Microsoft te permite descargar Windows 10 gratis pero, ¿es legal utilizarlo sin licencia? ¿Podría ocasionarte problemas? Resolvemos estas dudas.
Si visitamos la página web oficial de Microsoft podemos comprobar que la licencia para utilizar cualquiera de las diferentes versiones del sistema operativo tiene un coste, que va desde los 145 euros de Windows 10 Home Edition hasta los 439 euros de Windows 10 Pro para Workstations.
No obstante, a pesar de esto cualquier persona puedes descargar Windows 10 gratis e instalarlo sin llegar a introducir una clave de licencia válida, ya que es posible saltar este paso durante la instalación. En este caso se considera que el usuario está utilizando Windows 10 sin activar, y son muchas las personas que se preguntan si esto es legal o si, por el contrario, podría ocasionar problemas.
Los términos de uso de Windows 10 establecen que el sistema operativo solo se puede utilizar en caso de tener una licencia. «Se le autoriza a utilizar este software solo si dispone de la licencia correspondiente y el software se ha activado correctamente con una clave de producto original o mediante un método autorizado», explica Microsoft.
Pero, a pesar de encontrar esta afirmación en los términos de uso, a diferencia de las versiones anteriores Windows 10 permite omitir el paso de la activación y ser utilizado de manera permanente sin introducir la clave de licencia. Versiones anteriores del sistema operativo solo permitían el uso sin activar durante un plazo determinado de tiempo, por ejemplo 30 días en el caso de Windows XP.
En el caso de Windows 10, Microsoft ha adoptado una política mucho más permisiva y los usuarios lo pueden usar sin activar de forma indefinida. Eso sí, tiene algunas funciones limitadas y encontramos algunas desventajas respecto a los usuarios que sí tienen una licencia.
Por un lado, se muestra un aviso que informa de que Windows no está activado en la parte inferior derecha del escritorio, en la barra de configuración y en el apartado de configuración del panel de control.
En segundo lugar, hay limitaciones a la hora de personalizar el sistema operativo. Los usuarios que no tienen una cuenta activada no pueden cambiar los colores, la barra de tareas ni el fondo de escritorio o la pantalla de bloqueo. Asimismo, tampoco pueden aplicar temas personalizados, instalar nuevas fuentes o utilizar los servicios de sincronización de Microsoft.