Dormir un rato después de la comida puede ayudarte a afrontar con más energía el resto de la jornada, pero cuidado con los excesos: según un estudio, las siestas de más de una hora pueden ser perjudiciales para la salud.
Dormir un rato después de comer o a media tarde ha dejado de ser una costumbre típicamente española, y a día de hoy es una práctica cada vez más extendida en los países de todo el mundo. La ciencia avala los beneficios de dormir la siesta para nuestro organismo, como mejorar el funcionamiento cognitivo, la memora a corto plazo, los tiempos de reacción y el estado de ánimo.
Pero, para disfrutar de estos beneficios, es importante dormir el tiempo justo y no excederse, ya que de lo contrario nuestro cuerpo puede experimentar efectos negativos. De acuerdo con estudios científicos recientes, su duración óptima oscila entre los 15 y los 30 minutos. A pesar de que el cansancio nos venza y podamos sentirnos tentados a seguir durmiendo, lo mejor es no superar los 60 minutos, puesto que puede ser perjudicial para la salud.
Así se desprende de una nueva investigación que ha llevado a cabo la Universidad Médica de Guangzhou (China), presentada en el Congreso 2020 de la Sociedad Europea de Cardiología. Y es que, según explica el Dr. Zhe Pan, autor principal del estudio, dormir siestas largas de manera regular puede tener graves consecuencias.
Los investigadores se propusieron evaluar la relación existente entre las siestas y las enfermedades cardiovasculares o el riesgo de muerte. Para ello, los científicos analizaron los datos de más de 300.000 participantes en más de 20 estudios diferentes, de los que un 39% dormía la siesta.
Los resultados del análisis revelaron que las siestas de más de una hora de duración están asociadas con un 40% más de riesgo de muerte por cualquier causa, así como un 34% más de probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. Los expertos desconocen cuáles son las causas que producen estos efectos negativos, aunque se cree que las siestas prolongadas favorecen la inflamación, lo que pone en peligro el corazón y la salud en general.
En cambio, las siestas cortas de menos de 60 minutos no solo no suponen ningún riesgo, sino que además tienen beneficios, como ya han confirmado otros estudios. «Los resultados sugieren que las siestas más cortas (especialmente las de menos de 30 a 45 minutos) podrían mejorar la salud del corazón en las personas que duermen lo suficiente por la noche», explica el Dr. Zhe Pan.