Sobrevolar la superficie de Marte no es tan sencillo como puede parecer desde la Tierra, donde ya lo tenemos dominado. Las condiciones del planeta requieren opciones más creativas.
La NASA nos ha dejado fascinados una vez más con el espectacular aterrizaje del Perseverance en Marte. El rover ya rueda por la superficie polvorienta del planeta rojo en busca de pruebas para su misión. Mientras, los ingenieros de la Tierra persiguen un nuevo reto, sobrevolar en la atmósfera marciana.
Hay otro protagonista que acompaña a Perseverance en este viaje, pero que aún no ha acaparado todas las miradas como se merece, es Ingenuity, el primer helicóptero que volará en Marte. La dificultad radica en que la atmósfera del planeta vecino es 100 veces más delgada que la nuestra, no hay suficiente soporte en el aire de Marte para que la mayoría de los aviones se eleven, y mucho menos permanezcan allí.
Mientras se espera ver en directo la proeza de Ingenuity con su diseño de helicóptero, un grupo de ingenieros de la Universidad de Pensilvania proponen un enfoque diferente. Quieren utilizar una técnica de levitación impulsada por luz.
Por ahora, las pruebas se centran en la mesosfera de la Tierra, que se asemeja bastante a la atmósfera de Marte, por lo que en el futuro podría aplicarse allí. «Los aviones modernos no pueden volar durante un período prolongado de tiempo por encima de 30 0 50 km porque la densidad del aire en estas altitudes (en la Tierra) es demasiado baja para generar sustentación para aviones y globos» explican en su artículo.
Este equipo ha creado unos discos voladores ultradelgados con láminas de mylar. «Al recubrir la película de mylar más delgada disponible comercialmente con nanotubos de carbono (CNT) en un solo lado, aumentamos el coeficiente de acomodación térmica en la parte inferior y generamos una fuerza fotoforética que levitaba discos planos con diámetros de escala de centímetros» indican.
La escala centimétrica a la que están trabajando actualmente no permite construir aviones para transportar personas por la superficie del planeta. Tiempo al tiempo, de momento podrían fabricaste pequeños planeadores que incluyeran un chip, un sensor o un nanobot.
No es el primer proyecto de este tipo, el año pasado presentaban un informe sobre unos robots de nano cartón que también podían levitar. Los microcanales del robot formaban un gradiente de temperatura que empuja el aire a través de las placas y facilita la elevación del robot. Será cuestión de tiempo ver cuál es la técnica ganadora para poder imaginarnos los aviones futuristas que nos transporten por el planeta.