Dentro de poco no se podrá circular por ciudad a 50 km/h, como ha ocurrido hasta ahora, todo apunta a que los 30 km/h será la velocidad máxima para los vehículos.
Durante este siglo se están viviendo distintas tendencias en todo lo que se refiere a la circulación de vehículos motorizados por las ciudades españolas. Una mayor peatonalización, impulso al transporte público, restricciones al tráfico en los centros urbanos y reducción de velocidad se han ido sumando a las capitales. Y en este momento, la reducción de la velocidad límite a los 30 km/h no deja de avanzar.
La DGT impulsa este cambio en la velocidad máxima para mejorar la seguridad de las ciudades y reducir la mortalidad en los accidentes, que baja en un 40 % cuando el atropello es a 30 km/h en vez de a 50 km/h, según la DGT.
Pero esta medida que quiere imponer la DGT ya se está tomando en muchas ciudades del país antes de que sea obligatoria a nivel nacional. Aunque se legisla en distinta medida, porque hay ciudades que tienen la nueva limitación de velocidad en todas las vías, como Pontevedra o Bilbao, mientras que la mayoría lo prueban en solo algunas.
Según aclara el director de la DGT para El País, ahora “la velocidad es de 50 km/h y excepcionalmente 30 km/h y queremos cambiar a un modelo en que todas las calles del centro serán de 30 km/h y excepcionalmente de 50 km/h”.
Pero para hacerse una idea sobre cómo se está extendiendo esta tendencia, basta con comprobar cuáles son las ‘Ciudades 30’; esto es, las capitales que avanzan en el cambio a los 30 km/h.
- A Coruña
- Albacete
- Alicante
- Barcelona
- Bilbao
- Burgos
- Cáceres
- Cádiz
- Córdoba
- Cuenca
- Las Palmas
- León
- Lleida
- Madrid
- Málaga
- Murcia
- Oviedo
- Palencia
- Palma
- Pamplona
- Pontevedra
- Salamanca
- Santander
- Sevilla
- Tarragona
- Soria
- Valencia
- Zaragoza
En definitiva, 28 de las 51 capitales ya cuentan con la limitación en alguna vía o todas. El éxito que está teniendo, así como una respuesta más satisfactoria de la esperada por parte de conductores, hacen prever que no hay vuelta atrás.
Además, parece que la época de confinamiento está sirviendo para acelerar la transición hacia unas ciudades más enfocadas a los peatones que a los conductores. Veremos a la larga qué supone esto y cómo se van reduciendo las cifras de accidentes y fallecidos por atropellos y colisiones en los centros urbanos.