¿Estás seguro de que cada vez que tocas un botón sirve para algo? Parece que no siempre es así y vamos a explicarte en qué momentos los botones son simples placebos.
Existen muchos rumores sobre este tema: ¿seguro que cuando tocas un botón sirve para algo? ¿Es posible que ese botón no esté conectado a ningún elemento? Parece que en ocasiones ocurre algo así y aprietas botones con impaciencia sin que se acelere el proceso o provoque un cambio, su única función es la de lograr un cierto desahogo.
Cerrar la puerta del ascensor con mayor rapidez, que se ponga en verde el semáforo, la apertura del vagón del tren… Los botones situados en espacios públicos, que ahora es mejor pulsarlos con el codo, no siempre son tan útiles como se piensa y vamos a ver 4 ejemplos de algunos que, lo sentimos, no sirven para nada.
Estos han sido recopilados por MSN y sirven para comprobar esos botones inútiles que nos rodean. Puede que con alguno te sientas estafado.
Cierre de puertas del ascensor
Según MSN, la mayoría de botones de cierre del ascensor no sirven para nada ni adelantan el proceso. Si le das deprisa para subir cuanto antes o para que no entre ese vecino al que no soportas… sigue intentándolo, pero tal vez sea en vano.
Botón del semáforo
En TICbeat ya contaron la mentira de los botones de los semáforos y cómo en algunas ciudades no tienen apenas utilidad. Uno de los ejemplos es Nueva York, donde solo «solo funcionan 1 de cada 10 botones«. En ocasiones su única utilidad es que se encienda una luz de espera, aunque eso nos signifique que se vaya a reducir este tiempo de espera.
Termostato de la oficina
En grandes empresas suelen optar por dejar los mandos de control del termostato al alcance de los empleados… pero sin que sean realmente útiles. Estos son desactivados desde centralita y únicamente puede controlar la temperatura la persona encargada de la función. Si tienes uno cerca, ¿has probado si realmente funciona? ¿Has visto a alguien manejarlo alguna vez?
Apertura de la puerta del metro
Estos botones se activan en función de lo que el conductor del metro decida. Si eres de esas personas impacientes que están pulsándolo desde antes de que el metro frene del todo, tal vez lo estés haciendo en vano. En Madrid o Londres se pueden ver ejemplos de estas circunstancias, donde cada conductor elige en función del momento o la cantidad de pasajeros si dejar esta función en los botones o hacerlo ellos.