Un competidor desconocido en la carrera por ser el navegador más rápido ha tomado la delantera adelantando a Chrome. Pero lo más seguro es que no os suene de nada.
En la actualidad elegir un navegador no es una tarea complicada, todos funcionan casi de la misma manera y su rendimiento es parejo a muchos niveles. Lo que marca la diferencia es la velocidad en las búsquedas y aunque Google Chrome se vanaglorie de ser el más rápido, hace mucho que ha dejado de serlo.
El título del más veloz lo ostenta Flow, aunque lo más seguro es que no hayas oído hablar de él. A diferencia del Chrome, Edge, Firefox y Vivaldi; Flow no está basado en Chromium y, por lo tanto, su desarrollo se ha centrado en conseguir que sea capaz de aprovechar al máximo el poder de procesamiento de las graficas y procesadores de los dispositivos en los que se instale.
Y, es que, la clave está en la potencia de los equipos pues Flow en realidad no está destinado a competir de tú a tú con navegadores como Chrome, Edge, Firefox o Vivaldi en equipos como ordenadores de escritorio o teléfonos móviles. Este navegador se ha diseñado para funcionar en dispositivos más modestos como la Raspberry Pi.
En un equipo como la Raspberry Pi el contar con un navegador que sea capaz de exprimir todo el potencial del procesador y de la GPU es algo vital. Pero también entra el juego la optimización y el desarrollo específico. Los navegadores tradicionales están pensados para equipos como ordenadores de escritorio, móviles con Android o iOS y poco más.
Pero Flow se ha desarrollado con la Raspberry Pi en mente desde el primer momento y esto marca la diferencia en la funcionalidad general. Eso sí, también cuentan con una versión para ordenadores y que los usuarios pueden instalar completamente gratis en sus equipos. Esta versión está destina a mostrar el potencial de Flow en los diferentes equipos.
En resumidas cuentas, Flow es un navegador mucho más veloz que Chrome o Firefox; pero su desarrollo está centrado en ser un buscador rápido que funcione en equipos más modestos como la Raspberry Pi. Los desarrolladores tienen fe en que dentro de poco puedan adaptarlo y hacer que funcione en dispositivos inteligentes como los Amazon Echo.