La IA consigue adivinar la raza de una persona con tan sólo ver una radiografía, y los científicos no saben cómo | Tecnología

El uso de la inteligencia artificial en el campo de la medicina no es nuevo, pero los resultados que ha empezado a dar sorprenden incluso a sus creadores, los cuales no saben cómo consigue realizar ciertos diagnósticos.

En Terminator nos planteaban un futuro distópico donde la inteligencia artificial se había hecho con el control del mundo para después exterminar a los seres humanos. Por fortuna, es sólo una película. Por desgracia, es un escenario que muchos expertos no descartan.

La evolución de la IA en los últimos años es tremenda, siendo una herramienta cada vez más fiable y más compleja para todo tipo de actividades, tanto recreativas como científicas.

De ahí que, en determinados campos, su uso haya empezado a ser impredecible e imposible de entender, como ahora os vamos a explicar.

En el campo de la medicina, los médicos llevan años trabajando con ingenieros para desarrollar software y hardware específico, siendo la inteligencia artificial una de las herramientas de diagnostico que se usan a la hora de interpretar radiografías humanas.

La cuestión es que un nuevo estudio asegura de que estos algoritmos también pueden ver algo que los médicos no buscan en esas exploraciones: la raza del paciente.

Los radiólogos están asombrados porque la identificación racial no se puede realizar a través de este tipo de pruebas y, sin embargo, los algoritmos demostraron ser capaces de detectarla con precisión durante un estudio que incluía a pacientes negros, blancos y asiáticos. 

Los propios autores no están seguros de qué pistas utilizan los algoritmos para predecir la raza de una persona, pero la realidad es que consiguieron identificar correctamente qué radiografía pertenecía a un paciente negro en más del 90% de las ocasiones.

Incluso el algoritmo con peor rendimiento acertó el 80% de las veces y el mejor acertó en el 99% de las ocasiones. 


La revolución tecnológica ha cambiado el mundo para siempre y, en los próximos años, cambiará de un modo radical nuestra forma de entender y relacionarnos con la medicina.

Como ya sucede en las tecnología de reconocimiento facial, los resultados han suscitado la preocupación de que la IA pueda amplificar la desigualdad en la atención sanitaria, donde los estudios muestran que los pacientes negros y otros grupos raciales suelen recibir una peor atención.

Los autores de la investigación han aprovechado para lanzar el mensaje de que si bien la IA es una poderosa herramienta, sigue funcionando de forma diferente a los humanos, por lo que no debemos dejar de supervisarla si queremos que sea útil.

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