DJI Air 2S, análisis y opinión del dron de cine | Tecnología

Hace unos meses tuvimos la oportunidad de probar durante unas semanas el DJI Air 2S. Es el último dron de la compañía que está enfocado, sobre todo, a los creadores de contenido que quieren dar un toque cinematográfico a sus imágenes gracias al sensor de 1”.

Y sí, deberíamos haber hecho el análisis hace tiempo, pero la actualidad es la que es, se han lanzado un montón de teléfonos y otros dispositivos y, además, me pasé muchísimo grabando contenido en perfil plano y luego para editar eso es un calvario.

Y ahora no quiero hacer un análisis del DJI Air 2S más convencional, ya que hay buenísimos análisis por ahí, sino una experiencia desde el punto de vista de alguien que tocó un dron por primera vez con este modelo.

Apartados del análisis del DJI Air 2S:

Primeros pasos con un dron

Antes de nada, hay que decir que cualquiera puede comprar un dron, pero hay tres cosas muy importantes que debes tener en cuenta. 

La primera es que hay que tener sentido común para no volarlo de forma peligrosa, por encima de aglomeraciones y en situaciones en las que pongas a otros o a ti mismo en riesgo.

Lo segundo es que debes empaparte de la normativa en tu país estés de acuerdo o no con ella, ya que si no, multa al canto y, de nuevo, puedes poner en peligro a alguien. 

Y lo tercero es que, al menos en España, tenemos la web de Enaire en la que podemos ver las zonas en las que está permitido volar siempre y en las que el vuelo es condicionado.

Para los que nos veis desde otros países, pues preguntad o buscad por una web similar en la que indiquen dónde se puede volar.

Una vez tenemos esto en cuenta, es el momento de poner en marcha el dron. Nosotros tuvimos el pack “vuela más” que llega con una serie de filtros ND que son importantísimos porque este dron no tiene apertura variable en la cámara, tres baterías, varias aspas y algunos accesorios más, como un cargador triple.

Es un pack más caro que el estándar, obviamente, pero solo por las baterías vale muchísimo la pena, sobre todo de cara a excursiones largas en las que queráis volar más de 20 minutos.

Y ‘armar’ el dron es tan sencillo como desplegar las patas, quitar las pegatinas y colocar las hélices de manera correcta. Vienen unos colores distintivos en las hélices y en los soportes para que sepamos dónde hay que poner cada cosa, así que no os preocupéis.

Ponéis la batería, quitáis el protector de la cámara y lo encendéis. Es importante quitar el protector porque cada vez que se enciende, la cámara hace una serie de movimientos para ajustar el estabilizador y si no quitáis el plástico, seguramente se rompa algo.

Y lo de quitar las pegatinas también es importante porque alguna vienen pegadas a sensores que el dron utiliza para sus automatismos. 

Como veis, tiene varias cámaras y un sensor de proximidad en la parte inferior, así que hay que tenerlo limpio y sin pegatinas.

También contamos con una pequeña, pero potente, luz amarilla en la panza del dron que nos va a permitir encontrarlo en días soleados si lo perdemos de vista.

Y visto esto, es el momento de pasar a la aplicación.

La aplicación de DJI

El dron tiene sus sensores, pero la aplicación es el cerebro. Desde ella vamos a controlar todos los parámetros del dispositivo, tanto los de vuelo y seguridad como los de la cámara y la grabación.

Es importante echar un ratito antes de volar para comprobar que todo está bien y fijar una distancia máxima de vuelo, la altitud máxima y, además, una altitud máxima de RPO, que es a la que se pone automáticamente cuando empieza a quedarse sin batería y vuelve al punto de ascenso.

Tanto con la app como con el mando y sus botones configurables vais a poder controlar los modos de vuelo, la grabación, la toma de fotografías, los modos más creativos y, además, vais a poder ver información en tiempo real tanto de los satélites de posicionamiento en ese momento como de la señal y los sensores activos en el dron.

Os recomiendo no volar con una señal que no sea estable o con un número bajo de satélites, ya que siempre puede ocurrir un accidente y si no posiciona bien el dron en la aplicación, posiblemente no lo encontréis si cae en mitad de una montaña.

En esta app vamos a poder ver algo muy chulo, como la cantidad de horas de vuelo, las sesiones, vamos a poder hacer tomas automáticas muy creativas en las que el dron vuela solo durante unos segundos y luego monta una serie de planos y los perfiles de grabación.

Vamos a poder grabar contenido directamente en la memoria del teléfono, pero para grabar a resolución completa o 4K es necesaria una tarjeta de memoria microSD que colocamos en el dron. 

Os recomiendo de 64 GB para arriba porque los archivos log en máxima resolución ocupan lo suyo.

Ahora bien, antes de pasar al mando, voy a comentar lo de la señal. Según las características técnicas, vamos a poder volar a varios kilómetros de distancia, pero cuando la señal, la imagen, que transmite el dron al móvil deje de ser estable, os recomiendo dar la vuelta.

Esta tecnología se llama OcuSync y en la versión 3.0 que monta este dron lo que te asegura es que vas a poder volar de manera estable y segura con varios obstáculos entre el dron y tu, pero no es para que lo mandes al pueblo de al lado. De nuevo, hay que ir con cabeza.

Lo que no me ha gustado es que, supuestamente, tiene una tecnología llamada AirSense que te avisa de otras aeronaves en la zona para evitar choques. 

No me avisó de ninguna porque puede que no haya aeronaves con este sistema aún, pero muchas veces me saltaba el aviso de error de conexión, así que, de haberlas, tampoco las habría detectado.

El mando que gustará a los jugadores de consola

Y el móvil no deja de ser la pantalla del mando. Cuando lo cogemos por primera vez resulta muy grande, pero la verdad es que es cómodo, te acostumbras y el móvil se pone en la parte superior, en un soporte especial, quedando un peso muy equilibrado.

Aquí tenemos una serie de botones que no necesitan demasiada explicación, pero vamos a echar un vistazo. 

Tenemos los sticks, obviamente, que me parece que no son lo cómodos que deberían por esas puntas en el extremo, pero sí son precisos.

Hay un selector de modo cine, sport o normal en el que varían los automatismos del dron, cambian los límites de altura y velocidad y, en definitiva, sirven para diferentes cosas. 

En el modo sport tenemos un vehículo que va muy rápido y que os va a dejar el control total. 

En el modo normal tenemos algunos sensores que impiden que hagamos el loco y en el modo cine se baja la velocidad para crear tomas más cinematográficas. Os recomiendo usar el normal y el cine durante varias horas antes de pasar al sport, ya que es un modo que impresiona.

Tenemos un botón configurable, controles para bajar o subir la inclinación de la cámara, botones para empezar a tomar fotos o vídeos, el de emergencia, el apagado y el de modos de disparo.

Todo es muy intuitivo y en cuanto vuelas un par de veces de haces al control. Además, la conexión con el móvil ya sea Lightning o USB-C va por cable, por lo que no hay latencia entre el mando y el móvil, algo importante.

La batería del mando viene indicada en cuatro LEDs, pero la verdad es que dura bastante. Simplemente hay que acordarse de ponerlo a cargar cada cierto tiempo porque, además, puede funcionar como power bank para el teléfono si así lo deseamos.

La inolvidable experiencia de vuelo… y de aterrizarlo en la copa de un pino de 20 metros

Pero bueno, una vez hemos visto todo lo que hay que tener en cuenta para volar, es el momento de lanzarse a los cielos. 

La cámara es de 20 megapíxeles y cuenta con un sensor de 1”, un tamaño muy generoso que permite que el rango dinámico sea muy rico.

El píxel es de 2,4 micras, lo cual está genial porque es muy grande, y la apertura es fija de f2.8. Para días nublados vale la pena tener los filtros ND.

Vamos a poder hacer fotografías, escenas 360º de manera automática, panorámicas y los resultados van a ser geniales, pero sobre todo vamos a grabar vídeo.

Tenemos formatos MP4 o MOV y perfiles de color DLOG, HLG y normal. 

El normal saca unos colores bastante bonitos, pero creo que lo suyo es grabar en DLOG para en edición poder hacer lo que queramos. Eso sí, si no te quieres complicar, en normal vas más que servido.

Hay focus peaking, líneas de cuadrícula, podemos ajustar automática o manualmente el balance de blancos y vamos a poder resaltar las zonas quemadas. 

Esas tomas están en el modo cine o normal, pero tomadas manualmente. Ahora bien, también tiene un modo llamado mastershot que, como decía antes, el propio dron se encarga de grabar desde distintos ángulos y modos y montar en un vídeo de unos pocos segundos.

Y también están los modos de seguimiento. En la pantalla del móvil seleccionamos un objeto o punto a seguir y lo cierto es que el dron nos sigue bastante bien. 

Cuando se topa con un obstáculo o se para o intenta sortearlo y es impresionante ver lo bien que puede seguir nuestros pasos.

Ahora bien, parece que no todos los sensores funcionan cuando estás en este modo semiautomático. Y sí, lo colé en un pino a 20 metros de altura.

 

Estaba grabando a unas vacas con el modo de seguimiento puesto, pero controlando manualmente el giro y el dron no vio que había un árbol. Por la succión de las aspas el pino se lo ‘tragó’ y ahí se quedó.

Y qué pasa, pues que el dron no te permite forzar un arranque si no está en terreno firme. No encontré cómo hacerlo y de haber podido forzar los motores, seguramente habría caído. 

Entiendo que es por seguridad, pero no es descabellado que estas cosas pasen y no entiendo cómo no se contemplan.

Pero bueno, al final, si volvemos a la grabación, tenemos un dispositivo que está superestabilizado y que incluso con viento fuerte es capaz de no inmutarse. No solo tiene potencia para seguir volando, sino que la cámara parece que va sobre una balsa en aceite.

DJI dice que tiene 31 minutos de vuelo, pero tiene truco

Y os contaba que el pack vuela más con tres baterías es el óptimo porque aunque DJI dice que tenemos 31 minutos de vuelo por batería, realmente son unos 20-25 minutos dependiendo del modo y de si estás grabando o no.

 

Cuando pasa ese tiempo, el dron te dice que vuelve al punto desde el que despegó. Lo hace bastante bien y sí, vais a poder forzar la máquina para grabar unos minutos más, pero seguramente a mitad de camino se caiga. Vale la pena hacerle caso y si no tiene batería, pues no tiene batería.

Las baterías tardan bastante en cargar y tienen cuatro LEDs que nos indican el estado de la misma y en este pack vuela más viene un cargador triple que carga las baterías de una en una.

Un capricho muy caro que te hará fliparte con el vídeo

Al final, tenemos un dron que cuenta con una cámara excelente para hacer todo tipo de tomas. 

No solo está muy bien estabilizada, sino que es muy sencillo grabar tomas espectaculares aprendiendo un par de movimientos y dejando que el dron haga el mismo.

He de reconocer que tenía algo de miedo y respeto antes de volar por primera vez. Lo veía complejo, no es como un videojuego y, al final, no dejo de tener algo muy caro entre manos. Pero mañana mismo me compraría uno, y de hecho quiero hacerlo, para cuando voy de excursión.

Probablemente no será este, sino el Mini debido a su máxima portabilidad, pero lo verdad es que los automatismos ayudan muchísimo y, simplemente teniendo cierto cuidado y ojo, es muy seguro volar un dispositivo con tantos sensores como este.

Me habría gustado que la batería fuera algo más generosa, algún botón programable más en el mando y que la cámara tuviera apertura variable, pero los resultados son excelentes en vídeo y en fotografía.

Si te gusta la aventura, eres de hacer excursiones y en tu zona se puede volar, es un dispositivo de lo más chulo.