Brasil confirmó otras 566 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, con lo que el total de decesos causados por la pandemia llega a 155 403, en medio de polémicas por la obligatoriedad y el tipo de vacunas que se aplicarán en el país.
Según el boletín de situación difundido este miércoles por el Ministerio de Salud, también en las últimas 24 horas el número de contagios ascendió a 5 298 772, con 24 818 casos nuevos confirmados.
Asimismo, existen todavía 386 880 pacientes bajo observación y otras 4 756 489 personas se han recuperado desde el pasado febrero, cuando fue detectado el primer caso de coronavirus en el país, hoy uno de los tres más afectados en el mundo por la pandemia, junto con Estados Unidos e India.
La incidencia de la enfermedad en Brasil se ha reducido en las últimas semanas, pero aún así el promedio de muertes y casos diarios se mantiene en niveles considerados muy elevados por especialistas, que han pedido a las autoridades que no sean relajadas las medidas de prevención, casi limitadas hoy al uso de mascarillas.
También durante la última semana, se ha desatado una polémica política por el anuncio del presidente Jair Bolsonaro, uno de los líderes más negacionistas del mundo, de que cuando exista una vacuna contra la COVID-19 su aplicación no será obligatoria en el país.
Bolsonaro niega adquisición de vacuna china
Esa posición llevó al Partido Democrático Laborista a pedir un pronunciamiento de la Corte Suprema, que ya había determinado en abril pasado que todas las medidas de salud pública relacionadas con la pandemia son responsabilidad, en sus respectivas regiones y por imperativos constitucionales, de los gobernadores y los alcaldes.
El Supremo aún no se ha pronunciado, pero Bolsonaro provocó otra polémica este miércoles, al desautorizar a su ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, quien la víspera anunció que el Gobierno pretendía adquirir 46 millones de dosis de la vacuna que desarrolla el laboratorio chino Sinovac junto con el estado de Sao Paulo.
Según Bolsonaro, el Gobierno no adquirirá la «vacuna china», de la que el estado de Sao Paulo ha comprado por adelantado 42 millones de dosis, pues todavía no se ha comprobado su eficacia.
Sin embargo, el Ministerio de Salud ya ha reservado 100 millones de dosis de la vacuna que experimentan la empresa AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que también está aún en fase de pruebas.
«El pueblo brasileño no será conejillo de indias de nadie. No se justifica un billonario aporte financiero en una medicina que ni siquiera superó la fase de pruebas», afirmó Bolsonaro en alusión a lo que tildó de «vacuna china de Joao Doria», por el gobernador de Sao Paulo, que es uno de sus más enconados adversarios políticos.
(Con información de EFE)