El chocolate del futuro podría provenir de un biorreactor. Un equipo de investigación en Suiza acaba de desarrollar chocolate cultivado en laboratorio por primera vez en la historia. Desde el laboratorio de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich explican que no pretenden sustituir este tipo de agricultura, sino proporcionar alternativas y comparar el proceso sintético con el tradicional.
Casi nadie se imagina vivir en un futuro sin chocolate. Esta delicia gastronómica procedente del grano de cacao podría no solo cultivarse a la forma tradicional sino salir de un biorreactor en los próximos años.
Un grupo de investigadores suizos han dado con la llave para cultivar por primera vez chocolate en un laboratorio. Se trata de un proyecto que nace de la unión entre biotecnólogos y tecnólogos de alimentos de la institución Wädenswil, que trabajan mano a mano en el laboratorio de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (ZHAW).
«Aquí, en el laboratorio, en realidad solo estamos imitando procesos que suceden en la naturaleza«, revela a SwissInfo Regine Eibl, que dirige el departamento de tecnología de cultivo celular y forma parte del equipo encargado de la innovación.
La idea surgió de Tilo Hühn, muy conocido en la industria del chocolate, que propuso intentar extraer cultivos celulares de plantas del grano de cacao para comprobar si eran capaces de producir polifenoles, esenciales para la percepción y los efectos sensoriales del chocolate.
El proceso implicó limpiar la superficie, extraer el grano, cortarlo con un bisturí e incubarlo a 29º en la más absoluta oscuridad. Tras tres semanas empieza a aparecer una costra llamada callo que puede añadirse para el cultivo en suspensión, multiplicándose en un biorreactor, igual que los tanques en el que se cultiva el vino.
«El cultivo celular te permite hacer todo el chocolate que quieras. Es como un hongo de kéfir o un iniciador de masa madre, del que puede tomar un poco cuando lo necesites. La industria alimentaria está ahora muy interesada en estos cultivos celulares«, señala Eibl.
Los investigadores no buscan alejarse de la tierra, sino crear alternativas y estudiar nuevas condiciones que exijan menos recursos medioambientales para producir alimentos y dejen una huella más ligera.
La demanda mundial de chocolate es cada vez más alta, en algunas ocasiones implica explotación infantil. Existen estudios que alertan de que en 2050 su cultivo podría desaparecer por culpa del cambio climático.
La parte positiva de cultivar chocolate en el laboratorio es que no implica gasto logístico ni uso de pesticidas, aunque sí tratar el uso de agua en el proceso. El resultado es similar en aspecto, olor y sabor al convencional, aunque detallan un toque más afrutado. Una gran desventaja es su precio, que multiplica entre 5 y 7 veces el del convencional.
Por el momento, los planes para este chocolate de laboratorio no son producirse en masa ni dejar obsoleta la producción habitual de cacao, sino comparar los procesos de producción y ampliar la senda de sus investigaciones.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Andrea Núñez-Torrón Stock.