutería.
El jengibre contiene vitaminas B1, B2, B3, B5 y B6, C y E, antioxidantes y minerales como calcio, magnesio, fósforo, hierro, sodio o zinc.
Se utiliza para tratar trastornos digestivos como malestar estomacal, vómitos y estreñimiento, refuerzo de las defensas, y también como remedio para el resfriado y la tos.
Otra opción es tomarlo en forma de té de jengibre con limón, pero esta bebida suele tomarse caliente, mientras que el agua puedes beberla a temperatura ambiente, o fría con hielo.
Receta del agua de jengibre
Es muy fácil de preparar, y puedes beber el agua de jengibre durante 24 horas, no hace falta tomarla inmediatamente, como un té.
Esta es la lista de ingredientes:
- 1 trozo de de raíz de jengibre fresco
- 2 tazas de agua
- 1 limón grande (opcional)
- 1 poco de cúrcuma molida, pimienta negra fresca y pimienta de cayena (opcional)
- Azúcar (opcional).
Como vemos, la mayoría de los ingredientes son opcionales. Esto es porque el agua de jengibre tiene un sabor picante. Hay gente que le gusta así, pero la mayoría prefiere suavizarlo con el limón o el azúcar.
La cúrcuma y pimienta (siempre van unidas) añaden aún más beneficios para la salud.
Para prepararla, simplemente pela y enjuaga la raíz. Córtala en rodajas.
Pon agua a cocer, y cuando esté cociendo, añade el jengibre y la cúrcuma y pimienta, si las usas. Deja el jengibre unos 8 o 10 minutos.
El limón o el azúcar se añade cuando ya esté el agua en el vaso. Consumir en 24 horas.
También se puede preparar como ración individual: pon una o dos rodajas de jengibre en una taza, y añade agua hirviendo. Deja reposar 8 o 10 minutos, quita las rodajas, y añade limón o azúcar.
Se puede tomar caliente, pero también fría, y con hielo.